La nena santacruceña que recibió un trasplante de riñón ya está con su familia
"Me acuerdo que quería bajar los brazos, pero nunca me rendí”, relató Zahira, que tiene 12 años y en julio fue trasplantada tras una enfermedad con la que convivió desde los 3. Este jueves fue recibida por amigos y familiares en el Aeropuerto de Río Gallegos, con mucha emoción.
RÍO GALLEGOS (ADNSUR) - A más de tres meses de la operación, Zahira llegó a Río Gallegos este jueves para reencontrarse con familiares y amigos. “Me acuerdo que quería bajar los brazos, pero nunca me rendí”, le dijo la nena a La Opinión Austral.
La enfermedad renal de Zahira fue diagnosticada a los tres años y ocho meses de vida. Sus padres y dos hermanas de 13 y 6 años, acompañados por el resto de la familia, amigos y vecinos, siempre estuvieron con ella.
Su vida se vio siempre condicionad por la enfermedad, sin poder correr o comer con sal, algo que su madre aseguró cuando fue trasplantada sería lo primero que pediría: “comida con más sabor”.
Recién en julio de este año llegó el tan esperado donante de riñón y luego del trasplante, finalmente tuvo el alta para poder regresar a Río Gallegos.
Este jueves, en el Aeropuerto, tuvo un gran recibimiento por parte de familiares y amigos.
En diálogo con el mismo diario santacruceño, su mamá Silvia Velásquez, indicó que “después de tres meses allá los estudios salieron mejores y por eso le dieron el alta, porque en realidad tendría que haber sido el 23 de octubre”.
Por su parte, Zahira se manifestó alegre de poder volver a la ciudad y reencontrarse con todos. “Yo ando muy bien por suerte. Me recibieron muchos amigos, familiares, vecinos y compañeros de escuela con carteles. No me esperaba esta sorpresa; nunca pensé que iban a estar todos mis seres queridos”, remarcó.
La nena indicó que estuvo estos últimos meses con estudios, controles y viendo cómo estaba su estado de salud. "Ahora tengo que ir cada un mes a controlarme a Buenos Aires donde me ve el doctor y me hago todos los análisis”, contó y confesó: "Aprendí a seguir adelante y que nunca hay que rendirse. Jamás. Me acuerdo que quería bajar los brazos y puse todo mi empeño hasta que recibí mi donante. Fue como una emoción, pero también muchos nervios porque había que ver la compatibilidad y me costó, pero lo superé”.
Zahira dejó un mensaje a quienes estén atravesando una situación similar a la de ella: “Yo les diría que nunca se rindan, que nunca bajen los brazos porque a veces no dan ganas de luchar. Hoy estoy muy contenta de estar con mi familia otra vez”.