La población de lobos marinos se redujo un 60% en 100 años
A principios del siglo pasado, en el centro y norte de Patagonia, había aproximadamente 420 mil ejemplares,
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - La población de lobos marinos de un pelo (Otaria flavescens) alcanzaba a principios del siglo pasado, en el centro y norte de Patagonia, aproximadamente los 420 mil ejemplares, pero distintos factores, como la caza comercial de la especie, la sobreexplotación pesquera y las capturas incidentales hicieron que tras cien años, ese número se redujo drásticamente en un 60 por ciento.
Para los científicos, si bien la caza directa de estos animales cesó en la región hace más de 50 años, la población actual de lobos marinos es considerablemente menor a la existente a principios del siglo pasado. “Sobre la base de nuestros resultados se estimó que la abundancia a principios del siglo pasado fue de aproximadamente 420.000 ejemplares distribuidos entre el norte y centro de Patagonia. El resultado más interesante indica que luego del final de la remoción por caza, la población sólo representaba el 10% de su abundancia pre-explotación y en la actualidad llega apenas al 40% del tamaño poblacional original”.
Si consideramos que la cantidad de alimento disponible para los lobos marinos, en el presente, es mucho menor que a principio del siglo XX debido al gran incremento de las actividades pesqueras a partir de la década del 80, estos resultados permiten suponer que el número total de individuos no alcanzará nunca el tamaño poblacional original sino que se estabilizará en un número menor”, afirma Crespo.
Según los científicos, este modelo además es dinámico y las bases de datos generadas pueden seguir siendo alimentadas con nueva información que vaya surgiendo en el futuro. “Estamos comenzando a explorar nuevos modelos que consideren la disponibilidad de alimento (peces, moluscos, crustáceos), porque este dato incide directamente en el tamaño de la población de los lobos marinos de un pelo”, concluyen los investigadores.
Así lo asegura una investigación publicada en la prestigiosa revista ScientificReport de la editorial Springer Nature, que analiza la dinámica poblacional de estos animales a lo largo del tiempo y ha logrado reconstruir datos estadísticos del último siglo.
El modelo desarrollado integró información sobre la remoción por caza, producto de la explotación comercial que tuvo lugar entre las décadas del 30 y del 50 del siglo XX, datos sobre las capturas incidentales de lobos marinos en artes de pesca registrados desde la década del 80 y datos de la abundancia poblacional en base a censos anuales realizados entre 1972 y 2015 por los Laboratorios de Mamíferos Marinos del Centro Nacional Patagónico (CENPAT) y del Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos Almirante Storni (CIMAS).
Datos pasados y presentes.
Según explican el investigador superior del Centro Para el Estudio de los Sistemas Marinos (CECIMAR CONICET-CENPAT), Enrique Crespo y la investigadora asistente, María Alejandra Romero del CIMAS CONICET-CENPAT, la posibilidad de integrar diferentes datos de fuentes de distintas épocas en un mismo modelo, permitió contar con una gran cantidad de información novedosa.
“El haber explorado los datos del pasado, posibilita proyectar a futuro en qué medida pueden resultar afectadas las poblaciones de lobos marinos bajo diferentes escenarios, de esta forma lo que estamos evaluando son las respuestas a nivel poblacional frente a las intervenciones humanas”, indica Crespo. Según estiman los investigadores, la base de datos de abundancia anual que se generó sobre esta especie desde el año 1972 a 2015 es probablemente la más extensa existente para cualquier mamífero en Sudamérica, ya sea marino o terrestre, y posiblemente una de las pocas a nivel mundial.
“Toda la información recopilada en esta investigación se encuentra disponible y es de acceso abierto para que, por ejemplo, sea utilizada por las autoridades de aplicación nacionales o provinciales para generar medidas de manejo, definir áreas protegidas o reglamentaciones para la pesca que apunten a disminuir la mortalidad incidental”, asegura Romero.
Fuente: Diario Jornada