La vida en un siglo: Manuel Días Duarte, el abuelo de Comodoro que cumplió 100 años
Nació en Portugal pero cuando era adolescente emigró a Argentina. Eligió Comodoro Rivadavia para vivir y durante más de cuatro décadas trabajó en la YPF estatal. Manuel Días Duarte la última semana cumplió 100 años y sus vecinos y familiares lo sorprendieron con un pasacalles y cantando el feliz cumpleaños en la puerta de su casa. Historia de un hombre que aún le dedica las tardes a su huerta, y recuerda con alegría aquellos días de pesca y pulpería.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Hablar de vida, longevidad y celebración es toda una alegría en estos tiempos que corren. En los últimos meses, en Comodoro Rivadavia y Rada Tilly más de 250 personas perdieron la vida por este virus que castiga al mundo hace más de un año, y quienes peinan canas tuvieron y tienen que cuidarse más que nadie por ser la población de mayor riesgo.
Manuel Días Duarte forma parte de esa franja etaria, pero su historia, lejos de las lágrimas y la tristeza, emociona. El vecino de Kilómetro 3 cumplió 100 años, un siglo de vida, y lo puede disfrutar a pleno.
Al otro lado de la línea -por las restricciones que pone el coronavirus- a Manuel se lo escucha en plenitud. Su voz no aparenta la edad que tiene y al parecer, según cuentan sus hijas y reflejan las fotografías, su cuerpo tampoco y aún cuida la huerta a la que tanto amor y dedicación le puso durante sus años mozos.
“La verdad es que son muchos años y con salud”, dice Manuel a ADNSUR. “Es una alegría inmensa cumplir 100 años y junto a todos los familiares, hijos, nietos, bisnietos; todos los que me quieren y me cuidan”, admite.
DE PORTUGAL A LA PATAGONIA
Manuel nació el 4 de enero de 1921 en Portugal. En la ciudad de Loulé, provincia de Algarve, vivió su infancia y parte de su adolescencia, hasta que decidió venir a Argentina, tras los pasos de su padre.
Tenía apenas 17 años cuando llegó a Comodoro Rivadavia, la ciudad donde formó su familia y forjó su destino.
La vieja YPF estatal lo cobijó siendo joven y nunca más se fue, tal como él recuerda. “Yo ingrese a la empresa YPF como aprendiz con 17 años, en el año 1938, y me jubile en 1978, siempre en los talleres centrales”.
En 1949 Manuel se casó con la mujer de su vida, Iría Julia Guerreiro, otra inmigrante portuguesa que encontró su destino en la remota Patagonia. Tuvieron tres hijos: Norma Susana, Antonio y María Esther. Ellos le dieron cinco nietos: Pablo, Luciano, Matías, Maximiliano y Emanuel. Y ellos 10 bisnietos: Antonella, Julieta, Catherina, Santiago, Bianka, Francesca, Ema, Olivia, Constantino y Julia.
Cuenta Manuel que siempre le gustó la pesca y pulpear, y en su memoria aún recuerda aquellas tardes de marea baja en que iba a disfrutar de su pasión. “Tenía un amigo con el que no juntábamos y con la bajamar nos íbamos a pulpear. Íbamos a Puerto Visser, Las Golondrinas, por todos lados. Era algo muy lindo”, reconoce.
Este año por la pandemia, aún vigente, su familia no pudo celebrar su cumpleaños como si lo hizo a los 80 y los 90. Sin embargo, eso no impidió que Manuel viva un día más que especial, emocionante hasta las lágrimas, según reconoce.
“A la mañana me levanté, fui a dejar unas cosas de plásticos afuera y me encontré con un letrero que decía: ‘Feliz 100 años Don Duarte’. Me corrían las lágrimas, estaba emocionado y después pusieron otro pasacalles. Lo puso una amiga de mi hija. Me saludaron de todos lados. La verdad no esperaba este homenaje... Está bien que no se cumplen 100 años todos los días, pero no lo esperaba”, dice con alegría.
Pero eso no fue todo, sus vecinos y familiares también le cantaron feliz cumpleaños en la puerta de su casa y recibió decenas de mensajes y llamados. Es que según cuenta su familia, Manuel es un vecino muy querido en el barrio y dejó grandes entre quienes lo conocen.
Por estos días él ya disfruta de sus 100 años y lo vive a pleno, cosechando los frutos de su huerta, donde tiene desde damascos hasta ciruelas, higos y tomates, y recibiendo el cariño de su familia, aquellos que lo cuidan y lo quieren, seguramente orgullosos del destino que Manuel forjó al otro lado del mundo, lejos de aquellas tierras donde nació.