Le dijeron que sufría "acidez estomacal por consumo de alcohol", pero el diagnóstico fue errado y hoy pelea por su vida
"Literalmente esto puso mi vida patas arriba. Pasé en pocas semanas de ser una estudiante universitaria a una paciente de hospital con cáncer", lamentó la mujer que debe someterse semanalmente a un proceso de inmunoterapia.
"Pasé en pocas semanas de ser una estudiante universitaria a una paciente de hospital con cáncer". Con esas palabras Georgia Ford, de 20 años, graficó el drama que vive en su vida luego de haber recibido un diagnóstico médico errado que cambió su vida para siempre.
"Acidez estomacal por el consumo de alcohol" fueron los dichos de los médicos luego de que acudiera al hospital a consultar sobre el malestar estomacal que sufría hacía varios días.
Según recordó en los últimos días quien hoy pelea por su vida, le preguntaron "'¿Tomás mucho?', y yo dije: 'Sí, obviamente lo hago', así que me recetaron estas tabletas protectoras para el revestimiento del estómago".
El tratamiento, como era de esperarse, no funcionó, por lo que tras consultar con otros profesionales recibió por segunda vez un diagnóstico errado: "Espasmos musculares", los cuales relacionaron con el dolor de espalda que la joven sufría hacía un tiempo.
Vómitos, fatiga y sangrado al toser fueron otros de los síntomas que empezó a presentar la mujer semanas después, en una situación que terminó con ella perdiendo 9 kilos y que la llevó a hacer una tercera consulta médica.
Allí se le diagnosticó un raro tipo de cáncer llamado "carcinoma de células renales papilares", conclusión a la que el personal médico llegó tras detectar que los tumores de sus riñones habían hecho metástasis en sus pulmones, hígado, ganglios linfáticos y huesos.
"Hay muy pocas veces en mi vida en las que me he quedado sin palabras. Las palabras simplemente me evadieron por completo. Es como una tristeza abrumadora", explicó la joven estudiante de derecho respecto a su situación.
Y añadió: "Literalmente esto puso mi vida patas arriba. Pasé en pocas semanas de ser una estudiante universitaria a una paciente de hospital con cáncer".
Ahora, para frenar el avance de su enfermedad, Georgia se somete semanalmente a un proceso de inmunoterapia que incluye una serie de pastillas y tratamiento intravenoso, y debe usar un tanque de oxígeno cada vez que sale del hospital.
"Si me hubieran diagnosticado un poco antes, mi historia podría ser un poco diferente. Es una de esas preguntas que nunca sabré, pero siempre me pregunto", lamentó.