Un paciente oncológico denunció que entraron a su casa y le robaron su perro. El animal es de gran apoyo emocional desde hace seis meses, y lo ayuda a dar batalla contra el cáncer de próstata. Su fiel amigo peludo también padece cáncer, y debe tomar sus medicamentos todos los días para continuar con su tratamiento. 

El robo ocurrió el domingo 28 de julio, cuando los delincuentes entraron en la casa de Diego y se llevaron a Bravo, su compañero de vida con quien duerme todas las noches y pasa todos los días. 

El episodio tuvo lugar en la localidad de San Bernardo, en la costa de Buenos Aires. Diego se encuentra buscando a Bravo durante noche y día junto a su familia. Algunos testigos relataron que vieron cuando tiraron al perro desde un auto en movimiento en Las Toninas. 

El robo se registró durante la mañana, cuando Diego se estaba bañando. “Como todos los días, a las 8.15 lo saco al patio para hacer pis y ahí se queda mientras yo preparo el desayuno para los dos, porque desayunamos juntos. Cuando terminé de ducharme, tipo 9.00, lo llamé... Abrí la puerta para que entre y no estaba. Lo volví a llamar y nada... Salí a buscarlo y vi que la tranquera estaba abierta, no del todo, pero me di cuenta de que alguien había entrado”, relató muy angustiado a Infobae. 

Comenzó a recorrer el barrio, preguntando a vecinos, a las personas que andaban por la calle. El panadero de la cuadra le dijo que pasó por su casa a las 8:30 y el perro “estaba adentro, como siempre”. Diego publicó en sus redes que su perro amado estaba desaparecido y que temía que se lo hubieran robado para comercializarlo.

“Dejé mi teléfono en la publicación para recibir información y la primera que me llama es una mujer que dijo haber visto cuando lo tiraron de un auto en una esquina de Las Toninas. A más de 20 km de acá. Salí a buscarlo”, revive angustiado.

EL PERRO TAMBIÉN PADECE CÁNCER 

Hace tres meses, Diego y su hijo se mudaron a San Bernardo con Bravo, el perro que lo acompaña desde marzo. “Bravo es mi amigo, mi compañero terapéutico y me ayuda a enfrentar esta batalla contra el cáncer de próstata”, asegura sobre el animal con el que comparte sus días.

“Yo dependo emocionalmente de Bravo, que también está enfermo y es tratado por el tipo de cáncer que él tiene. Todos los días debe tomar su medicación”, dice preocupado. Y agrega: “Como me ayuda a atravesar mi enfermedad, lo entrena un amigo mío de la Policía Bonaerense, que entrena a los K-9. Él no es un perro nada más, como mucha gente dice. ¡Bravo es mi hijo! Y si hay gente que se molesta por cómo lo digo, no entienden los sentimientos. Duerme conmigo, come conmigo, desayuna conmigo. Andamos todos los días juntos”.

Emocionado resume cómo llegó a su vida: “Yo estaba muy mal por la enfermedad y necesitaba compañía las 24 horas. Yo no lo compré, me lo dieron para que me ayudara y porque también tiene cáncer y entre los dos nos complementamos. ¿Se entiende el lazo que creamos? Estamos juntos todo el tiempo dentro de casa, va a hacer las compras conmigo. Yo lo necesito como él me necesita a mi. Es un conjunto de cosas”, intenta resumir.

“Es inexplicable la cantidad de personas que se solidarizaron conmigo, que entienden lo que me sucede. En una entrevista televisiva dije que soy capaz de resignar el dinero de mi medicación para ofrecer una recompensa por él porque así como hay empatía, hay quienes se burlan y me quieren estafar. Recibí llamados de muchas personas y mensajes horribles diciendo que lo tienen, que si no les pago lo van a matar... Hasta del Chaco me llamaron”, lamenta y se quiebra.

“Vivimos el uno para el otro. Es así. Mi trabajo es cuidarlo y su trabajo es cuidarme, nos contenemos mutuamente. Es difícil de explicar. Es un perro que no pueden vender y el hijo de mil que se lo llevó no lo sabe. Creo que quizás fue un turista que pasó, lo vio y se lo llevó. ¡Lo único que quiero es encontrarlo, por favor! Pedí a la Intendencia que me dejen ver las cámaras de seguridad porque eso simplificaría las cosas, ¿no? Ver qué hicieron y cómo, espero que me permitan verlas. Sólo quiero que regrese a casa. Me necesita y está medicado”, concluye, con enorme tristeza.

Si alguien tiene datos de Bravo y puede ayudar a Diego a reencontrarse con él, puede escribir por WhatsApp al +54 9 11 6849-2244

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