ESQUEL (ADNSUR) – Por iniciativa de la Administración del Parque Nacional Los Alerces, la Asociación de Amigos de la Patagonia y la Subsecretaría de Bosques de Chubut, un total de 4.500 ejemplares arbóreos fueron plantados en los últimos días en esa región de la cordillera provincial, en una zona que fue arrasada por el fuego en 2016.

Según publica Jornada, alrededor de 70 personas –de las cuales medio centenar fueron voluntarios- trabajaron durante tres días para colocar alrededor de 4.500 plantines de cipreses y coihues en distintas zonas afectadas por el incendio registrado hace casi cuatro años.

Ariel Rodríguez, intendente del Parque Nacional Los Alerces, contó a Cadena Tiempo que “si bien hemos estado trabajando mucho tiempo la gente de la Fundación y la Asociación Amigos de la Patagonia y el proyecto Forestar con los incendios de Cholila, por suerte nos tocó poder desarrollar el proyecto dentro del Parque Nacional Los Alerces para también poder reforestar el área impactada en los incendios de 2015 y 2016, próximo a la Villa Futalaufquen”.

“La verdad que ha sido una tarea hermosa esto de trabajar en la organización, poner todos los recursos del Parque a disposición, no solamente en lo humano sino también en lo material para el traslado de los plantines, las palas, el área de campamento y lo que es la cocina, pero también ha sido un trabajo increíble de comunión, de buenas energías con el resultado final que fue plantar 4.500 plantas, de ciprés y coihue, en nuestro bosque para tratar de recuperar a la brevedad el mismo”.

Las tareas se iniciaron el jueves 12 de septiembre y se extendieron al domingo 15, con más de 50 voluntarios que llegaron desde otros puntos del país y que terminó ese día porque “muchos de los voluntarios debían retornar a lugares de origen”. Con un clima que acompañó durante casi todos los días –sólo llovió el sábado por la noche- los participantes se dividieron en grupos de 10 personas para abarcar la mayor superficie y en distintas alturas.

“En total fueron unas 70 personas caminando en la montaña, con lugares ya definidos y quizás esa haya sido la tarea que más tiempo llevó porque hubo que hacer una planificación, priorizar las áreas a reforestar, con distintos objetivos, porque algunas no llevan coihue y sólo llevan ciprés, pero toda esa organización fue de unos días antes así que para cuando llegaron los voluntarios ya se había terminado la etapa de oficina y el trabajo era en el territorio, lo más gratificante”.

La tarea fue totalmente manual, con los equipos caminando por la montaña hasta la parte alta y uno de los objetivos que se habían propuesto era “proteger la toma de captación de agua de la Villa Futalaufquen con todos sus servicios, para afianzar el suelo en ese lugar y evitar la erosión, así que eran lugares con bastante pendiente. Se trabajó básicamente sobre el cañadón del arroyo Cascada, en grupitos de a 10 personas, con varias palas y se llevaban los plantines con un cuatri y un acopladito, es nos permitía llevar una gran cantidad de árboles, desperrábamos los mismos y cada grupo iba plantando de acuerdo a lo planificado“

En cuanto a los ejemplares implantados, el intendente de Los Alerces contó que los de ciprés tiene de 10 a 15 centímetros de alto y los de coihue en algunos casos llegaban a los 40 centímetros. “Son lindos plantines, bien producidos, todos con un trabajo previo de análisis en lo genético, que fueron colectados de los viveros de la zona de Cholila y otro que produce en la zona de Esquel, como para asegurar que tienen un origen certificado que no afectan a la genética del lugar”.

Rodríguez indicó que “los viveros que producen plantines forestales no son muchos, por eso hubo que ir y cosechar en distintos sectores, por distintos viveros y el objetivo es reforestar en áreas degradada por el impacto, como el caso del fuego”. En ese sentido, puntualizó que si bien dentro del Parque Nacional Los Alerces existe un vivero y lo tiene la Escuela 25, no se pudieron utilizar esos plantines “ya que por la cantidad que se pedían íbamos a dejar sin nada a los chicos que tienen eso como un fin educativo”, reveló.

 Asimismo, indicó que “obviamente colaboraron con las tareas pero no pudieron proveer los plantines”.

En cuanto al origen de los árboles implantados aseguró que “no solamente la procedencia es importante, sino también su ubicación en la montaña, ya que lo van en cualquier lado”.

Y agregó que “el ciprés tiene una exposición particular y el coihue cumple otro rol y no siempre están compartiendo el mismo ambiente. Uno de los desafíos era tener en la cabeza lo que había antes del incendio y tratar de volver a lo original” dijo el funcionario.

Fuente: Diario Jornada

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