Luana, la primera nena trans en recibir su DNI de acuerdo a su identidad autopercibida estuvo en Comodoro junto a su mamá
Ambas brindaron una charla sobre las infancias libres. "Las niñeces trans, travestis, incomodan y de eso hay que hablar. Hace más de diez años estamos militando por el efectivo cumplimiento de las infancias trans, travestis”, remarcó Gabriela Mansilla, la madre de Luana.
En el marco del Mes de las Infancias, la Secretaría de Mujer, Género, Juventud y Diversidad de la Municipalidad de Comodoro organizó la llegada de Luana, la primera niña trans en todo el mundo que recibió su DNI de acuerdo a su identidad autopercibida. Su madre, Gabriela Mansilla brindó dos conversatorios destinados a formar a profesionales en el respeto por las infancias libres de acuerdo a las disposiciones de la Ley de Identidad de Género, 26.743.
Con una gran convocatoria, este viernes y sábado se desarrollaron una serie de conversatorios destinados a profesionales que trabajan con infancias y adolescencias. Ambos encuentros, organizados por la Secretaría de la Mujer, Género, Juventud y Diversidad, contaron con la presencia de Gabriela Mansilla, presidenta de la Asociación de “Infancias Libres” y madre de Luana, la primera niña trans en el mundo en recibir un DNI -en el año 2013- bajo la ley de Identidad de Género. Alrededor de doscientas personas participaron de los talleres de formación.
Asimismo, estuvieron presentes la secretaria de la Mujer, Género, Juventud y Diversidad, Jimena Cores; el secretario Coordinador de Gabinete, Gustavo Fita; y la directora de Diversidad, Daniela Andrade.
Al respecto, la secretaria Jimena Cores, expresó que “es una alegría inmensa haber vivido estas jornadas con la visita de Gabriela, de Luana y su hermano Elías. Esto comenzamos a pensarlo el año pasado, en la avant premiere de “Yo Nena, Yo Princesa” (película inspirada en la vida de Luana) que estuvo repleta y nos pareció que había una necesidad de abordar este tema. Estos días la concurrencia fue impresionante y ratificó nuestra creencia”.
El espacio de reflexión se dio en un marco de intercambio. “Una jornada que sobre todo moviliza la reflexión, pensando que ellos tres hicieron historia y marcaron un antes y un después en nuestro país y en el mundo. Reconocemos que sigue siendo duro a pesar del mensaje esperanzador que tiene también la película, este tipo de talleres nos sirven para repensarnos, en nuestras maneras de vivir y de trabajar. Buscamos respetar a todas las infancias, queremos trabajar con empatía”, indicó la secretaria.
HABLAR DE LO QUE INCOMODA
Esta es la segunda vez que Gabriela Mansilla visita Comodoro pero, este año, la compañía de Luana le dio un sentido especial a los encuentros.
“Acá venimos a hablar sobre infancias y adolescencias trans, sobre estas niñeces que incomodan y esos cuerpos que interpelan. El resto de las infancias están legitimadas por la sociedad: están en una lámina y un libro, sus corporalidades no interpelan a nadie, son niñas y niños que entran dentro de la norma, eso no incomoda. En cambio, las niñeces trans, travestis, incomodan y de eso hay que hablar. Hace más de diez años estamos militando por el efectivo cumplimiento de las infancias trans, travestis”, remarcó la madre de Luana.
El trabajo militante que se sumó a su tarea de maternar rindió frutos, señala Mansilla, sin embargo todavía hay pendientes. “Hemos logrado visibilizar muchísimo, logramos que muchas personas nos escuchen, que la sociedad se de vuelta para ver qué queremos decir, por ejemplo: las familias estamos llevando sus voces; hemos creado material bibliográfico y audiovisual, como la película “Yo Nena, Yo Princesa”. Pero entre los desafíos que quedan, yo creo que hay que modificar la educación, hay mucho para pensar y reflexionar, tenemos que formar a profesionales en otra educación”.
El concepto de educación en este sentido supera al ámbito educativo, consideró la madre y activista. “Tenemos que reeducar a una sociedad excluyente, discriminatoria y violenta que ha condenado a la comunidad travesti trans a 35 años de expectativa de vida. Simplemente prejuicios, odio, violencia e ignorancia. Hoy somos las familias quienes asumimos la responsabilidad de ponernos delante de nuestros hijes para que nadie les haga daño, creo que era el eslabón que faltaba en toda la comunidad que las familias nos hagamos responsables”.