Dos hombres de más de 60 años protagonizaron una verdadera pesadilla en la Cordillera de Los Andes. Lo que había comenzado como un viaje de expedición entre amigos para conocer los atractivos turísticos de Mendoza, pudo haber sido el final de sus vidas.

Jorge Lombardozzi (68) y Carlos Chirivino (61) embarcaron el pasado domingo en una excursión hacia la zona de Puente Amarillo, sobre las aguas del Río Grande, con el objetivo de visitar los distintos atractivos turísticos de la ciudad de Bardas Blancas.

Todo iba bien para los dos amigos hasta que a la altura de Portezuelo de Carqueque, la camioneta Nissan en la que viajaban desbarrancó y se quedó en una zona agreste. Afortunadamente, no sufrieron ninguna herida pero la camioneta quedó atrapada.

Ambos intentaron sacar la camioneta una infinidad de veces y estuvieron más de 48 horas insistiendo para lograr su cometido. Esto los llevó a comer, dormir e intentar soportar las temperaturas de entre -8°C y -15°C.

A este desfavorable contexto se le sumó otro problema: Chirivino se había operado del corazón hace un tiempo, tenía un stent en el pecho y no podía realizar un gran esfuerzo físico.

Después de dos días de intentos, Lombardozzi -de casi 70 años- empezó a caminar sin rumbo. Unas huellas le salvaron literalmente la vida. A los dos kilómetros, el hombre se encontró con Alfredo Pérez, un puestero de 46 años que parecía ser su salvador. Caminaron hasta el lugar e intentaron empujar el vehículo, pero tampoco tuvieron éxito.

Pérez y Lombardozzi no tuvieron más opción que caminar hacia la delegación de Gendarmería Nacional. Chirivino quedó solo, atrapado en la camioneta y abrazado a la ilusión de que su amigo y el puestero pudieran encontrar ayuda

Algunas horas después llegaron a Gendarmería, quien los comunicó con Víctor Andrade, director de Defensa Civil de Malargüe. “Toda esa búsqueda de ayuda la hicieron al tercer día. Lo primero que contaron fue que no habían podido mover el auto y que tenían temor, ya que la huella por donde se habían metido estaba muy mala en cuanto a condiciones de suelo y geográfica. Incluso, avisaron que tenían miedo de que el vehículo siga cayéndose”, contó Andrade.

“Nos tomó casi 5 horas llegar porque teníamos que ir a ‘paso de rueda’ (más lento que el paso de hombre), en un camino de barrancos y que, además, estaba ladeado por la propia erosión del viento y de las nevadas y lluvias. Teníamos cortes del cerro y zanjas aluvionales en el camino”, detalló Andrade.

Finalmente, pudieron encontrarse con Chirivino a las 4.20 de la mañana de este miércoles, a pocas horas de que caiga un temporal de nieve en la Cordillera de Los Andes. “Lo encontramos resguardado y refugiado del frío en el interior de la camioneta”, comentó el director de Defensa Civil.

“Retirar el vehículo era imposible y para hacerlo van a necesitarse otras herramientas. Pero nuestra prioridad era rescatar a las personas y garantizar su salud”, culminó.

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