Milagroso rescate en la Cordillera: una familia estuvo atrapada 4 días a temperaturas de 30 grados bajo cero
Un grupo de mineros encontró a un hombre, su esposa y su pequeña hija, que se encontraban a bordo de su camioneta a más de 4000 metros de altura sobre el nivel del mar. Se salvaron de morir congelados.
Una familia cordobesa se salvó de no morir congelada en plena cordillera de Los Andes, gracias a la asistencia de cuatro mineros, que lograron rescatarlos luego de estar varados en la nieve durante cuatro días a un promedio de 30° bajo cero a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar.
La pareja con su hija menor de edad habían subido el pasado miércoles en una camioneta a la laguna Los Aparejos, Fiambalá, Catamarca. Aquel fueron observados por los mineros cuando viajaban hacia el proyecto de extracción de litio Tres Quebradas. Debían realizar el cambio de turno, pero debido a las inclemencias y fuertes nevadas, los trabajadores no regresaron ese día.
Los trabajadores relataron que en la madrugada del pasado sábado, mientras bajaban por una urgencia, pasaron por Los Aparejos, pero debido al fuerte viento blanco y la intensa nevada, no lograron ver al vehículo de turistas que se encontraba atrapado en la nieve.
De regreso al campamento, alrededor de las 16 horas, esta vez vieron a unos 20 metros de la ruta la camioneta que se encontraba tapada en un 50% por la nieve, con el motor en marcha y sus ocupantes adentro.
Allí, activaron el protocolo de rescate y pudieron comprobar que los tres ocupantes estaban con vida. Los turistas presentaban síntomas de deshidratación, informó Multimedios Abaucán.
“En el momento que nosotros llegamos ya se estaban quedando sin combustible en la camioneta, lo que podría haber sido fatal para poder mantener la temperatura dentro del vehículo. Fue un milagro haberlos visto en medio del viento blanco. Creo que si no los distinguíamos se morían congelados", comentaron.
Por último, aseguraron que la familia "se salvaron porque la camioneta era naftera. Si hubiese sido diesel se le congelaba el combustible esa noche y el final era otro, pero Dios no quiso y nos puso en el camino”.