RAWSON (ADNSUR) -  Un salón de París exhibe prendas artesanales de diseño exclusivo producidas a más de doce mil kilómetros de distancia, en Península Valdés.El proyecto comenzó en el año 2016, cuando investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) junto a productores ganaderos y trabajadores rurales trabajaron para promover una producción lanera responsable tendiente a la conservación de la biodiversidad.

Los campos y el ganado en Península Valdés se han visto afectados a lo largo del tiempo por factores diversos, entre ellos el guanaco - que disputa agua y alimento con las ovejas- y el puma. Buscando una alternativa a la solución histórica de persecución y caza de estas especies silvestres, investigadores comenzaron a implementar medidas para evitar la matanza tanto de pumas como de guanacos y al mismo tiempo brindar soluciones concretas a los productores de ganado ovino.

El investigador independiente del Instituto Para el Estudio de los Ecosistemas Continentales (IPEEC-CONICET), Ricardo Baldi, fue el que primero pensó que el conocimiento científico podía conjugarse con los saberes previamente adquiridos de los productores con el objetivo de encontrar soluciones conjuntas a problemas puntuales.

“Trabajamos para posibilitar la coexistencia entre la producción de lana y poblaciones saludables de vida silvestre; implementando acciones de conservación y manejo basadas en la investigación científica y en actitudes responsables. Y actualmente estamos trabajando en diferentes establecimientos ganaderos que abarcan unas 50 mil hectáreas de Península Valdés, un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por UNESCO. En lugares críticos por el conflicto con los carnívoros, hemos introducido perros protectores de ganado para disminuir los índices de mortandad de ovinos por pumas y controlar a los depredadores de manera no letal. En otros sitios colocamos aleros a los bebederos artificiales disponibles para las ovejas, a una altura que impiden acceder a los guanacos a consumir esa agua”, comenta Baldi.

Así, un grupo de productores se comprometió a producir lana siguiendo estándares de prácticas responsables y obtuvieron una certificación internacional. La diseñadora argentina, María Abdala Zolezzi, conocida como Maydi, compró cien kilos de esa lana con el sello “Wildlife Friendly” y acaba de presentar en París la colección que produjo a partir de esa materia prima patagónica.

“Quiero dar a conocer la belleza de las fibras naturales con las que contamos en la Patagonia argentina y sobre todo teniendo en cuenta que estas fibras se encuentran respaldadas por un proceso productivo que cuida el medio ambiente, el bienestar de los animales y el desarrollo de las personas y las organizaciones que participan en toda la cadena de valor”, asegura Maydi.

La diseñadora creó toda una línea de prendas utilizando esta lana, que consta de sweaters, capa y accesorios como guantes, bufandas, polainas, gorros y chales. Además de la lana certificada, utiliza tintes naturales que se obtienen de plantas nativas mediante procesos amigables con el ecosistema.

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