Murió Liliana Caldini, reconocida modelo argentina y ex esposa de Cacho Fontana
La noticia fue confirmada a los medios por una de sus hijas gemelas, llamada Antonella. Aún se desconocen los motivos de su deceso.
El domingo por la noche, se conoció la triste noticia de la muerte Liliana Caldini, quien en vida fue exmodelo y exesposa de Cacho Fontana.
Falleció a sus 71 años. La noticia de su pérdida fue confirmada por una de sus hijas gemelas, Antonella.
Hasta el momento no fueron reveladas las causas del deceso de la recordada figura pública que cobró notoriedad en los años 70, a partir de apariciones en la pantalla chica y grande, como los comerciales de los cigarrillos Chesterfield y el film El extraño de pelo largo.
Caldini nació el 26 de agosto de 1951 en Buenos Aires. Estaba estudiando la carrera para ser docente cuando en 1969, a los 18 años, fue elegida para protagonizar una publicidad de Chesterfield en donde se la veía fumando un cigarrillo y bailando al ritmo de “Tiritando”, de Donald. Este hecho la convirtió rápidamente en una de las caras más famosas de la publicidad argentina de aquella época. Gracias a este trabajo comenzó a forjar un nombre y su rostro podía verse en tapas de revistas y canales de televisión.
Formó parte del elenco de Los Campanelli, una de las series costumbristas más populares de la historia de la televisión argentina, y en 1970 protagonizó junto a Litto Nebbia, Miguel Bermúdez, Nacha Guevara y Diana Maggi, entre otros, la película El extraño de pelo largo, la cual narra los orígenes del rock argentino.
En medio de su incipiente fama se enamoró por completo de uno de los hombres más famosos del momento, Cacho Fontana, quien tenía 20 años más que ella. Dispuesta a apostar por la familia, Caldini se casó y dejó su carrera de lado para convertirse en la productora todoterreno del hombre éxito. A finales de la década del 70 la pareja recibió a las dos únicas hijas que tendrían juntos, las gemelas Antonella y Ludmila. Doce años después del primer flechazo, Caldini y Fontana se separaron, pero siguieron manteniendo una buena relación por sus hijas y transformaron el sentimiento inicial en amistad.
“La verdad es que pasaron muchísimos años desde que nos separamos, pero fuimos y somos buenos amigos. Tal vez si no hubiéramos tenido a las chicas, el contacto se habría cortado, pero al tener dos hijas juntos, siempre nos mantuvimos comunicados. Y después con los dos nietos ni te digo”, contaba sobre la relación que mantiene con su ex.
Ludmila, quien vive en España, la hizo abuela de Lucas, mientras que Antonella, que vive en Buenos Aires, la hizo abuela de Joaquín. “Ellos son lo mejor que me pasó en mi vida. Son mis edecanes y mis motores. Cuando decaigo, están mis nietos. Están en mi mente y en mi corazón. Soy súper compañera de los dos”, revelaba hace un año en una entrevista con la revista Hola!
Liliana Caldini siguió trabajando en los medios, sobre todo en radio y en teatro. Vivió seis años en Miami pero terminó volviendo a Buenos Aires por un problema de salud. “Yo he pasado por enfermedades difíciles, estuve muy complicada por un cáncer y me ayudó mi actitud. Cuando estoy mal, tengo que salir sola. Porque si no, es como que me debilito, me quita fuerza. No es que sea autosuficiente, sino que eso es lo que necesito para mantenerme fuerte, para no aflojar. Porque si aflojo, me convierto en una cataplasma para los demás”, expresaba.
A pesar de haberse vuelto famosa por su belleza, se negaba a hacerse cirugías y elegía aceptar el paso del tiempo. “¿A quién le voy a mentir mi edad? Además, no necesito, a mí me rejuvenecieron mis nietos”, decía despreocupada. “Me muero si me hago algo y me convierto en otra persona. ¿Viste que hay gente a la que le tenés que pedir la cédula para reconocerla? Y te da pena, porque eran mujeres bellas que no necesitaban hacerse eso”, reflexionaba y explicaba su rutina para mantenerse bien: “Bailo. Me cuido un poco del sol ahora, antes no me cuidaba nada (...) Para las dietas no soy buena: trato de controlarme un poco, pero no soy muy estricta. Y la verdad es que unos kilitos menos me vendrían muy bien”.
“La música, amo la música: me acuesto y me levanto con música y soy capaz de bailar con el escobillón mientras barro la casa. El baile me hace bien. El baile socializa, alegra, transmite energía, por eso el último tiempo me dediqué un poco a eso, con gente de mi edad. Lo hice cinco años en la provincia de Buenos Aires: fui con mi baile y mi música a todos los centros de adultos mayores. Y en verano lo hacía en Mar del Plata, en la playa, sobre un escenario”, contaba sobre como ocupó sus días este último tiempo.
“Me da miedo morirme sufriendo. Ojo, tampoco me gustaría vivir muchos años. Me gustaría vivir mientras me pueda valer por mí misma”, le decía a la revista Hola! hace un año, en la última entrevista que brindó y que quedará para siempre en el recuerdo.
Con información de La Nación