COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - El 1 de diciembre de 1984 Mariana López Badra, una de las protagonista de esta historia, vio la luz por primera vez en su vida. Fue en una clínica de Trelew que ya no existe. Ella no recuerda nada de ese día, por cuestiones obvias, sin embargo, a lo largo de su vida pudo reconstruir lo que sucedió esa tarde en que la dieron en adopción.

Mariana es una de las tantas personas de Argentina que busca su origen biológico y que fue dada en adopción en tiempos democracia. En su caso, afortunadamente encontró a la familia que tanto buscaba y por estos días espera poder encontrarse con su madre biológica.

“En realidad mi adopción fue legal, pero sin papeles”, dice en una charla con ADNSUR. “Fue pactada entre el médico que atendió el parto de mi mamá y mis papás. Fue un arreglo. Ellos me estaban esperando cuando nací y al otro día viajamos para acá”.

Mariana se crio en el barrio Roca de Comodoro Rivadavia, y cuando terminó la secundaria decidió ir a estudiar a Misiones para ser profesora de portugués. Tras su experiencia estudiantil volvió a la ciudad petrolera y en la actualidad es madre de una pequeña de 3 años.

La mujer asegura que siempre supo que era adoptada. Sus padres de crianza eligieron decírselo y que sepa su verdad. Por esa razón, para ella es muy natural hablar sobre su historia. “Por suerte, ellos nunca me mintieron y siempre me dijeron la verdad. Pero tampoco tenían muchos datos porque lamentablemente no tenían la identidad de mi familia biológica. Así que estuve en la búsqueda 20 años”.

Mariana tenía 16 años cuando decidió que era momento de buscar su origen biológico, una decisión difícil de afrontar que se extendió muchos años. “La búsqueda la hice en forma interrumpida", cuenta. "Primero dije voy a estudiar, me voy a concentrar en eso y después voy a buscar, y cada tanto algo hacía; hasta que finalmente me decidí a publicar en las redes”.

La joven asegura que ese paso “fue difícil”. El “hacer pública” su historia la llenaba de temor, principalmente por los comentarios que podía recibir. Sin embargo, se armó de fuerzas y el 22 de octubre de 2020, Día del Derecho a la Identidad de Origen, decidió avanzar, así como también había hecho a sus 16 años, cuando publicó una carta del lector en un medio del valle con la esperanza de que su madre biológica la leyera.

Para hacerlo publicó su historia en la página de Facebook “Completando mi historia”, y la compartió en grupos de compra y ventas de Trelew. A fin de cuentas, el lugar de origen de su madre era uno de los pocos datos reales que tenía de su larga búsqueda, la cual incluyó llamados telefónicos y golpear puerta a puerta, casa por casa, como cuando le dijeron que podía ser hija de una familia galesa; lo que llevó a buscar en la agenda a todos esas posibles personas que vivían en Trelew, Dolavon o Gaiman. 

Esa misma tarde que Mariana publicó en redes, una mujer la contactó y le dijo que tenía una amiga en la juventud que había tenido una hija a los 16 años en Trelew, con el médico que ella había nombrado. Lo más llamativo fue que le dijo que su madre era adolescente y que había sido por cesárea, algo que ella no le había dicho.  

La mujer le consiguió el contacto de su amiga. También el del posible padre. Mariana decidió escribirle a su posible madre y se contactó con ella, con “Marita”... había encontrado su origen. 

“Fue algo muy lindo porque ella me aceptó, no me rechazó, como que necesitaba ese encuentro. Mis padres tenían miedo que mi madre biológica no quisiera saber nada de mí, pero fue algo que nos hizo bien a las dos y ahora tenemos una amistad re linda”, admite con alegría a ADNSUR.

Mariana y Marita por el momento no se vieron. La pandemia frenó un encuentro esperado. Es que la mujer sabe que sus padres son grandes y teme exponerlos al Coronavirus. Así, mientras aguardan ese momento, se entrecruzan mensajes y llamadas que alimentan el vínculo, hasta que sus padres puedan vacunarse y ella pueda ir en busca de ese “encuentro, ese abrazo” tan esperado.

Mariana asegura que encontrar a su madre “fue una liberación, una sanación”. “Para mi es sanar una herida, porque nunca le tuve rencor. Mis papás siempre me dijeron que seguramente por alguna cuestión de fuerza mayor me dieron en adopción. Entonces buscaba por querer saber quien soy, y encontrar a una persona tan abierta es algo lindo, completar mi historia, porque 36 años estuve con una herida abierta que sanó... Pensaba que me iba a morir sin completar mi historia, pero se dio y no lo puedo creer”. admitió.

La imagen que utilizó Mariana para difundir su búsqueda.
La imagen que utilizó Mariana para difundir su búsqueda.

UN GRUPO PARA COMPLETAR LA HISTORIA

Así como Mariana hay miles de personas que buscan su origen. Muchos forman parte del grupo “Completando Mi historia” que tiene más de 60 mil seguidores en la red social Facebook. 

El mismo fue creado por Patricia Margaría (46), quien desde Buenos Aires dialogó con ADNSUR y contó cómo surgió esa iniciativa. “Yo también estoy intentando completar mi historia. Hace poco más de 10 años estoy buscando mis orígenes biológicos, y en un principio hice un blog donde iba contando qué era lo que me pasaba en esto de la búsqueda y después se convirtió en una página de Facebook”, indicó.

Patricia asegura que “estas historias no son de adopción, porque no hubo un trámite legal”, por el contrario “son historias donde se sustituyó la identidad de las personas”, dice, y lo explica en forma sencilla. “Esto quiere decir que hubo un acuerdo con una partera, con un médico o un intermediario, y esa persona llenó los papeles como si fuéramos hijos biológicos. Esto es lo que se llama sustitución de identidad o apropiación, pero no utilizó mucho el segundo término porque está como muy vinculado al tema de la dictadura, y a la gente como que a veces le cuesta pensar que antes también hubo bebés que desconocen su identidad por este tema, y después también. De hecho hoy en día en algunas provincias sigue sucediendo”. 

Patricia es la impulsora de esta gran red que está ayudando a cientos de personas.
Patricia es la impulsora de esta gran red que está ayudando a cientos de personas.

En el caso de Patricia, la enfermedad de uno de sus hijos fue lo que la motivó a buscar su origen a pesar que siempre supo que no era hija biológica de sus padres de crianza. Es que en su infancia no se hablaba de eso. Eran tiempos en que el tema era tabú y la muerte de sus padres, cuando era solo una adolescente, dejó un vacío inconcluso que recién de grande necesitó llenar, cuando su hijo tenía 3 años.

“Yo sentí cómo una bomba que explotaba en mi, y decía, yo de donde vengo”, cuenta sobre lo que sintió en ese tiempo qué su hijo estaba enfermo.

Patricia creció en Lincoln y actualmente vive en Capital Federal, donde podría haber nacido, según su partida de nacimiento, aunque ella lo duda. “No sé si realmente nací allí. Tengo distintas versiones. Una dice que nací cerca de la ciudad donde crecí, otra que puedo ser del sur. No hay certeza, porque como no hay registros no podemos saber mucho de nosotros donde nacimos, por eso surgen muchas preguntas, incluso cuando estás embaraza que te preguntás cómo puede ser que una madre deje un hijo, pero después sabes que hay madres que les robaron el bebé”, dice.

Patricia asegura que la búsqueda puede llevar por varios caminos, pero también por pocos, ya que en Argentina no hay un banco genético, excepto para quienes nacieron entre junio de 1974 a 1983, es decir en tiempos de dictadura. Por esa razón, muchos de los buscadores apelan a un banco genético ancestral privado que hay en Estados Unidos, donde muchas personas encontraron resultados positivos que le permitieron encontrar su origen.

“Ahí lo que hacen es hacerte una muestra de ADN y te da distintos rasgos de parentesco. Entonces te pueden dar los datos de un primo segundo y si tiene voluntad podés llegar a quien buscas”, explica ella sobre este banco que permitió que dos hermanas se encuentren hace poco tiempo.

Patricia reconoce que “es una esperanza" que tienen quienes buscan, "pero es pago, no es accesible para todo el mundo, y tampoco se conoce demasiado”, dice sobre Nuestra Primera Página. 

Maribel es otra de las comodorenses que busca sus origenes.

A lo largo de su búsqueda, Patricia se ha hecho exámenes de ADN con diferentes madres a las que les han robados sus bebés o las han forzado a entregarlos, pero hasta ahora no tuvo resultados positivos. Sin embargo, como dice, no pierde la esperanza y se conforma con saber que algunas personas encuentran su origen a través de su página, como le sucedió a Mariana. 

Es algo que me da mucha satisfacción personal porque cuando un buscador llega es como que llegamos un poquito todos. Es como decir que alguien lo logró, que se puede aún sin datos, que las redes tienen una fuerza increíble. Me gusta pensar que esto es como una reparación. Estamos reparando algo que no nos hace bien a nosotros: la mentira, el ocultamiento, eso es la búsqueda para mi”, dice esta mujer que ayuda a otras personas a encontrar sus orígenes, el inicio de la vida misma.

Maru vive en Estados Unidos, pero creció en Comodoro y quiere encontrar a sus padres biológicos.
María Isabel es otra de las comodorenses que quiere completar su historia.
Esterlina quiere dar con el paradero de su hija, quien nació en 1970.
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