Néstor Serenelli, el primer productor de whisky chubutense
En 2011 fundó en Lago Puelo la primera destilería de whisky de malta o “single malt whisky” del país.
LAGO PUELO - A veces, para darse un gusto completo hay que animarse a ir a la raíz del asunto. Es lo que hizo Néstor Serenelli, un amante del whisky escocés que hace algunos años decidió producir su propio elixir en el lugar de sus sueños, al pie de la cordillera patagónica. Con ese objetivo, en 2011 fundó en Lago Puelo, Chubut, la primera destilería de whisky de malta o “single malt whisky” del país. Así nació La Alazana.
Se trata de un campo de cerca de 250 hectáreas en las que se cultiva cereales, alfalfa y pasturas, y de esa superficie se destinaron dos hectáreas para hacer el ensayo de las variedades de cebada que Serenelli trajo especialmente de Gran Bretaña. “Las variedades son Odyssey y Overture, son variedades de primavera. Son específicas para whisky, se están usando en el programa de siembra en Gran Bretaña. Como hacemos nuestro control de calidad del whisky en Escocia estamos al tanto de las variedades que se están utilizando actualmente”, explica. Y luego agrega: “Ninguna de las variedades de cebada que se implantan en el país son las apropiadas para whisky. Tampoco hay malterias que tengan ajustado el proceso para los parámetros que requiere esta malta”.
La cebada entra así en una rotación con leguminosas y pasturas, y la expectativa de rendimiento es de 6.500 kg por hectárea, con un porcentaje de humedad en la cosecha de alrededor del 10%. Después, con el grano en la tolva, empezará la alquimia. “Aproximadamente perdemos un 20% en la clasificación de lo que va para malteado y se pierde otro 20% en el proceso de malteos”, explica el master distiller.
Y luego revela los próximos pasos a seguir tras la etapa de ensayos. “Queremos comenzar a maltear la cebada de esta cosecha y más adelante agrandar el batch de malteo para poder cumplir con nuestra demanda de malta para la destilería, ya que por el momento estamos importando de Escocia la totalidad de lo que destilamos. La idea es crecer en hectáreas y poder abastecernos por completo. No tiene sentido que estemos importando malta cuando tenemos las condiciones propicias para cultivar aquí mismo. Estamos convencidos de que el whisky nace en el campo y de que esta es una industria absolutamente vinculada a la agricultura”, concluye.
Fuente: Clarín