Este lunes se conoció que María Kodama, falleció el 26 de marzo y no dejó un testamento con indicaciones acerca de sus bienes y el legado literario del autor. Si no aparecen herederos, su patrimonio y derechos por sus obras eventualmente podrían pasar a manos del estado. 

Así lo anunció este lunes 3 de abril Fernando Soto, el apoderado legal de la escritora y traductora, quien comunicó también que solicitó a la justicia que se decrete abierto el sucesorio “por herencia vacante”, para verificar la existencia de herederos

Si bien al conocerse su muerte el abogado había detallado que ella “dejó todo arreglado” y que en breve se informaría su decisión, días después la situación cambió y su decisión concreta se desconoce. 

Los detalles se informaron mediante una conferencia de prensa del abogado de Kodama e integrante de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, creada en 1988 por la viuda del autor de "Ficciones" para apuntalar su labor individual como custodia de la obra del escritor argentino más universal de todos los tiempos.

"No dejó testamento", afirmó el letrado. Y luego aclaró: "Su escribana de confianza no tiene testamento. Nadie del círculo cercano entre quienes consultamos conoce el testamento. Si al momento de entrar a su casa se encuentra un testamento, se tomará ese, pero las posibilidades son bajísimas".

El abogado explicó que era muy difícil hablar de estos temas y que ella le había dicho en una oportunidad tenía “todo arreglado”. “No quería hablar de lo que fuera de la finitud, tanto es así que Borges no le dijo a ella que era heredera. Ella se enteró luego", dijo.

Asimismo, Fernando Soto dio a conocer un documento en el que se especifican los pasos a seguir para determinar el destino del patrimonio literario de Borges. "En legal tiempo y forma y conforme a lo dispuesto en los arts. 529 2da. parte, 532, 536, 2438, 2441, 2444 y concordantes del Código Civil y Comercial de la Nación y lo dispuesto en la Ley local nro. 52, vengo a iniciar la sucesión por Herencia Vacante de la sra. María Kodama", dice el comunicado.

En el mismo escrito, señala: “Como constantemente conversábamos sobre las cuestiones y los casos judiciales en los que la representaba legalmente accionando contra quienes la difamaban, más de una vez hablamos sobre el futuro de la Obra de Borges cuando ella ya no estuviera, y me decía que ‘tenía todo arreglado’, que quien la iba a suceder iba a ser ‘más estricta aún que ella’ en la defensa de la Obra de Borges. Como sabía de su especial cuidado de su intimidad, jamás le pregunté quién era la persona que había designado aunque, para mí, ya sabía quién debía ser. Tampoco le pregunté sobre el contenido de la expresión de su última voluntad y ni siquiera se los pregunté a su escribana personal, con quien también tengo una relación profesional y de amistad, porque todos respetábamos su discrecionalidad y, por lo tanto, no iba a importunarla indagando sobre ese tema”.

“María Kodama era propietaria de bienes muebles, bienes inmuebles y, como heredera universal del escritor Jorge Luis Borges, era la titular de los derechos de autor de toda su Obra literaria, además de ser la propietaria de todas las medallas, condecoraciones y distinciones recibidas por el escritor a lo largo de su carrera, de manuscritos originales de su Obra, de dibujos de su autoría y de su biblioteca personal (intervenida por el propio Borges), entre otros muchos bienes de altísimo valor cultural, histórico y patrimonial”, señala el escrito. 

Además de los derechos intelectuales de la obra de Borges, que Kodama recibió por testamento del escritor, ella misma fue autora de varios libros, algunos de ellos escritos en conjunto con él. 

En tanto, los bienes inmuebles son dos departamentos contiguos donde residía en la calle Rodríguez Peña, más un departamento en la calle French, todos en la Capital Federal; y también el inmueble que funcionaba como sede de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, en Anchorena 1660, en Buenos Aires. 

Lo cierto es que, de no aparecer herederos, el legado literario del escritor quedará en manos del Estado, que se encargará de gestionar los derechos por traducciones, nuevas ediciones así como de materiales inéditos, una tarea que desde 1986 y hasta hace unos días había desempeñado su viuda y albacea, quien falleció a los 86 años.

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