Noelia, la estudiante de Medicina que ayuda a contener a los viajeros que cumplen aislamiento obligatorio en Comodoro
Noelia Ruarte tiene 29 años, en febrero rindió su último final de la carrera de Medicina y había empezado a realizar la Práctica Final Obligatoria cuando se declaró la cuarentena. Una profesora la convocó para que se integre al trabajo de Salud Mental, y por estos días es parte del equipo que se encarga de contener a quienes deben cumplir el Aislamiento, Social, Preventivo y Obligatorio.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) – Veinte minutos podría ser el título de un libro. Si se busca en Google puede ser un medio de comunicación pero también el tiempo justo para realizar una rutina de cardio, bicicleta u otro ejercicio.
En Comodoro Rivadavia, por estos días, 20 minutos es el tiempo justo para charlar y contener a quienes cumplen el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO). Es que lejos de pasarla bien, como cree mucha gente que los juzga por haber estado de viaje o volver de la ciudad donde estudiaban, quienes regresaron atraviesan duros momentos en los que necesitan ser asistidos.
Noelia Ruarte, admite que cada persona pasa por “una situación diferente”, pero la mayoría de los aislados tienen un punto en común: “agradecen mucho la contención”.
La estudiante de Medicina de 29 años por estos días integra el equipo de Salud Mental del Hospital Regional que contiene a los aislados. Cada día, por teléfono, se comunica con quienes cumplen su propia cuarentena y le pregunta algo sencillo pero significativo: ¿Cómo están?
“Tenemos un cuestionario”, explicó Noelia en una entrevista en vivo con ADNSUR. “La tarea consiste en realizar llamadas telefónicas para saber cómo están llevando el aislamiento, también para poder detectar distintos eventuales, ya sea violencia en casa, tal vez adicciones, problemas de ataque de pánico y demás”, agregó.
Noelia en febrero rindió su último final de la carrera de Medicina de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Ya había empezado a realizar la Práctica Final Obligatoria cuando se declaró la cuarentena.
El panorama no era el mejor, iba a tener que esperar para terminar la etapa final de la carrera y poder graduarse. Sin embargo, su profesora de Psiquiatría, sabiendo que ella quiere continuar la misma especialidad, la convocó para que se integre al trabajo de Salud Mental. Una práctica full express en medio de un contexto atípico.
Así, esta joven que trabaja de moza en el Hospital Regional, y que cursó toda su carrera combinando trabajo con estudio, comenzó a ayudar a quienes realmente padecen el aislamiento en esta Fase IV que atraviesa la ciudad.
Para ella es un gusto, según explicó. “Las personas con las que me ha tocado hablar están muy agradecidas con el acompañamiento. Cada persona pasa por distintas situaciones: desde la que está comprometida en cuanto a lo económico, hasta lo sentimental, porque están lejos de sus familiares y lo que tuvieron que pasar para llegar a Comodoro. Personas que no tenían ya donde estar porque estaban en Buenos Aires, Córdoba y han recibido ayuda para poder llegar, pero sufrieron momentos muy angustiantes. La verdad que uno pueda llamarlos y compartir unos minutos para saber cómo está esta bueno. Lo han recibido muy bien, y en lo personal estoy muy contenta porque se lo agradecidos que están de dedicarles unos minutos a escucharlos y para saber cómo la están pasando”.
ENTRE LA ORGANIZACIÓN Y LA AYUDA
Según el último reporte sanitario de este martes, en el Área Programática Comodoro Rivadavia, que incluye a Rada Tilly, Sarmiento y Río Mayo, 618 personas cumplen el aislamiento obligatorio.
El proceso ha sido igual para todos. Cuando llegan se espera una semana para comenzar con las llamadas de contención. El objetivo es que “sea más significativo el monitoreo”. Cada charla dura al menos unos 20 minutos y por lo menos una vez ha sido llamada cada persona. Es que por días, los telefonos no dan abasto.
Noelia, asegura que le sorprende la organización de la gente. “En lo particular con las personas que he hablado se habían organizado más que bien, porque esto implica organización de la persona que están cumpliendo el aislamiento, pero también de la familia y el entorno. Muchos me dijeron de lo solidario y cooperativos que son los vecinos, familiares y amigos, que se habían puesto a disposición, porque las personas necesitan comer. Entonces le escribían por WhatsApp, le dejaban las cosas en la puerta, y ellos salían y entraban”.
Para la joven este proceso de contención es importante, ya que como explica “son dos semanas que están completamente aislados”, pero muchos “han estado semanas o meses lejos de la familia o sin poder ver a nadie”.
Sin embargo, también sabe que es la única forma de ganarle al coronavirus y que no haya contagios comunitarios, algo que la zona ha podido evitar gracias a las medidas de prevención. “No hay otra alternativa, es lo único que podemos hacer y es sólo un periodo que hay que cumplir. Sabemos que llevamos mucho tiempo encerrados, que todos tenemos ganas de vernos, juntarnos y demás, pero no es todavía el tiempo. Los únicos responsables somos nosotros y si seguimos cumpliendo las pautas que se nos van imponiendo vamos a seguir así”, resumió esta joven que se siente orgullosa de poder desempeñar esta tarea; una más en su ascendente carrera en el Hospital Regional, donde ojalá pronto la podamos ver con delantal blanco y cumpliendo su sueño: ser médica.