Operaron a su hija en EE.UU. y ahora le deben US$ 278 mil a la obra social
La nena tiene 5 años y fue operada del corazón en Boston pero las autoridades sanitarias del Instituto de Seguridad Social, Seguros y Préstamos de Chaco sostienen que la cirugía se podría haber hecho en el país.
CHACO - Casi un año después de pagar la operación de corazón que salvó la vida de su hija, la obra social les exige a los padres que devuelvan lo que costó esa cirugía en Estados Unidos: 278.000 dólares imposibles para una familia que vive con lo justo.
A Edgar y Gabriela Molnar, de 37 y 33 años, se les nota en la voz la sonrisa que se les dibuja mientras miran a Francesca, su hija de 5, correr por la casa en La Tigra, una pequeña localidad chaqueña ubicada 200 kilómetros al noroeste de Resistencia, la capital provincial.
Es que no hace un año desde que la nena empezó a tener una vida “normal”; desde que va al jardín y toma una aspirina en vez de los 10 medicamentos que necesitaba para vivir con la compleja cardiopatía con la que nació. “Su vida y la nuestra cambiaron por completo después de la operación —explica Edgar— Ahora juega, se ríe y ‘pelea’ con su hermano, y nosotros no tenemos que estar todo el tiempo encima”.
Fue el 8 de octubre del año pasado cuando a Francesca le hicieron una “reconversión biventricular parcial” en el Boston Children’s Hospital, en Estados Unidos, la quinta operación de corazón a la que se sometió, que marcó un antes y un después. “Fue la primera vez que dejó de sufrir, y que no tuvo complicaciones durante la recuperación”, cuenta Gabriela.
Para llegar hasta esa operación la familia transitó un largo y complejo camino, que implicó idas y vueltas judiciales, y cuyo último coletazo fue un fallo del Juzgado N°2 de Niñez, Adolescencia y Familia de Chaco, a cargo de la jueza Patricia Alejandra Sá, que resolvió que debe pagar la intervención realizada en Boston al Instituto de Seguridad Social, Seguros y Préstamos (Insssep) de Resistencia, una cifra inalcanzable para los Molnar, que viven con $ 35.000 al mes.
Sucede que antes de llegar a esa instancia Francesca fue operada “tres veces en el Hospital Garrahan y una en el Hospital Italiano, entre 2013 y 2016, sin resultados que terminaran de mejorar su vida”, explica Edgar. Y tras una serie de informes elaborados por su cardióloga, Gabriela Peña, la conclusión fue que la intervención que necesitaba la nena sólo podía realizarse en Boston.
Pero, ante la negativa del Insssep de costear los gastos de la operación, que alegó que podía practicarse en el país, los padres impulsaron una medida cautelar ante la justicia provincial que en primera instancia fue rechazada y luego tuvo luz verde en la Cámara de Apelaciones, por lo que se trabó un embargo a la obra social por el monto necesario para concretar la cirugía.
“Nuestra postura es que la operación podría haberse realizado en el país y que el caso estuvo mal derivado”, sostiene Javier Turienzo, presidente del Insssep desde febrero de este año, quien admite que aún no se reunió con la familia de Francesca y plantea que en la obra social atraviesan una situación de “desfinanciamiento”.
“Nuestros ingresos dependen de los empleados de la administración provincial y, en un contexto inflacionario, con fuerte devaluación de la moneda, pauta salarial que viene atrasada, y medicamentos, insumos y precios con valores internacionales, es imposible sostener este tipo de tratamientos. Yo tengo que velar por los intereses de la obra social, y los fondos tienen que alcanzar para todos los afiliados”, explica.
Para los Molnar llegar al hospital en Boston fue una odisea.
Fueron primero en 2017, con 50 mil dólares que juntaron en una campaña solidaria a través de redes sociales, para que el centro médico hiciera un diagnóstico de la salud de Francesca. Volvieron el año pasado, en septiembre, utilizando los fondos restantes en viáticos y hospedajes en casas de familia, para la operación que se pagó con los fondos de la obra social. Tuvieron que esperar hasta octubre, cuando la Justicia embargó al Insssep y el dinero ingresó finalmente al hospital para que se pusiera en marcha la cirugía, porque a pesar del fallo de la Cámara la entidad no giraba la plata.
“En ningún momento los centros que atendieron a Francesca en Argentina nos hablaron de la posibilidad de la operación que ella necesitaba. En cambio, nos decían que la única solución era hacer un trasplante, que era muy difícil que ella pudiera tolerar, si es que llegaba el corazón”, explica Gabriela. Apostamos por la medicina argentina, pero hasta ahí llegaron”, señala.
Los Molnar apelaron el 13 de septiembre el último fallo y están a la espera de una resolución favorable. Mientras tanto, el presidente del Insssep plantea: “El Superior Tribunal le dio la razón a la obra social, no creo que un juez dictamine sin tener un asesoramiento. Hemos respetado todas las instancias y, ahora que nos dan dan razón, ¿por que habría que ponerla en tela de juicio?”.