COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) – “No tenemos alfajores, no tenemos mate… Triste”, dice entre risas Cornelia Sophie Wagner, una turista alemana que en las últimas semanas pasó por Comodoro Rivadavia junto a su pareja, Andrey Kamushkin, un escalador ruso de alta montaña.

Camino a Ushuaia, la ciudad que es destino de miles de turistas extranjeros que recorren la Patagonia, Sophie y Andrey se alojaron en la casa de Alejandro Luna, un mendocino que creció en Comodoro Rivadavia y que hace años se radicó en Rada Tilly, donde aloja viajeros a través de la aplicación Couchsurfing.

La última semana, Alejandro recibió a ADNSUR en su casa y compartimos una cena junto a Andrey, Sophie, Jacob Kaptein -un fotógrafo holandés- y Carina Mendiondo, una radatilense.

Jacob preparó una comida típica de su país y Andrey y Sophie una Borsch, una sopa rusa con remolacha.

¿Pero de qué se trata esta app que cambió la forma de viajar?

Alejandro en su casa de Rada Tilly junto a diferentes turistas que alojó en los últimos días. "Esto no es un hotel, la idea es compartir experiencias", contó.

ALOJAR O ALOJARSE

Couchsurfing es un sistema para alojarse en cualquier parte del mundo en forma gratuita. Su objetivo va más allá de tener un techo y apunta a un intercambio cultural, tal como dice Alejandro. “Yo lo primero que aclaro cuando recibo a alguien es que esto no es un hotel. La idea es compartir, conocernos, charlar y que sirva como un intercambio. También le digo cuáles son las reglas de la casa, pero estoy a disposición si necesitan cualquier cosa”, contó a ADNSUR.

Además de Sohpie, Jabob y Andrey, Alejandro la última semana también alojó a Juan Carlos Villalobos, un viajero colombiano que decidió recorrer Sudamérica en bicicleta y que sufrió el robo de su vehículo en Perito Moreno, Santa Cruz.

Afortunadamente, Juan Carlos recuperó su bicicleta y pudo seguir viaje. Así llegó a Comodoro en la última semana y tuvo una experiencia completa de Couchsurfing, ya que Alejandro lo llevó a comprar una cámara para su rueda, dejando sus cosas de lado sus actividades para ayudarlo.

Es que este sistema de viaje no sólo implica alojamiento, sino también la posibilidad de ayudar al viajero, compartir un momento o llevarlo a conocer la ciudad.

Alejandro junco a Juan Carlos, el colombiano que decidió viajar por Sudamérica en bicicleta.

UN CONOCEDOR DEL MUNDO

Alejandro tiene 44 años y sabe lo que es viajar. A los 13 tuvo su primera experiencia como mochilero junto a sus amigos. Sin embargo, tuvo que continuar solo, ya que la nula experiencia los llevó a viajar sobrecargados.

Desde entonces, no paró y recorrió el mundo, viviendo en España, donde estudió kinesiología, Italia, Marruecos, Francia, Rusia y Brasil.

En la entrevista con ADNSUR, relató que en 2008 comenzó a incursionar en el sitio con un amigo con el objetivo de viajar, y en 2014 se armó su propio perfil.

Desde entonces no paró de alojar gente y transmitir la filosofía de Couchsurfing, ya que es uno de los seis embajadores que tiene la app en el país.

En Comodoro Alejandro es el miembro con mayor cantidad de recomendaciones. Tiene 235 y el mayor referente, pese a que la ciudad registra 945 integrantes, y en la práctica tiene unos 10 usuarios activos que alojan turistas o los acompañan a recorrer la ciudad.

Según cuenta este sistema de recomendaciones es fundamental, ya que se utiliza para que el viajero sepa cómo ha sido calificado, teniendo la posibilidad de leer los comentarios sobre la experiencia positiva o negativa de cada visitante.

Andrey, por ejemplo, dijo: “Alejandro nos dio la oportunidad de tener un gran descanso en su casa y arreglar nuestra ropa y nuestra tienda. Tuvimos otras tardes agradables y Alejandro nos presentó a su amigo, que nos hizo cumplir nuestro sueño: hacer kayak en el Atlántico. Creo que nos volveremos a encontrar”.

Para Alejandro “Couchsurfing es una filosofía de vida. Cada uno pone las reglas que quiere en su casa, y podes alojar la cantidad de días que querés, hasta ayudarlos a conocer la ciudad. Generalmente compartimos la comida y nos conocemos. He llegado a tener hasta 21 personas en mi casa”, explicó.

Por su experiencia, este mendocino comodorense por opción recomienda que la gente se anime a alojar turistas, pero también a viajar. “Tienen que animarse a hacer cosas, probar, porque es seguro. Pero también tienen que animarse a viajar, quitarse el miedo de que es mucho dinero, porque es más barato irse afuera que a Buenos Aires, Bolsón u otros lugares”, aseguró este hombre que ha recorrido decenas de ciudades durante toda su vida.

EL AMOR POR EL TURISMO

Mariana Gavilán es otra de las comodorenses que aloja viajeros en forma frecuente. La joven es una amante del turismo y luego de haber hecho la licenciatura en Rosario volvió a Comodoro Rivadavia.

En la actualidad, tras una experiencia en una agencia de viajes, trabaja en una compaña de telefonía celular y despunta su amor por el turismo a través de esta aplicación.

Mariana vive junto a Anita, su pequeña hija de 4 años, y a diferencia de Alejandro, es más cautelosa al momento de alojar turistas.  En su caso, sólo recibe a quienes vengan con referencias directas, como medida de seguridad. “Empecé en 2014. Yo estaba trabajando en una agencia de viajes y apareció una chica y me cuenta que habían estado alojando a un chico que los había invitado a Sudáfrica. Me empezó a contar de la página, porque en ese momento no había aplicación y cuando se fueron me cree la cuenta y empecé. Es un viaje de ida”, aseguró.

Cuando comenzó a alojar gente, Mariana todavía estaba en Rosario, pero cuando volvió a Comodoro decidió continuar con este hobby y sólo se detuvo cuando tuvo a su pequeña, que hoy tiene 4 años. “Me tome todo un año para no alojar a nadie. Pero cuando ella nació se adelantó un mes y ya me había comprometido con una persona. Le dije ‘no te voy a dejar en la calle’. Era un chileno que está viviendo en Estados Unidos y me re ayudó. Yo venía hablando con él hace mucho y tenía muchas referencias”.

Mariana ha alojado más de 50 personas de diferentes países. Desde un francés de 67 años que apenas hablaba español, quien se quedó una semana, hasta turistas de Brasil y Estados Unidos.

Al igual que Alejandro, suele compartir almuerzos y cenas con sus visitantes. A veces les deja la llave y en más de una ocasión se encontró con que algunos de los turistas arregló un desperfecto de la casa o la agasajo con alguna comida típica.

Pero además de recibir viajeros, Mariana también ha viajado. En su caso lo hizo a Uruguay con un grupo de madres de diferentes partes del mundo que decidieron reunirse, acompañadas por sus hijos.

Su sueño es tener su propio hostel y seguir teniendo contacto con gente de otros países y explica por qué. “Me encanta estar en contacto con gente de otros lugares. Te abre la cabeza, estas en contacto todo el tiempo con culturas nuevas, idiomas nuevos. De hecho Anita conoce diferentes cosas del mundo y para mi es súper productivo”, admite.

Mariana además de alojar turistas también les enseña la ciudad. En la foto junto a una pareja de colombianos.

OTRA FORMA DE VIAJAR

Al pensar en este tipo de aplicaciones, en estos tiempos violentos que se viven, es recurrente pensar en malas experiencias vividas. Sin embargo, tanto Alejandro como Mariana coinciden en que no suceden grandes cosas.

“Malas experiencias no. Una vez sola me toco decirle a una chica sueca que esto no era un hotel sino que salga de la habitación, que comparta”, dice Mariana, mientras que Alejandro sostuvo que “en alguna ocasión le dejaron un plato sucio o le sacaron algunos saquitos de té”.

Por esa razón, ambos elijen poner las reglas de antemano para evitar malas experiencias, en esta nueva forma de viajar que crece día a día, aun en estas partes del mundo.

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