Otra vez Estado Islámico: se atribuyó el peor ataque en EE.UU. desde el 11-S
Un norteamericano de origen afgano mató a tiros a 50 personas en una disco gay. La mayoría de las víctimas son latinas.
NUEVA YORK.- El terror golpeó, una y otra vez, con decenas de disparos que transformaron una típica fiesta de un sábado a la noche en el escenario de la peor matanza de la historia de Estados Unidos y el mayor acto terrorista en ese país desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Omar Sadiqqui Mateen, un norteamericano de ascendencia afgana de 29 años, asesinó a por lo menos 50 personas e hirió a otras 53 en Pulse, una popular disco gay de Orlando, en Florida. Mateen fue acribillado por fuerzas especiales de la policía, que irrumpieron en el local ayer a la madrugada y pusieron fin a más de tres horas de horror en las que mantuvo a decenas de personas como rehenes.
Las autoridades federales de Estados Unidos intentaban confirmar si Mateen tenía vínculos directos con Estado Islámico, que se adjudicó la responsabilidad de la matanza, según un mensaje traducido por el grupo de inteligencia SITE, que monitorea la comunicación de grupos extremistas. Mateen, además, había llamado al 911 antes del ataque para declarar su lealtad al grupo jihadista.
"Sabemos lo suficiente como para decir que éste fue un acto de terror y un acto de odio", proclamó el presidente Barack Obama, en una breve declaración, la 15» que brindó tras una masacre con un arma de fuego. Esta vez, se trató de la peor matanza en la historia del país. Antes, en 2007, Seung-Hui Cho había asesinado a 32 personas en Virginia Tech.
A fines de 2012, Adam Lanza había acribillado a 26 personas en la escuela Sandy Hook, en su mayoría chicos y chicas. Mateen usó el mismo tipo de arma que Lanza, un rifle de asalto semiautomático AR-15, similar al que usan los soldados norteamericanos, que había comprado legalmente días atrás.
Atónito, Estados Unidos quedó sumido otra vez en la conmoción por la violencia desatada por la macabra obra de un "lobo solitario". Los interrogantes predominaban sobre las respuestas ante una realidad que, de tanto repetirse, se convirtió en una tragedia habitual. Estados Unidos es el país del mundo con mayor cantidad de armas de fuego per cápita, e incluso una persona sospechada de tener vínculos con organizaciones terroristas puede adquirir un arma.
Era la "noche latina" en Pulse, en medio del mes del orgullo gay, y cientos de personas bailaban salsa y reggaeton y bebían al calor del verano. Unos minutos después de las dos de la mañana, comenzaron los disparos. Mateen cruzó tiros, primero, con un guardia de seguridad que intentó detenerlo, sin éxito. Luego, desató la furia dentro de la disco. Un sobreviviente, Ricardo Negrón Almodóvar, dijo a la BBC que cuando escuchó los disparos se arrojó al piso. No vio quién disparaba ni a nadie herido.
"En un momento hubo una pausa y algunos de nosotros nos levantamos y fuimos a la salida que da el patio. Cuando salimos, corrí", relató.
Otro sobreviviente, Brandon Wolf, dijo al diario Orlando Sentinel que sólo escuchó "disparo tras disparo" y que pensó que en algún momento se le acabarían las municiones al tirador. "Pero seguía y seguía", describió. "Era un bang, bang, bang, uno detrás del otro. Duró tanto como una canción", relató otra persona que salió ilesa, Christopher Hansen. A las 3 de la madrugada, un mensaje apareció en la página de Facebook de Pulse: "Todo el mundo salga de Pulse y corra".
Videos tomados con teléfonos mostraron a gente corriendo, ensangrentada, y grupos de personas llevando a heridos en los brazos en busca de ayuda en medio de las patrullas de policía. Mateen se atrincheró dentro de la discoteca con un grupo de rehenes. Unas tres horas más tarde, la policía decidió actuar: un vehículo blindado atravesó una pared y un equipo de las fuerzas policiales SWAT irrumpió y comenzó a cruzar disparos con Mateen, que murió en el enfrentamiento.
Terminado el ataque, la tragedia se mudó al estacionamiento y a las calles alrededor de la disco, que quedaron pobladas de heridos. Las ambulancias y los equipos de emergencia comenzaron a clasificar a los heridos para atender a quienes tenían posibilidades de sobrevivir. La policía comenzó el recuento de muertos. A media mañana, el alcalde de Orlando, Buddy Dyer, se paró ante los micrófonos y con su voz quebrada confirmó 50 muertos. Era la peor matanza en la historia del país.
La investigación está a cargo del FBI. Ronald Hopper, un agente de la oficina de Tampa del FBI, confirmó que Mateen llamó al 911 antes del ataque y habló sobre Estado Islámico, pero advirtió que eso no significaba que el grupo terrorista lo hubiera entrenado o hubiera ordenado el ataque. El FBI lo investigó en 2013 y 2014 por supuestos vínculos terroristas, pero concluyó que no representaba una "amenaza sustancial".
"Esto no tiene nada que ver con religión", dijo en declaraciones a la cadena NBC News Mir Saddiqui, padre de Mateen. Recordó que, tiempo atrás, su hijo se puso furioso al ver a dos hombres besándose en el centro de Miami. Los dos virtuales candidatos presidenciales, Hillary Clinton y Donald Trump, reaccionaron ante la matanza de la Florida fieles a su estilo.
"Éste fue un acto de terrorismo", dijo Clinton, alineada con Obama. "Podemos decir con certeza que debemos redoblar los esfuerzos para defender a nuestro país de amenazas en casa y afuera. Eso significa derrotar a los grupos terroristas internacionales, trabajando con aliados y socios para ir tras ellos dondequiera que estén, contrarrestar sus intentos de reclutar gente aquí y en todas partes, y endureciendo las defensas en casa", agregó.
En Twitter, Trump fue más allá, ató el ataque al terrorismo islámico, pese a que las autoridades no habían confirmado el vínculo con EI, y criticó la reacción de Obama. "Horroroso incidente en Florida. Rezo por las familias y las víctimas. ¿Cuándo parará esto? ¿Cuándo seremos listos, duros y vigilantes?", fue la reacción de Trump. Unos minutos más tarde, dejó otro mensaje con una crítica a Obama: "¿El presidente Obama va a mencionar finalmente las palabras terrorismo islámico radical? Si no lo hiciera, ¡debería renunciar inmediatamente en desgracia!".
Sobre el final de su mensaje, Obama dejó un mensaje de apoyo a la comunidad gay de Estados Unidos, al afirmar que la matanza a sido "un ataque a todos". Una vez más, como ha sucedido cada vez luego de un ataque armado, dijo que el ataque deja en claro lo fácil que es conseguir un arma en el país y que los norteamericanos deben decidir si quieren que este tipo de incidentes siga ocurriendo o no. Ya cerca del final de su declaración, afirmó: "No hacer nada también es una decisión".
HECHOS, PISTAS Y MISTERIOS
Lo que se sabe
El asesino
El atacante que mató a tiros a 50 personas en una disco gay de Orlando se llamaba Omar Sadiqqui Mateen, tenía 29 años y era un ciudadano norteamericano de ascendencia afgana. Antes del ataque, juró lealtad a EI en una llamada que hizo al 911. Vivía a 193 kilómetros de Orlando y estaba divorciado
Investigado por el FBI
Mateen fue investigado por el FBI en 2014 y 2015 por posibles vínculos terroristas, pero no fue considerado una amenaza
Las armas
La semana pasada, el atacante compró legalmente en Florida las dos armas que usó en la matanza: una pistola y un rifle AR-15
Lo que no se sabe
Estado Islámico
La policía no confirmó si Mateen tenía vínculos con Estado Islámico, a pesar de que el grupo emitió un comunicado en el que se adjudicó el ataque
Vínculos directos
Es probable que, aunque juró lealtad a EI, Mateen jamás haya tenido vínculos directos con el grupo
Fuente: La Nación