Otro ciclo del petróleo con alarmas encendidas
Pese al dólar alto, volvieron a desperdiciarse oportunidades.
Y si bien este año ha permitido una recuperación por vía de regalías más que importante, la cuenta no puede hacerse con mucho optimismo para el 2019. ¿Qué se hizo durante el ciclo positivo para pensar en estructuras productivas alternativas en la provincia y la región?
A lo largo de 2018, la cotización internacional del crudo aportó buenas noticias para las cuentas públicas de Chubut, ya que arrancó en precios cercanos a 60 dólares por barril –luego de tres años por debajo de U$50- y desde entonces en adelante creció hasta superar los 84 la primeras semanas de octubre último.
En combinación con una devaluación brutal, que castigó a la mayor parte de la población, al casi duplicarse el valor del dólar frente al peso desde mayo en adelante, la masa de ingresos creció por encima de los valores previstos, lo que se refleja en las últimas ampliaciones presupuestarias: 4.000 millones de pesos en septiembre y casi 1.000 millones esta semana. Si bien no todo, una buena parte de esos ingresos adicionales provienen de las regalías petroleras, ya sea de modo directo o indirecto, ya que igualmente crece la recaudación de impuestos aportados por empresas que se desempeñan alrededor de la actividad, según reconoció el ministro Garzonio la semana pasada.
PETRO DÓLARES PASAJEROS
Es cierto que las urgencias impiden dedicar tiempo a la planificación, en una provincia que todavía paga los salarios en forma desdoblada a los empleados públicos y tuvo serias dificultades en la primera mitad del año para garantizar el funcionamiento de escuelas que, una vez más, perdieron gran parte de los días de clases.
Pese a ese comienzo tan negativo, a mitad del año algunos números mejoraron, al menos en la macro estructura financiera: esto fue favorecido por ingresos de regalías que hasta agosto se vieron mejoras casi 50% en dólares en relación al año pasado, en una tendencia que se profundizó en septiembre y octubre, pero que seguro se ralentizará con los resultados de noviembre y diciembre.
tampoco hay certezas de que vuelva a estabilizare por arriba de 70 dólares por barrilPLANIFICACIÓN CERO
El año está a punto de culminar y las semanas que quedan se consumirán en el debate en torno a la fecha de las elecciones del 2019, con una agenda que volverá a evidenciar la inexistencia de una planificación que ayude a superar el estado permanente de emergencia y conflictividad.
Si el cálculo a comienzos de 2018 era parecerse, como una meta casi imposible considerando la gravedad de la crisis entre enero y marzo, a la provincia de Santa Cruz (licuación del déficit por vía de la inflación, con negociaciones paritarias cuyo techo no equiparase la inflación), el objetivo de quienes toman decisiones en Rawson se ha cumplido a medias: a diferencia de la vecina provincia, en Chubut el endeudamiento externo -1.000 millones de dólares de deuda sin que nadie pueda señalar una obra terminada con semejante despropósito- consume buena parte de los ingresos adicionales, por lo que el salvavidas petrolero ayuda a flotar, aunque también sube el agua que amenaza ahogar las cuentas públicas.
Así, el ciclo del barril en alza fue lindo mientras duró. ¿Hubo tiempo para pensar en otros desarrollos productivos, de evaluar la producción de gas a partir de algas marinas, o para impulsar la producción de hidrógeno a partir del gran potencial eólico? ¿Se tomó la decisión de pensar en serio si una sola minería extractiva, como la que se explota en el sur de Chubut desde hace más de 100 años, es suficiente para mantener la provincia en funcionamiento?
Los cálidos meses de ingresos en dólares, multiplicando pesos devaluados, parecen tocar a su fin. Claro que también podría pasar exactamente lo contrario y volver a subir, así de azaroso es este mercado.
En cualquiera de los casos, la respuesta a la pregunta planteada al comienzo de esta columna será y seguirá siendo exactamente la misma: Nada. No se hizo absolutamente nada.