CAPITAL FEDERAL - La Iglesia llamó hoy a no bajar los brazos en la lucha contra la corrupción, alertó sobre los daños sociales de la impunidad y aseguró que la realidad de la pobreza, el narcotráfico, la proliferación del juego y los enfrentamientos que aíslan y dividen a los argentinos.

Los obispos coincidieron en sus mensajes pascuales en marcar estas preocupaciones pastorales, en momentos en que salen a la luz casos de corrupción conocidos los últimos días y mientras se perciben demoras para resolver causas judiciales con resonancia social.

El arzobispo de Santa Fe y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, advirtió: "cuando la impunidad y la justificación ocupan el lugar del deber moral y de la ejemplaridad, el cuerpo social se debilita", por lo que exhortó al compromiso de todos, en particular de los dirigentes, para revertir la crisis moral argentina.

El prelado santafesino sostuvo que la Pascua no sólo hay que celebrarla, sino que requiere compromiso y contemplar esa otra realidad dolorosa signada por el pecado, que nos rodea y desafía. "Es la realidad de la pobreza, el crimen del narcotráfico, la corrupción y los enfrentamientos, que nos aíslan y dividen comprometiendo la amistad social", dijo.

Los doce obispos de la Patagonia instaron en un mensaje pascual común a no bajar los brazos en la lucha contra la corrupción y la deshonestidad cultural, criticaron "el afán de tener y la sed de poder" que traen exclusión y destruyen la paz social, y condenaron las medidas comerciales que dejan "indefensos" a los pobres.

"En este clima de ambición, el otro pasa a ser una cosa, algo útil, explotado sin medida, o 'algo que molesta', a quien hay que eliminar. íCuánta violencia genera la corrupción! íCuántas vidas arrebatadas! Cuántos abusos de poder! íCuántos proyectos de y para los jóvenes que terminan pisoteados!", aseveraron los prelados patagónicos.

El obispo de Lomas de Zamora, Jorge Lugones, expresó su preocupación por los adictos. "En nuestra zona sur no tienen donde internarse ante una crisis" dijo y valoró como un desatino abrir una sala de juego en una zona como Puente La Noria.

"Pienso en la falta de solidaridad por la casa común: ante los basurales a cielo abierto, la contaminación de nuestra cuenca Matanza-riachuelo, la falta de monitoreo en sus obras, donde se ha invertido mucho dinero del erario público, la contaminación de nuestros niños con plomo en sangre, que habitan terrenos rellenados con tierra contaminada", puntualizó el prelado jesuita.

El obispo de Santiago del Estero, Vicente Bokalic, llamó a no caer en la tentación de la resignación que "puede venir de ambientes muchas veces dominados por la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas, el desprecio por la dignidad de la persona, la indiferencia ante el sufrimiento y la precariedad".

Fuente: La Nación

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