COMODORO RIVADAVIA (Especial para ADNSUR / Por la Cátedra de Parasitología Clínica UNPSJB) - Desde sus orígenes, el hombre se ha relacionado con los animales, especialmente con el perro (Canis familiaris), el cual cumple un rol muy importante dentro del grupo familiar y su entorno.

El hombre provee a los animales alimento, vivienda, afecto y cuidados, y ellos: compañía, afecto, protección. Estas relaciones producen también situaciones no deseadas: lesiones al hombre por agresión de animales, contaminación del ambiente urbano y transmisión de enfermedades.

Este problema es importante en las ciudades, principalmente en los países en desarrollo, donde los programas de control son deficientes y el problema de los perros callejeros puede ser más devastador aún, que en países desarrollados, en donde la situación también es preocupante

La OMS define a las zoonosis como aquellas enfermedades que se transmiten de animales vertebrados al hombre. Las pérdidas socioeconómicas causadas por las zoonosis, aunque considerables, son difíciles de cuantificar con exactitud, ya que, al igual que sucede con otras enfermedades humanas, no se puede medir el costo en vidas y sufrimiento que causan.

Dentro de las causas que hacen que el perro pase a constituir un factor importante en la diseminación y mantención de la incidencia y prevalencia de zoonosis, están: el incremento en el número de perros vagabundos, la falta de control médico veterinario y el poco conocimiento de la población en lo que se refiere a normas de alimentación, cuidados que esta especie requiere y tenencia responsable.

De las parasitosis del perro la más temida, difundida y conocida es la equinococosis, causante de hidatidosis en el ser humano.

LA RESPONSABILIDAD DE LA MASCOTA

Cuando una familia decide adoptar una mascota lo hace con el encantamiento del cachorrito, y al encontrarse luego con que éste tiene requerimientos, pasa de ser un atractivo a una molestia. No establecen un verdadero compromiso con el perrito, lo cual generará varios problemas que se convierten a largo plazo en un problema social.

Se deshacen de él abandonándolo en el espacio público, o bien mantienen una relación irresponsable, en donde el animal no tiene cubiertos sus cuidados básicos e incluso puede transitar por mucho tiempo por el espacio público, pudiendo reproducirse sin control (sobrepoblación), contraer enfermedades o accidentarse (riesgo para el propio animal como para terceros), o generar un problema para la comunidad (contaminación, destrozos, entre otros).

El control de la población canina se encuentra en la agenda política desde hace muchos años, haciendo intentos infructuosos como eutanasia (provocar la muerte del animal), castraciones inconstantes y a un número pequeño de animales, secuestro y posterior entrega en adopción de los mismos, colocación de chips y microchips, programas de tenencia responsable, desparasitación esporádica, entre otros. Los resultados siguen mostrando una superpoblación canina en calles y espacios públicos en general.

Hoy en día nos encontramos con que el número de animales existentes en las ciudades es muy superior a aquel que el ser humano es capaz de tomar bajo su responsabilidad. La OMS sugiere una relación máxima de 10:1 hombre – perro, en algunas ciudades de Chile la relación es 4:1 y existen barrios periféricos de la ciudad de Comodoro Rivadavia (Chubut, Argentina) donde la relación perro – hombre es de 2:1, dos perros por persona.

¿CUÁNTOS PERROS HAY EN COMODORO?

En el año 1998 “se decía” que 90000 individuos. No es posible estimar el número sin conocimiento. A través de la demografía, que es el estudio del tamaño, distribución espacial y composición de una población (sexo, raza, estado sanitario, etc.), los cambios que se producen en ella, los componentes de dichos cambios, como es la natalidad, mortalidad, migración y movilidad social (cambio de status socioeconómico).

Es esta estrecha relación entre las poblaciones, canina y humana, la que presenta fuerte implicancias de orden sanitario y afectivo. Con la información obtenida de los estudios demográficos de la población canina (y felina que no es menor), es posible elaborar programas de control y limitación de la especie, calcular los recursos necesarios para llevar a cabo dichos programas y evaluar los resultados obtenidos, ya que un aumento excesivo de ésta población puede contribuir a aumentar las oportunidades de exposición humana a parásitos animales y a otras zoonosis.

La viabilidad del registro de perros no depende sólo de la capacidad logística y organizativa, sino de las características de la población canina, su velocidad de renovación, sus hábitos de movimiento, su alimentación y costumbres, hace muy difícil el registro de perros.

El abandono animal es un problema mundial que afecta principalmente a los países en vías de desarrollo, por falta de educación, y ausencia o deficiencia de legislación en la tenencia de animales domésticos (legislación pobre, falta de fiscalización, escaso recurso humano, falta de presupuesto y carencia de organismos e instituciones que aborden el tema con la seriedad y profundidad necesarias). En los países subdesarrollados las sociedades cuentan con problemas vitales por resolver como para plantearse la situación de los perros callejeros.

¿QUÉ HACEMOS CON LOS PERROS?

La implementación de medidas para solucionar este problema es necesaria y urgente.

El control de animales urbanos, ha constituido un problema en todo el mundo, hay países que ya han solucionado el abandono animal, cometieron los mismos errores que hoy están cometiendo los países en vías de desarrollo, al tratar de resolverlo. Teniendo como ejemplo lamentables experiencias pasadas, es necesaria la eliminación de medidas ineficaces y anti-éticas a la hora de abordar el problema de la superpoblación canina y el control de éstos en las calles.

La captura de perros desde la vía pública y su posterior eliminación es un método que ha sido reconocido como destinado al fracaso. Más allá del problema ético que esto significa –matar a un animal cuando su muerte no está justificada por indicaciones veterinarias-, es una medida que actúa sobre las consecuencias y no sobre las causas, contribuye a dar invisibilidad al problema, generando una modificación demográfica transitoria.

La matanza de perros supone una solución aritmética al problema, cada sacrificio equivale a la reducción de un ejemplar de la población, sin embargo la reproducción de los perros es geométrica, lo cual significa que los perros sobrevivientes y los nuevos abandonos generarán al cabo de poco tiempo el mismo número de perros que antes se tenía, sino mayor, debido a que las fuentes de alimento y refugio ahora están disponibles para una cantidad inicial menor de individuos que podrán crecer y reproducirse con mayor éxito.

Una sola perra y su progenie aún en situaciones controladas son causantes de un incremento de 4.400 individuos en la población canina al cabo de 7 años.

La ejecución de matanzas de perros tiene a su base varios errores graves de planificación: en primer lugar, un conocimiento deficiente de la demografía de los perros, pues se concentra en la eliminación de perros sin dueño en vez de controlar la reproducción de los perros callejeros; en segundo lugar, no considera las consecuencias ni las implicancias éticas, lo cual genera repudio, desacreditación y movilizaciones en contra de los organismos involucrados por parte de particulares y proteccionistas; por último, al no contar con un conocimiento cabal del tema, se elige un método cortoplacista que resulta ineficaz tanto técnica como económicamente, en vez de concentrarse en medidas a largo plazo.

EL DEBATE DE LOS MICROCHIPS

En el 2003 la OMS manifiesta que la captura y eliminación de animales atenta contra las posibilidades educativas en materia de tenencia responsable ya que ni el respeto a la mascota ni a los derechos de los demás ciudadanos podrán ser inculcados por autoridades que no den el ejemplo en ambos sentidos.

La eutanasia no elimina las causas que provocan este aumento de animales en las calles, es decir la tenencia irresponsable y los nichos ecológicos propicios para los perros dentro de las ciudades (refugio y fuentes de alimento como residuos en la vía pública, alimento proporcionado por seres humanos), así como tampoco trabaja en el factor que potencia el problema, es decir el alto índice de procreación de los animales para lo cual solo es eficiente la castración masiva de hembras y machos.

La colocación de chips como método de control de población básicamente arrojará información sobre el lugar físico donde se encuentra el perro, datos del dueño, raza, color, tamaño, etc. Los perros con chip serán aquellos que tengan dueño. El registro/la identificación es una herramienta importante para reunir a los animales perdidos con sus dueños sin embargo la verdadera problemática canina continuará sin resolverse

La excesiva población canina y las problemáticas que conlleva necesitan de adecuados programas de control que debieran comenzar con un estudio acabado de su demografía, y en base a la buena utilización e interpretación de esta información realizar una evaluación precisa para el diseño del programa, el cual ha de ser acorde a la realidad local y debe incluir un monitoreo para observar el progreso y los resultados; asimismo, es necesario que en la planificación se tomen en cuenta a todas las partes involucradas en el problema.

Recién después se puede avanzar con la implementación de registro e identificación obligatoria de animales, programas de esterilización masiva, programas de vacunación y de educación a la comunidad acerca de tenencia responsable, eliminación de nichos ecológicos en las calles, y establecimiento de centros de adopción.

Los refugios de animales no deben consistir en un sitio permanente, sino deben tener por objetivo la rehabilitación y posterior adopción, estimulando a la sociedad a adoptar un animal abandonado antes que a uno proveniente de un criadero o tienda de mascotas. Para esto es importante avanzar en una legislación que regule la cría y venta de animales de raza.

AUMENTO EXPONENCIAL

Se calcula que en el periodo comprendido entre 1990 y 2020, la población total del mundo aumentará de 5200 millones de personas a unos 7800 millones, esto es el 50% aproximadamente. Con esto se puede deducir que, si la proporción de perros crece en la misma velocidad que la de humanos, la relación hombre: perro seguirá manteniendo su estrecho rango, y por otro lado, aumentará el riesgo de transmisión de enfermedades de interés en Salud Pública.

Todas las medidas utilizadas de manera interrumpida y el desconocimiento de la cantidad de canes llevarán al fracaso a cualquier intento de controlar la superpoblación. Es primordial conocer el número de individuos, esto nos permitiría planificar las acciones a seguir, el presupuesto necesario, cuánto tiempo llevará disminuir la cantidad.

El conocimiento es la herramienta que hará sustentable cualquier medida.

(La bibliografía que sustenta la nota de opinión puede solicitarse al autor)

Bioq. Claudia Torrecillas, Bioq. Ivana Mellado, Bioq. Marco Sánchez

Cátedra Parasitología Clínica, Departamento de Bioquímica, Centro Regional de Investigación y Desarrollo Científico Tecnológico(CRIDECIT), Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. torrecillas.claudia@gmail.com

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