Por la baja de ventas, un diseñador industrial de Comodoro creó una cabina de desinfección
Christian Ordoñez tiene 48 años, es diseñador industrial y dueño de un local comercial de amoblamientos de Comodoro Rivadavia. Ante el parate de las ventas, decidió que era momento de emprender y creó una cabina de desinfección de personas para evitar el contagio de coronavirus.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Cuando Christian Ordoñez (48) comenzó a estudiar Diseño Industrial en la Facultad de Arquitectura de Córdoba, prácticamente no sabía que existía esa carrera. Antes había intentado con Ingeniería Mecánica pero no le gustó y cuando comenzó a cursar la nueva currícula le apasionó de inmediato. Es que según dice, toda su vida le gustó diseñar.
Christián nació en Córdoba, se crió en Río Gallegos y hace un tiempo vive en Comodoro Rivadavia, donde montó el local Chinook. Ahora, ante el parate de ventas que produjo el aislamiento obligatorio por el coronavirus, creó una cabina de desinfección para evitar el contagio del Covid 19.
“Despues de estar unos dias encerrado, estudiando la problemática, me decidí a inventar una cabina y buscarle una vuelta para lo que se viene”, explicó a ADNSUR,
“Teníamos algunas ventas pautadas antes de entrar en cuarentena y se cayeron todas. Y en este momento de incertidumbre, sobre todo petrolero, está totalmente caído, salvo aquellas personas que tienen mucha urgencia por terminar la obra para dejar un alquiler, ellos si se apretaron el cinto y cerraron algunas ventas. Así que decidí comenzar con esto para buscarle una vuelta”, agregó.
La cabina es un túnel de 2 metros de largo, 95 centimentros de interior y 2,10 de altura. Su funcionamiento es sencillo: la persona entra, es tomada por un sensor de movimiento y con ayuda de dos bombas de agua comienza una lluvia fina de 70 micrones que permite que el ocupante se desinfecte pero no se moje.
Para que sea más eficiente, la cabina tiene dos forzadores de aire en los ingresos que generan como una cortina, la persona da dos vuelta en su interior y está lista para salir en solo unos segundos.
“El funcionamiento es bastante básico”, admite Ordoñez. “Yo trate de hacerlas un poco más eficiente sobre todo por las condiciones climáticas que hay acá, sobre todo por el viento. Por eso es un poco más angosto y más bajo que los que se están fabricando en el norte para que la desinfección sea más cercana a la persona”.
El diseñador ya pudo vender algunas unidades. Una a Energía del Sur, y otras tienen destino en Río Gallegos. Además, ha recibido numerosas consultas de diferentes puntos de la región.
En paralelo también está trabajando en un modelo más sencillo: un pilar vertical, liviano y desarmable que proyecta lluvia y desinfecta.
Su objetivo es poder comercializar ambos productos a través de Mercado Libre y de esa forma buscarle una vuelta de tuerca a la situación económica que se vive por el coronavirus y la crisis que se avecina.