Por las trabas para importar, advierten que faltarán juguetes en Navidad
Según una cámara del sector, la gente hallará menos opciones y hasta góndolas vacías. Qué productos escasearían.
BUENOS AIRES - A sólo 36 días de la Nochebuena, y a unas pocas semanas de que padres, tíos y abuelos salgan en masa a buscar regalos para los chicos, el rubro más tradicional de los obsequios navideños está envuelto en temores e incertidumbre. Se trata de los juguetes y la gran duda es si habrá o no desabastecimiento, por una combinación de trabas para importarlos y problemas en la producción local.
Importadores y jugueterías ya alzan la voz anticipando un diciembre crítico, con góndolas semivacías, pocas opciones y encima a precios que por la escasez podrían dispararse. Pero desde la industria local y el Gobierno, aunque admiten inconvenientes, descartan un escenario tan negativo.
Las señales de alarma llegan por estas horas desde la Asociación Argentina de Empresas de Juguetes y Afines (Aadeja), que agrupa a importadores, conocidas jugueterías y a algunos fabricantes.
Su titular, Alejandro Caffaro, aseveró a Clarín: "El panorama es sombrío. Sin una solución urgente, habrá escasez. Los chicos van a quedarse sin juguetes en Navidad. Y miles de jugueterías, en peligro de desaparecer ante una caída de ventas que podría superar el 50% en el período que representa el 60% de toda la facturación anual".
¿Por qué ocurriría eso? En la entidad lo explican así. El Gobierno, según denuncian, viene demorando "arbitrariamente" y "sin justificación" la aprobación de los permisos de importación y mantiene así trabado el ingreso del 80% de lo que buscaban traer para este fin de año. "Entran cantidades homeopáticas, de forma imprevisible y nadie nos explica por qué", se queja Caffaro.
Por otro lado, en la Aadeja aseguran que toda esa mercadería no podrá en estas Fiestas ser sustituida por la industria nacional. Es que, por la pandemia, aquí las plantas aún no logran trabajar a pleno y encima sufren faltantes de piezas e insumos clave, todo lo cual demora hasta 60 días las entregas, según argumentan.
"Lo importado es clave y su escasez ya se nota. Siempre fue el 60% del mercado, lo que tiene más publicidad y en muchos casos no hay acá quien pueda fabricar algo igual. El Gobierno cree que, bloqueándolo, florecerá lo nacional. Pero son complementarios. Si no cambia de postura, habrá góndolas vacías y precios más caros", advierte Caffaro, también al frente de la cadena Osito Azul.
De cumplirse ese pronóstico, todo lo importado sin sustituto nacional sería lo primero en escasear. Típicamente, los juguetes mecanizados, electrónicos o a radiocontrol. Pero también, por ejemplo, los inflables para pileta. Y buena parte de los de marcas y personajes internacionales, desde Paw Patrol y Barbie hasta Avengers y Lego. "Son los que salen más en TV y los chicos más piden", define un juguetero con décadas en el rubro, que dice estar ya "estirando" en las góndolas la mercadería que tiene para cubrir los huecos.
En cambio, las familias podrían tenerla más fácil a la hora de adquirir los juegos y juguetes que se fabrican acá. Como muñecas, camioncitos, masas de moldeo, juegos de encastre, monopatines, triciclos, andadores, toboganes y hamacas, entre otros.
En la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), que agrupa a los fabricantes locales, prefieren definir el panorama como "atípico" y "de transición" entre un modelo de importación excesiva y una nueva etapa que busca priorizar la oferta local, para que recupere terreno y vuelva a tener "más del 50%" del mercado.
El problema pareciera estar en los tiempos que esa transformación demanda, más aun en el contexto actual. "Nos estamos preparando para aumentar fuerte la producción, pero volver todos a funcionar las 24 horas sin capacidad ociosa será un proceso gradual", explicó a Clarín Emmanuel Poletto, el presidente de la CAIJ.
Según el empresario, por la cuarentena las plantas pasaron varios meses sin funcionar y aún tienen mucho personal inactivo, por estar en grupos de riesgo o por contagios de Covid-19. Y además, están con "problemas de abastecimiento de plásticos, el insumo principal".
"Entonces, las fábricas se están enfocando en producir menor cantidad de modelos, y eso puede afectar la variedad de productos", detalló Poletto. Pero afirmó que, aún en estas condiciones, y dado que "por la crisis había stocks", habrá juguetes para los chicos.
"Hay buena expectativa. Había jugueterías que tenían el 90% de sus productos de importación, y hoy quizás estén complicados por tener que rearmarse rápido con productos de industria nacional. Pero no habrá escasez. Caminando y buscando online, la gente encontrará qué regalar, con opciones desde $ 250", confía Poletto, quien proyecta -para la mercadería nacional- precios 40% a 45% mayores que los de un año atrás.
Similar optimismo se escucha en el Ministerio de Desarrollo Productivo, organismo a cargo del régimen de importación, donde niegan estar imponiendo trabas y demoras arbitrarias.
Según explican, considerando todo el comercio exterior, el 92% de los pedidos de importación "se autorizan en menos de 48 o 72 horas hábiles" y el resto queda pendiente por "errores de carga, inconsistencias y faltantes de información", por no superar controles o bien por "indicios de actitudes desleales" como la subfacturación. "No se están realizando exigencias o imponiendo criterios adicionales", aseguran.
Y, respecto de los juguetes, afirman: "El mercado hoy viene creciendo en su demanda y estamos acompañando sus requerimientos para sostener ese crecimiento según las previsiones que informa el sector, tanto para juguetes de producción nacional como para importados. En este trabajo conjunto, no vemos que haya indicios de faltantes en las cantidades a abastecer".
Sin embargo, en Aadeja replican: "Eso no es lo que ocurre. Si los permisos salieran, ¿para qué reclamaríamos? Además, en nuestro caso, no hay mercaderías dudosas: todo lo que importamos se consume también en EE.UU. y Europa, y pasa tests de seguridad".
En pocas semanas, cuando el arbolito ya esté armado, se sabrá cuál de los pronósticos fue acertado. Mientras tanto, para los más precavidos, no parece mala idea anticipar la compra.