Uno de los propietarios del supermercado La Proveeduría, Alberto Escribano, dijo este martes que el congelamiento de precios no dará los resultados que está buscando, porque “no se está atacando el origen del problema, que es la formación de precios por parte de los fabricantes”. Sobre la eficacia del congelamiento, aseguró que será difícil de cumplir, aunque su cadena no está alcanzada, “porque nadie puede obligarte a perder plata”, al indicar que los precios máximos están por debajo del costo al que fueron adquiridos.

“En el marco general estoy de acuerdo en que hay que defender el bolsillo de la gente, que está muy apaleada, con muchos problemas económicos que alcanzan no sólo a las personas comunes, sino también a los comercios locales y al nuestro, que es una cadena absolutamente local”, dijo en diálogo con Periodismo de 10.

“Estoy de acuerdo en que hay que bajar los precios, pero se equivocan nuevamente en la forma en que se hizo, porque se olvidan que hay una cadena formadora de precios y se está atacando solamente la última parte, que es el precio en góndola, pero antes están los formadores de precios”, evaluó.

Si bien advirtió que “es difícil dar una opinión hoy porque todo está pintado de un color político, porque estamos cercan de las elecciones legislativas”, opinó que la inflación debe abordarse con todos los actores del sistema. 

El precio de fabricantes, el peso de los impuestos y el costo de distribución

Para Escribano, el congelamiento de precios presiona sólo sobre el último eslabón de la cadena, pero sin ir al origen de la formación de precios:

“De las fábricas sale un valor del producto y si no se exige un control de costos ahí, para relacionarlo con un valor de venta, es muy difícil que después pueda llegar a los distribuidores, a los mayoristas y supermercadistas a un valor accesible. Y si no empiezan las trampitas: se reduce la cantidad de gramos en un envase, se reduce la cantidad del producto y entonces no se logra el objetivo. Tal vez las grandes cadenas pueden presionar sobre las fábricas (para conseguir mejores precios), pero en lugares alejados, como Comodoro Rivadavia, cuanto más lejos del centro de producción más difícil es el asunto”.

Para el empresario local, la formación de precios es uno de los problemas, pero también están el peso del factor impositivo. 

“La gente no tiene por qué conocer la línea de formación de un precio, pero cuando decimos ‘qué caro está todo’, no se tiene en cuenta que también los productos de venta masiva tienen cargas de 40 y 50 por ciento de impuestos, que eso lo cobra el Estado”, explicó. “Al que vende productos de consumo masivo le interesa vender más, pero con este congelamiento no se va a conseguir”, insistió.  

Además, sumó otros factores que intervienen en la cadena. “El fabricante vende al supermercado gigante que todos conocemos y a los otros van a distribuidores, que cada vez son más los que distribuyen y hay menos venta directa de fábrica a comerciantes, eso produce un aumento de gastos y trabajos que van encareciendo los productos”, detalló.

Baja utilidad y quebrantos por caída de ventas

“La gente se queja de que están remarcando con el 30 por ciento, puede ser que ese sea el porcentaje, pero no es ganancia para el comercio, porque eso responde a los mayores costos que están aumentando en sueldos, en servicios, en fletes, en mantenimiento, en electricidad, en gas, en teléfonos, en seguros, en costos financieros, en impuestos, en comisiones que se pagan por la venta con tarjetas… todo eso no es utilidad, porque históricamente la utilidad en este sector es de un 1,2 ó un 1,3 por ciento, cuando la economía funciona. Pero hoy es mucho menos que eso, tenemos más quebrantos que utilidades porque las ventas cayeron de un modo muy significativo”.

Escribano insistió en que las ventas han caído para todos los sectores comerciales, por lo que advirtió que “el congelamiento puede aumentar la venta siempre que el precio lo haga posible. Nos pueden controlar pero si mostramos la factura de lo que pagamos, cualquiera se da cuenta de que no es posible cumplir con el precio máximo que se ha fijado en este listado de más de 1.432 productos, porque es venderlo más bajo de lo que compramos. Nadie te puede obligar a perder plata, como nadie podría obligar a trabajar a alguien sin pagarle. Esto es sentido común y no se puede ignorar”.

Pueden faltar algunos productos

El empresario local dijo que hoy la ley de góndolas tampoco aporta mayores soluciones, aunque reconoció que parte del problema también se vincula con la posición dominante de algunas marcas que limitan el ingreso de otras. Insistió en que lo más importante “es el sistema de control para que no ocurran excesos” en el origen de los precios, mientras que “lo demás debe manejarse por la libre oferta y la demanda. El economista Juan Carlos De Pablo lo dice con claridad: controlaron los precios de la carne y desaparece la carne; controlan el precio de la energía y falta energía; controlan el dólar y desaparece el dólar y va al mercado negro. Acá creo que van a faltar productos, no será un desabastecimiento, no tenemos que asustar a la gente, pero pueden faltar determinados productos en algunas góndolas, pero no es que van a quedar vacías, como ocurre en Venezuela”.

Según evaluó Escribano, las ventas al inicio de la pandemia, el año pasado, tuvieron una suba, sobre todo al inicio de la cuarentena porque “la gente se sobre stockeó, pensando que iban a faltar productos, pero después volvimos a un equilibrio clásico. Eso fue un mes y medio, pero luego tuvimos mayores costos con menores ventas, porque había gente que no podía trabajar por cuestiones de edad o riesgos de salud. La gente cree que nos beneficiamos por seguir vendiendo en la pandemia, pero no fue así”.

El supermercadista local opinó por último que una quita total o parcial del IVA a determinados productos de la canasta alimenticia, como la leche o el pan sería una medida de ayuda para permitir que más personas puedan comprar alimentos. 

“Si se hace con productos de una canasta alimenticia estricta, con una quita de impuestos y se controla que esa baja de impuestos vaya en beneficio de la gente sí puede funcionar, pero tiene que ser sobre productos estrictamente de una canasta de alimentos básicos, porque este congelamiento incluye más de 1.400 artículos y no son todos de primera necesidad”.

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