COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - El tema fue la problemática del agua. Estuvo a cargo del diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires y especialista en la temática Fabio Quetglas. “El del agua no es un problema sólo de infraestructura. Es un problema de equidad, de universalidad”, enfatizó.

Con una importante participación de vecinos, funcionarios y profesionales, se realizó el viernes por la tarde en Comodoro Rivadavia una nueva actividad organizada por el Instituto de Capacitación y Elaboración de Políticas Públicas (ICEPP) “José María Sáez”, que preside el diputado nacional chubutense por Cambiemos, Gustavo Menna.

Se trató de la charla sobre “Problemática del agua. Servicios urbanos y construcción de ciudadanía” brindada por el también diputado nacional de la Provincia de Buenos Aires, Fabio Quetglas, experto en desarrollo territorial y Máster en Gestión de Ciudades.

Quetglas, quien antes de la actividad tuvo contacto con los medios de comunicación y se reunió con el Colegio Profesional de Ingenieros y Agrimensores, llegó a Comodoro invitado por el Instituto y por el Comité Departamental de la UCR en Comodoro Rivadavia que organizaron en conjunto la charla, brindada en el Hotel Lucania.

“Comodoro tiene una problemática de base natural: está asentada en una zona árida con dificultad de acceso al agua. Esta cuestión, en el mundo, está resuelta con inversión, infraestructura, con ingeniería”, dijo Quetglas.

“En los últimos 30 o 40 años la agenda del agua ha cambiado en el planeta, con orientación a la diversidad del uso y de tratamientos. Empieza a emerger lo que podríamos llamar una nueva cultura del agua. Hay una agenda nueva que pone en consideración conceptos de ciudadanía, gestión pública, relaciones público-privadas, diversidad de la base económica”, explicó.

Afirmó que Comodoro en particular “muy probablemente viva siempre con dificultades porque tiene una ubicación compleja. Por lo tanto, no debe tener un tratamiento de ventaja política, sino que tiene que haber un acuerdo político amplio de cómo hacer las obras, cómo financiarlas y cómo gestionar de manera adecuada esta situación”, indicó.

“La buena noticia -afirmó- es que los lugares en los que hay mucha restricción hídrica y la sociedad tiende a resolverlos, se produce lo que se llama un núcleo de calidad institucional, desde Mendoza en Argentina hasta Israel”.

En este sentido mencionó que “los desiertos regados son casos de éxito institucional porque no hay manera de resolver esto sin una consensualidad. Es decir, la idea de muchos actores con intereses diversos que se ponen de acuerdo en cómo administrar un recurso crítico”.

“Quiero poner énfasis en algo: éste no es un problema sólo de infraestructura. Es un problema de equidad, de universalidad. Lo interesante de esta situación crítica es que Comodoro Rivadavia debe abrir esa agenda para dar una respuesta a algo que no es coyuntural”, sostuvo.

Así, afirmó que “el cuidado del agua tiene que ser un pacto político y sociocomunitario amplio. Desde los chicos en el jardín de infantes hasta los centros de jubilados tienen que saber que estamos en un lugar árido, que poner en condiciones de uso al agua tiene un costo muy grande, que se aprende y uno se acostumbra a nuevos hábitos. El camino hacia una pésima calidad de vida es ignorar la restricción”.

Puso como ejemplo que “en la Ciudad de Buenos Aires, las perdidas entre el agua que toma Aysa y llega a los hogares es de un 50% aproximadamente, por infraestructura vieja, y en Rosario es el 40%. Hay que gestionar una red, de manera inteligente. Trasladar y distribuir agua lo hacían los romanos, pero hoy hay que hacerlo mejor que los romanos”.

Afirmó que “lo más inteligente para el Estado es intervenir en los precios y reconocer que poner agua en la canilla y que salga con fluidez, tiene costos por detrás. Y en algunos casos son altísimos. Muchas veces nos cuesta asumir esa condición doble del agua como derecho, y como bien económico. Entonces el Estado puede decir: a la familia que gasta menos de tanto, se le cubre un tercio de los costos; a los otros los resolvemos con el tema de impuestos. Hay que entender esto porque si no, vamos a lesionar la cadena de producción”.

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