Finalmente se confirmó este pasado lunes lo que a todas luces se veía venir: la renuncia a su cargo de la ministra de Educación, Florencia Perata. Si bien su nombre había estado en la cuerda floja en varias oportunidades, la gota que rebalsó el vaso fue el último hecho que pudo haber sido una tragedia y que provocó la intoxicación con monóxido de carbono de 58 alumnos de la escuela 7719 de El Maitén.
Cuestionada por la pérdida de gran cantidad de días de clases y por el bajo nivel de los alumnos, así como también por la calidad del servicio de los comedores escolares, y alcanzada por la responsabilidad compartida con Infraestructura por el estado edilicio de las escuelas, Perata finalmente debió dar un paso al costado.
Fue un día antes de que la Legislatura se aprestaba a votar un pedido de interpelación, con un cuestionario que constaba de al menos 17 preguntas, y cuando se quedó sin el respaldo político del gobernador Mariano Arcioni, quien la venía sosteniendo en su lugar desde hace dos años.
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Ya el mandatario había sondeado algunos nombres en el mes de marzo, y mantuvo algunas reuniones con posibles reemplazantes, pero la cuestión se había terminado desinflando con el inicio normal de clases y el bajo acatamiento a los paros convocados por Atech.
Ahora el gobernador evalúa diferentes alternativas para tomar una definición sobre el sucesor o sucesora en las próximas horas, e incluso trascendió que hubo ofrecimientos que están siendo evaluados.
Perata se convierte en la quinta ministra en renunciar a esa cartera, donde en la gestión de Arcioni pasaron Graciela Cigudosa, Leonardo De Bella, Paulo Casutti, Andrés Meiszner, siendo este último el único que renunció para “ascender” a un cargo mayor, como fue el de secretario general de la gobernacxión.