CAPITAL FEDERAL (ADNSUR) - Una abuela de 107 años no pudo votar en las PASO ya que había sido excluida por haber superado el límite de edad fijado desde el año pasado en 105 años. En agosto (para las PASO) fue la primera vez que María Gabriela Calderón de la Barca de Zimmerman, o Tuntén, como le dicen su familia y amigos, faltó a un comicio. La semana pasada, su hija Annie le dio la buena noticia: la anciana fue agregada al padrón, y en las elecciones presidenciales del próximo domingo podrá votar.

"Estoy contenta, pero tengo que ir hasta el centro y para mí eso es mucho esfuerzo. Yo creí que iba a votar en San Isidro, más cerca de donde vivo ahora, acá en Beccar, que es la casa de mi hija menor, Dolores", contó a La Nación Tuntén, quien nació el 22 de febrero de 1912, el mismo año en que en el país se sancionó la ley Sáenz Peña, que estableció el voto universal, secreto y obligatorio solo para los hombres. Ella debió esperar varios años para ejercer ese derecho. Pero desde 1951, cuando por primera vez las mujeres acudieron en masa a las urnas, jamás faltó a una elección.

La abuela contó que está feliz porque hace muy pocos días nació su bisnieto número 113. Hace casi dos años, también estrenó el título de tatarabuela. Tuntén asegura que se acuerda de los nombres de todos, pero las fechas de nacimiento las anota en una libretita de tapa gris, que ya tiene muy pocas hojas en blanco. 

"Soy ciudadana argentina y quiero votar por mi patria. Me acabo de enterar de que no estoy en el padrón. Tengo 107 años y medio, y por eso me dejaron afuera. Seguro que tienen miedo de que otra persona se apropie de mi nombre. Pero a mí me preocupa el futuro de mi país y no voy a poder dar mi opinión. Es ridículo", había escrito Tuntén en una carta cuando se enteró, apenas unas semanas antes de las PASO, que no figuraba en el padrón.

Entonces, sus hijas se pusieron a investigar qué había sucedido. Porqué, si según la ley electoral no hay un límite de edad para votar -aunque después de los 70 deja de ser obligatorio-, su madre había desaparecido de las listas. Desde la Cámara Electoral les habían dicho que debía presentar una nota y un certificado de supervivencia para solicitar que sea reincorporada.

"Para las PASO no llegamos. Nos dijeron que había chances para octubre, y finalmente lo conseguimos -explica Annie Zimmermann-. Pudieron agregarla, pero no reincorporarla. Por eso si uno la busca en el padrón no aparece. Pero está en la lista de la mesa 729, en el colegio La Anunciata".

LA NACION pudo corroborar el dato que ahora restringe a los mayores de 105 años. La normativa figura, según la Cámara Electoral, en la acordada 28/2018, que elevó en cinco años, de 100 a 105, lo que se denomina "mayor edad límite", para la actualización y fiscalización de padrones. Por eso, en agosto pasado, Tuntén fue la primera vez que no pudo votar. Lo hizo en las elecciones presidenciales de 2015, en la primera y en la segunda vuelta, y recuerda que cuando estaba por tomarse el taxi de regreso a casa se encontró con un amigo de la juventud, de 103 años, igual que ella en ese entonces, detalló el mismo diario. 

Le interesa la política desde la época en que iba al colegio y le preocupa la corrupción. Además, no le gusta que le mientan. La abuela de 107 años que votará este domingo miró los dos debates presidenciales por televisión, y no se quedó conforme. "No me gusta hablar mal de las personas. Yo he vivido muchas épocas, muchos gobiernos distintos. Y quiero que podamos seguir viviendo en libertado como ahora. Quiero felicidad para la Argentina. Ojalá mi voto valiera por mil", sueña Tuntén.

Hace dos años, dijo que no quería morirse sin poder hablar con el presidente Mauricio Macri. Su deseo llegó hasta los oídos de la Casa Rosada y Macri la llamó a su casa. ¿De qué hablaron? "Le pregunté cómo iba a hacer para solucionar los problemas que tiene la Argentina. Él me preguntó cómo hice yo para criar a tantos hijos", recuerda ahora, y se ríe. Asegura que votará por su reelección.

El próximo domingo, concurrirá a las urnas con su yerno Jorge. Llegará al colegio La Anunciata después del mediodía, porque tiene toda la mañana ocupada. A ella le gustan las rutinas porque ordenan su día. Por eso, después del baño, el desayuno bajo la ventana de su habitación y la clase de yoga, que hace a diario,  Tuntén se preparará para ir a dar su voto, como lo hizo siempre.

Fuente: La Nación

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