El drama continúa para las familias de Afganistán luego de la toma del poder por parte de los talibanes, y luego de que pese a las promesas del grupo fundamentalista las mujeres comenzaran a perder sus derechos, ahora las pequeñas son vendidas para que sus grupos familiares no mueran de hambre.
La práctica, extendida fundamentalmente en campos de refugiados y pueblos, fue tomó estado público luego de que se conociera el caso de Farishteh, de seis años, y Shokriya, de un año y medio, quienes fueron entregadas a distintos hombres por 3.350 y 2.800 dólares respectivamente.
Sus padres, desplazados por la sequía en el norte del país medioriental, tomaron la decisión con el objetivo de no morir de hambre, la cual se hará efectiva una vez que los compradores terminen de abonar la totalidad del dinero, lo cual podría demorar años.
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En base a los reportes de la agencia de noticias AFP, al menos una quincena de jóvenes seguirán el mismo destino, en una práctica que, surgida tras la sequía de 2018, creció con la de 2021.
Estos matrimonios, cabe destacar, "se deben a problemas económicos, no es una norma impuesta" por los talibanes, señaló al medio el gobernador en funciones de Badghis, Malawi Abdul Sattar.
Sin embargo, antes de que los talibanes tomaran el poder en agosto la edad mínima legal para que las niñas se casaran era de 16 años, una norma derogada por el grupo fundamentalista.
Según un informe de Unicef de 2018, el 42% de las familias afganas tiene una hija que contrae matrimonio antes de los 18 años, principalmente por motivos económicos o de supervivencia para el resto de su grupo familiar.