Un artista adoptó una mini chancha, con la que vive y saca a pasear con una correa
La historia de Clementina, la "mini pig" que fue adoptada por Mauro, un artista plástico, es la historia de un animal vegano y su dueño, quien adaptó toda la vivienda para la vida en conjunto. "Es mi musa inspiradora", dijo.
En el vibrante barrio de Palermo, donde la vida urbana se entrelaza con la creatividad y la diversidad, emerge una historia que combina arte, amor y un toque de peculiaridad.
Mauro Ketlun, un artista plástico de 44 años, ha transformado su hogar no solo en un refugio personal, sino en un hábitat adaptado para su inusual compañera: Clementina, una mini pig que ha cambiado su vida de maneras inesperadas.
Antes de la pandemia, Mauro se movía en un mundo corporativo, ocupando altos cargos en prestigiosas empresas.
Sin embargo, su vida dio un giro radical tras la pérdida de su primera mini pig, Josefina, quien falleció repentinamente mientras él estaba de viaje. "Fue un golpe muy fuerte", confiesa el artista, quien encontró consuelo en la llegada de Clementina, un regalo de un criador que admiraba el cuidado que había brindado a su anterior mascota.
"Clementina es mi musa inspiradora", dice Mauro, quien se ha dado cuenta de que su pequeña amiga le enseña valiosas lecciones sobre la vida a través de su simpleza y travesuras.
Con el cambio en su trayectoria profesional, el artista pudo dedicarle el tiempo necesario para atender a las necesidades de su peculiar compañera.
La adaptación de su hogar fue un proceso significativo. "Tenerla en casa significa resignar espacios y confort. Es un acto de amor inmenso, pero también un sacrificio muy grande", explicó mientras muestra cómo su jardín ha pasado de ser un villar a una mezcla entre chiquero y espacio verde.
Mauro ha implementado una rutina estricta para cuidar de Clementina. Sus comidas son preparadas con esmero, incluyendo frutas, verduras y legumbres, siguiendo una dieta completamente vegana. "No existe comida preparada para ellos", aclara el artista, quien se asegura de no ceder a los antojos de su mascota: "Es muy angurrienta, si la dejas a demanda sería un desastre".
Los paseos matutinos por las calles de Palermo son una parte fundamental de su día. Aunque la genética de Clementina limita sus caminatas sobre el asfalto, estas salidas no solo le permiten ejercitarse, sino también socializar con los vecinos y otros animales.
Mauro disfruta del efecto que tiene Clementina en quienes la ven: "Hay un momento mágico que sucede cuando alguien la ve y su cara de estrés se transforma en una sonrisa. Eso, para mí, es lo más lindo".
Para compartir su singular vida con Clementina, Mauro ha creado una cuenta de Instagram donde documentan sus aventuras diarias, convirtiéndose en una fuente de ternura y alegría para sus seguidores.
Así, en medio de la agitación porteña, la historia de Mauro y su chancha vegana se erige como un testimonio de amor y creatividad, recordándonos que la vida siempre puede ser más colorida con un poco de locura.
(Información de TN.com.ar, intervenida por IA y editada por un periodista de ADNSUR)
