Un petrolero está varado a tres cuadras de su casa y duerme en el auto porque no lo dejan entrar a su localidad
Vive en Gobernador Duval (La Pampa) y salió con autorización para trabajar en una petrolera de Neuquén. Ahora le impiden ingresar, pese a que les muestra el apto sanitario que le certificó la empresa.
NEUQUÉN (ADNSUR) - Un hombre duerme desde hace tres noches en el auto en un lugar desolado, pese a que su casa se encuentra a tres cuadras, del otro lado del río Colorado. Es que un estricto control policial-sanitario de La Pampa le impide pasar y lo devuelve a Río Negro. En el pueblo de Gobernador Duval lo esperan su esposa y su bebé, que nació hace poco más de un mes.
Ricardo Álvarez tiene 36 años, trabaja en una petrolera de Neuquén y está varado frente al último puesto rionegrino de la Policía Caminera, en la ruta 232, más conocida como La Japonesa. El pueblo de Duval está cruzando el puente y no llega a los 600 habitantes.
“En el retén alegan que en mi caso no se está cumpliendo el protocolo de sanidad por el coronavirus, pero yo les presenté el certificado de salud de mi empresa que da negativo y que lo emite un médico infectólogo. Les explico que, de ser necesario, estoy dispuesto a hacer el aislamiento obligatorio en Duval, donde ellos dispongan”, indicó el trabajador a este diario, en comunicación desde un celular.
El malestar de Álvarez se hizo más marcado cuando narró que antes de dejar Duval cumplió con los requisitos que impone la cuarentena por el covid-19, según detalla diario Río Negro.
El hombre fue convocado el 2 de abril vía mail por la petrolera para realizar tareas como“trabajador exclusivo” en el yacimiento de Vaca Muerta. Se acercó a la comisaría del pueblo para asesorarse y allí "el subcomisario Ariel Cerviño me firmó la autorización para que salga; y me dio la garantía de poder ingresar a mi regreso, pero ahora lo desconoce", sostuvo el trabajador varado.
Álvarez ya presentó un reclamo al gobierno pampeano y espera una respuesta. Mientras tanto, agradece a los policías rionegrinos de la caminera en el puesto de La Japonesa. “Se han portado excelente. Me facilitan un baño, ducha y calentar agua para el mate, mientras vivo en el auto”, relató.