Una multinacional anunció la reducción de un turno de producción y despidió a 60 trabajadores
A raíz de la caída en las ventas, el reconocido fabricante de electrodomésticos tomó una dura decisión en una planta que inauguró hace 2 años.
En un contexto de restructuraciones globales y fluctuaciones en el mercado local, Whirlpool, el gigante de los electrodomésticos con sede en Estados Unidos, tomó decisiones drásticas en su planta de Pilar, en la provincia de Buenos Aires.
La empresa recientemente anunció la reducción de un turno de producción, lo cual resulta en la desvinculación de al menos 60 de sus 400 trabajadores locales, representando un recorte del 15% que podría incrementarse.
Este ajuste sucede en paralelo a una reducción más amplia a nivel mundial, donde la compañía ha decidido eliminar 1,000 puestos de trabajo. "Hace cinco años, comenzamos un proceso de descentralización de las operaciones y nos focalizamos en oportunidades de alto crecimiento y rentabilidad, por lo que el modelo de negocio podría cambiar”, explicó Juan Carlos Puente, presidente de Whirlpool para la región.
La medida local sucede tras la reciente decisión del gobierno de Javier Milei de reducir los aranceles a la importación de electrodomésticos de línea blanca.
"Desde la devaluación de diciembre, cayó significativamente la demanda de línea blanca. Por eso, estamos yendo de dos a un turno en Pilar”, señaló Puente. Este nuevo escenario planteó un reto mayor al esperado por la firma: “Sorprendió el tamaño y lo prolongado del decrecimiento, nos preparamos para un panorama y la realidad fue otra en el primer cuatrimestre”, reconoció.
La desvinculación de los operarios y las suspensiones programadas del 24 de mayo al 2 de junio se llevaron a cabo en acuerdo con el gremio metalúrgico (UOM), liderado por Abel Furlán, demostrando un esfuerzo por parte de la empresa para mitigar el impacto social de estas decisiones.
Este recorte en Whirlpool es reflejo de una situación económica más amplia que enfrenta Argentina, como revelan los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (Indec). En marzo, la producción industrial argentina registró una caída interanual de 21,2% y la actividad de la construcción se desplomó un 42,2% en igual período.