Una rotisería se propuso emplear a personas con distintas discapacidades
Una rotisería dio el puntapié inicial en un proyecto que tienen sus dueños, el cual es poder emplear a personas con distintas discapacidades: el primero es Ramón, un joven con autismo que abrió el camino.
RIO GALLEGOS (ADNSUR)- Ramón, un joven de 20 años con autismo que trabaja en una rotisería de Río Gallegos, desempeñándose a la par de sus compañeros y superándose día a día fue la clave para despertar en los dueños del negocio el deseo de darle trabajo a más personas con discapacidad.
El joven fue a la EGB N°19, luego a la N°25 y posteriormente al Instituto para Trastornos del Espectro Autista (ITEA). Éste fue el nexo entre Ramón y uno de los dueños de Franoi, que tras algunas charlas mantenidas se alistó todo para que pueda empezar a dar sus primeros pasos laboralmente.
Según publica Tiempo Sur, trabaja de 08:00 a 12:00: “corto tomates, morrones, jamón y rallo la mozzarella, además de hacer rollitos de jamón y queso para los sacramentos y armar picadas. Hago envasado al vacío también”, detalló.
Pero antes de ser abocado al sector actual manifestó que también estuvo en la panadería: “ahí trabajé haciendo facturas. Una veces estuve en la cocina, ayudando con las empanadas y otras cosas”. También destacó el apoyo y colaboración de sus compañeros, resaltando que “me han ayudado mucho y son muy buenos conmigo”.
Cabe destacar que desde un principio lo acompañó Sofía Lanesan Sancho, Terapista Ocupacional de ITEA. Lo hacía dos o tres veces por semana, luego una vez por mes y actualmente cada dos meses ya que se maneja independientemente.
Cabe recalcar también que Candela Aquino, quien es parte de Prevenir, Ayudar y Contener a la Niñez (PAyCaN), es encargada en Franoi y sigue diariamente a Ramón en su desenvolvimiento, además de que hizo un trabajo grupal. Entre otras cosas, Ramón forma parte de todas las reuniones laborales y constantemente se busca equiparar y delinear los roles de cada uno. Le dan ese lugar que necesita para sentirse cómodo.
Por la tarde, Ramón va al gimnasio y a ITEA, donde participa del taller haciendo estampados en tazas, remeras y llaveros, entre otras cosas.
La bienvenida a Ramón se gestó en un viaje deportivo. Gabriel Sredzinski es uno de los dueños de Franoi y entabló relación con Christian Oliva en los entrenamientos de básquet en el club Independiente. Gabriel le comentó que su anhelo era, el día de mañana, darle trabajo a personas con distintas discapacidades. Christian le marcó que él es parte de ITEA y fue allí que surgió la idea de ver si se podía becar a Ramón en la panadería. Con el correr del tiempo ya no era una beca. Ramón era un empleado más.
El objetivo de Gabriel es que haya muchos Ramón más y poder tener un negocio donde “los chicos con distintas discapacidades sean parte. Ellos son súper inteligentes. La idea es armar un lugar donde ellos se puedan desempeñar y en ese lugar poder ser ellos y ganarse su propia plata y no estar dependiendo del Estado o de sus padres. Si están cubiertos por profesionales mucho mejor”. Con esto en mira, estudia, participa de cursos y se asesora con profesionales.