Valentina Bodesman, la joven que creció en Comodoro y ahora debutó como actriz en la película de Fabiana Cantilo
Valentina Bogdasarian nació en Buenos Aires, pero a los seis años se mudó a Comodoro, donde vivió su infancia y gran parte de su adolescencia, hasta que decidió estudiar teatro en la capital. Amante de la poesía y la actuación, se volcó por el arte dramático, iniciando un camino que la llevó a debutar en la pantalla grande. "Lágrimas de fuego" es su primera película, un sueño cumplido que desea seguir construyendo. "Quiero hacer esto siempre", cuenta a ADNSUR.
Adrenalina, felicidad, nervios. Todo eso sintió Valentina Bogdasarian cuando vio en la pantalla grande “Lágrimas de fuego”, la película que marcó su debut cinematográfico de la mano de Fabiana Cantilo. El filme escrito y protagonizado por la compositora y referente del rock nacional, es dirigido por Gabriel Grieco, director de “Naturaleza muerta” y “Respira”.
Valentina interpreta a Lola , una joven punk, mala onda y de malos modales que trabaja en el bar de Laura (Fabiana Cantilo), con pocas ganas de atender a la gente. Se trata de una tragicomedia que cuenta con un gran elenco, integrado por Gastón Pauls, Inés Estévez, Viviana Saccone, Pipo Cipolatti, Julia Zenko, Marisa Mere, Santiago Montes de Oca, Victoria Aragón y más.
Para Valentina fue toda una experiencia. “Estuvo muy bueno, Lola es totalmente distinta a mí, pero fue muy divertido hacer el personaje y jugar ese papel punk, rebelde. Además, creamos un re lindo grupo, tuve escenas con Fabi, Fabio, Vicky y fue una linda experiencia, desde crear el personaje hasta actuar con gente muy buena onda y muy talentosa”, dice a ADNSUR.
La película se grabó en 2022, luego de la pandemia y previo al viaje que Valentina hizo a Italia, donde probó vivir fuera del país. Es que la joven admite que siempre soñó dos cosas: vivir en el extranjero y dedicarse a la actuación.
“Ya de chiquita nací con la idea de ser actriz, estudiar teatro y vivir fuera del país”, cuenta en la entrevista con ADNSUR. “Yo tengo una tía que es actriz, Mirta Bogdasarian, que trabajó mucho con Norman Briski, hizo algunas películas en cine y verla siempre me inspiró mucho; era un mundo que me llamaba mucho la atención, al igual que el cine. Entonces siempre tuve ese deseo de estudiar teatro”.
DE BUENOS AIRES AL SUR
Valentina llegó a Comodoro Rivadavia cuando era chica, desde el Palomar, el lugar donde pasó la primera parte de su infancia. Tenía 6 años, el 2001 había sacudido a la familia y decidieron seguir en el sur del país, en aquella ciudad donde nació su madre y vivían sus abuelos.
En Comodoro estudió en la escuela 172, el Colegio Santo Domingo Savio y El Cervantes, y Cuando terminó la secundaria sintió que era momento de volver a partir. “Me acuerdo que a los 8 años me anoté en la Escuela de Arte en un taller de comedia musical, pero al año cerró, entonces dije ‘termino el colegio y me voy a Buenos Aires’. Me mudé para estudiar teatro, en Comodoro eran contadas las posibilidades”, recuerda sobre esa decisión.
Valentina estudió con en los talleres anuales de Marcelo Cosentino, también con Paula y luego ingresó en la carrera de Teatro musical, un terciario donde aprendió danza contemporánea y ballet, para alimentar su lado artístico con otras disciplinas.
Como a toda una generación, la pandemia la atravesó estudiando y, cuando terminó, comenzó a incursionar en diferentes castings. Valentina cuenta que participó en diferentes proyectos como extra y uno de ellos terminó encontrando su nombre artístico: Valentina Bodesman.
“Fue hace varios años, en 2016, participé en una película como extra y en los créditos escribieron mal mi apellido real, porque siempre suele confundir a la gente. Estaba con un amigo en el cine y me dice ‘dejátelo como nombre artístico’ y quedó”. Desde entonces es Valentina Bodesman.
DEL TEATRO A LA PANTALLA GRANDE
Lágrimas de fuego finalmente se estrenó en el Festival de Cine de Mar del Plata. Por supuesto, Valentina estuvo ahí y fue un mundo de sensaciones. “Cuando vi la peli por primera vez tuve esa adrenalina y esa felicidad de decir ‘quiero hacer esto siempre’. Verme por primera vez en el cine fue un sueño cumplido. Esa sensación de ‘se concretó’ y decir ‘esto es lo que quiero hacer’”.
Valentina hace poco estuvo en Comodoro, pero piensa su vida en Buenos Aires o quizás el exterior, pero de algo está segura: quiere seguir construyendo camino en la actuación. “Es lo que deseo, que salgan más trabajos así, porque es lo que elegí y tampoco es tan fácil, menos como está el país que no se están realizando tantas producciones, pero es lo que quiero. Estoy muy agradecida por haber participado en la película, y ahora esperando cosas nuevas”, sentencia, esta joven que se animó a soñar y lo cumplió.