“El Día que Madryn se quedó sin pan”: el reconocimiento a 40 años de la guerra de Malvinas
El Senado declaró de interés nacional el mural "El Regreso", que rememora el desembarco de los soldados argentinos que regresaron de la Guerra de Malvinas y fueron cobijados por el pueblo de Puerto Madryn en una gesta en la que la ciudad se quedó sin pan.
El Senado de la Nación declaró de interés parlamentario, cultural, científico y turístico el mural “El Regreso” de Malvinas, que fue inaugurado el 19 de junio de 2019 en homenaje a la vuelta de la guerra de los soldados de las Islas Malvinas el 19 de junio de 1982 a Puerto Madryn y está ubicado en el ingreso al Muelle Almirante Storni.
El mural se llevó a cabo en un marco de investigación participativa y colaborativa junto al colectivo de veteranos de Malvinas y realizado por los artistas Martín Cofré, Tomás Gimbernat, Jorge Vásquez y Claudio Segundo.
El proyecto se enmarca en la iniciativa “Ciencia al Viento –Paseo de Murales”, que está dirigida por el Dr. Diego Ricardo González Zevallos, investigador del Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas (CCT CONICET-CENPAT). El senador Carlos Linares, del Frente de Todos, impulsó este reconocimiento en la Cámara Alta.
La obra “El Regreso” refleja los diversos estados y situaciones vividas durante los desembarcos producidos en Puerto Madryn, con soldados que volvían de la guerra y una comunidad que, cuando pudo, abrazó y cobijó a sus héroes. Aquella jornada es recordada como “el día que Madryn se quedó sin pan”.
Según fuentes oficiales, el 19 de junio de 1982 descendieron del buque inglés Canberra en Puerto Madryn unas 4172 personas, y fue la única ocasión en la que los habitantes de la ciudad pudieron tener contacto con los soldados, luego de violar el operativo de seguridad impuesto por las autoridades militares.
El regreso del Canberra permitió que la comunidad recibiera con un abrazo a quienes descendían de la embarcación, que muchos de ellos puedan dar aviso y hacer una llamada telefónica a sus hogares y que la población demostrara su afecto y agradecimiento hacia los jóvenes que habían luchado por la soberanía argentina sobre las islas.
En los arribos posteriores al del Canberra, el gobierno militar reforzó la seguridad e impidió que la sociedad se acercara a los combatientes que retornaban al continente. Esto ocurrió los días 21 y 27 de junio, y el 14 de julio, con la llegada de los buques Norland, ARA Almirante Irizar y Saint Edmund respectivamente.
Por esta razón, el mural también hace referencia al silencio con el que nuestros soldados se encontraron al descender de aquellos barcos.
