Fernando García Roberts, el joven de 20 años que fue apuñalado el fin de semana pasado a la salida de un boliche de Trelew, sigue luchando por su vida en la terapia intensiva del hospital. Recibió sangre de 40 voluntarios y siguen buscando dadores para salvarlo.
La madre, Valeria Roberts, aseguró que los dos menores que lo atacaron no lo conocían y lo apuñalaron porque" les encanta ver sangre", y además él "es cheto y usa zapatillas de marca". La mujer sostuvo que los agresores, que están recluidos en el COSE, ya habían apuñalado a otro joven de 23 años hace unas semanas atrás y fueron liberados porque las leyes lo permiten.
Roberts mencionó que a su hijo esa madrugada del sábado a Fernando le quebraron tres costillas, lo quisieron matar, le arruinaron el abdomen y le tuvieron que sacar el vaso. La mujer negó que su hijo hubiera consumido drogas, ratificó que había ingresado al boliche, y cuando lo internaron para salvarle la vida él alcanzó a reconocerla.
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La mujer desconsolada, en diálogo con Azul Media, hizo un pedido a los políticos para que cambien las leyes así "estos guarchos inmundos no salen a destruir más vidas". Harta de la impunidad de los menores, Valeria Roberts se preguntó: "¿Están esperando que estos guachos maten a alguien? Son mayores para votar y tener un registro de conducir, pero son menores cuando matan y arruinan a la familia".
Fernando fue atacado el sábado pasado a la salida de un boliche ubicado en el Pasaje Tucumán. La Policía detuvo al presunto agresor, menor de edad, minutos después de la pelea y al día siguiente demoró a otro menor que los investigadores creen que habría participado en la pelea.