El ingeniero que sale a cenar con su muñeca y la elige por sobre su esposa
Un ingeniero de 58 años se animó a compartir públicamente su exitosa vida sentimental con una muñeca llamada Abril.
Si creíamos haberlo visto todo, no: el show recién comienza. En breve no más llegaremos a sentarnos en un restaurante cualquiera y encontrar que en las mesas vecinas hay parejas de carne y hueso; y otras en las que alguno de sus miembros es de goma. Y hasta es probable que ambos, el de goma y el de verdad, pasen la velada romántica con la vista fija en el celular, como dos individuos normales.
James no parece estar tan mal como para no rankear en el mercado de las aplicaciones de citas, sin embargo ha preferido portarse como un señor que es, aunque eso haya puesto en duda su cordura. Antes de jubilarse, y ante la inapetencia recurrente de su esposa Tine, decidió quemar cartuchos con la colaboración pasiva de una rubia de 1,53 de altura y apariencia juvenil. Parece que desde entonces ha podido cuadruplicar su performance semanal algo que, según un informe publicado en American Sexual Behavior Study, es normal para alguien de su edad (véase el cuadro de referencia). "La mayoría de los fabricantes las hacen como si tuviesen 20 años" se queja a propósito de la edad del juguete, en el programa dedicado al sexo con robots. Y es verdad. En el mercado no hay muñecas maduritas. Lo que se sabe es que ahora está ahorrando para cambiar a Abril por una criatura de silicona e inteligencia emocional capaz de sostener una conversación, incluso, interesante.