Oleg Alexándrov, entrenador de osos del Gran Circo de Moscú, se rompió ambas piernas en un grave accidente el año pasado tras caer desde una altura de 18 metros mientras colocaba un equipo en la cúpula de un circo en la ciudad Nizhny Nóvgorod, en el oeste de Rusia. Y para hacer menos tediosa y más agradable su recuperación recibe una gran ayuda.
Los tres ositos que criaba en el momento del percance colaboran en su terapia e incluso empujan su silla de ruedas.
En declaraciones a la agencia Ruptly, Alexándrov dijo que sus "niños peludos", como suele llamar a los osos, eran pequeños y los alimentaba con comida para bebés. Aseguró estar preocupado por ellos cuando sufrió el accidente, ya que no los vio durante cuatro meses.
Sin embargo, el reencuentro fue emocionante. El cirquero indicó que los osos tienen muy mala vista, de manera que solo lo reconocieron cuando alargó la mano y se la olfatearon.
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