Un perro estuvo muy inquieto durante todo el vuelo y liberó gases constantemente, lo que ocasionó una experiencia bastante desagradable para una pareja que terminó siendo indemnizada.

Todo transcurría con normalidad hasta que, el perrito empezó a emitir sonidos y olores que a la pareja le resultaron insoportables. De acuerdo a lo que explicó el portal estadounidense TMZ, pidieron cambiar sus asientos, pasando de clase business a turista pero no pudo ser posible porque estaba todo ocupado.

Una vez que llegaron a Singapur, los pasajeros decidieron presentar una queja formal a la aerolínea por el incidente. Singapore Airlines respondió rápidamente y se disculpó por la incomodidad que habían experimentado. 

La aerolínea argumentó que el incidente se debió a un problema con la dieta del perro y que habían tomado medidas para evitar que esto vuelva a suceder en el futuro. También aseguraron que estaban revisando sus políticas en cuanto al transporte de animales en vuelos de larga distancia.

Después de semanas de negociaciones, finalmente Singapur Airlines accedió a pagarles la indeminización de 1.400 dólares, unos 1.300 euros. Un dinero que, según dicen, quieren dar a una organización en defensa de los animales.

La aerolínea les pidió disculpas en un comunicado en el que además aseguran que, en la medida de lo posible, procuran informar previamente a los pasajeros si van a viajar junto a un perro de asistencia, como era el caso.

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