La conmovedora defensa de un anciano de 96 años acusado de exceso de velocidad
Las razones esgrimidas por el anciano y la humanidad del juez conmovieron a los usuarios de las redes, en algunos casos, hasta llegar a las lágrimas.
ESTADOS UNIDOS - Víctor Coella tiene 96 años y el pasado 31 de julio tuvo que sentarse, con movimientos lentos, un bastón en la mano y mirada preocupada, frente al juez Frank Caprio, en un tribunal de la ciudad estadounidense de Providence. Pesaba sobre el anciano la acusación de haber manejado con exceso de velocidad en una zona próxima a una escuela.
El particular juicio se grabó para el programa televisivo Caught in Providence, y el diálogo entre el acusado y quien debía sentenciarlo se convirtió en un video que rebotó y se multiplicó por las redes sociales. Las razones esgrimidas por el anciano y la humanidad del juez conmovieron a los usuarios de las redes, en algunos casos, hasta llegar a las lágrimas.
La escena comienza con el anciano que llega y se sienta en el banquillo de los acusados. El juez, que ronda los 60 años, lo saluda cortésmente y le lee los cargos: "Señor Coella, se lo acusa de exceder el límite de velocidad en una zona escolar".
Con voz pausada y mirada seria, el anciano responde: "Yo no manejo rápido, señor juez. Tengo 96 años y manejo despacio. Y solo manejo cuando debo hacerlo. Estaba yendo al laboratorio por mi hijo, que tiene una discapacidad".
"Llevaba a su hijo al consultorio del médico", inquirió el magistrado. "Sí, lo llevo cada dos semanas por un análisis de sangre, porque él tiene cáncer".
Tras una pequeña pausa, el juez reflexiona y le dice: "Usted es un buen hombre, un buen hombre. Usted está en sus 90 años y todavía se preocupa por proteger a su familia. Eso es maravilloso".
Cuando el anciano todavía estaba conmovido por esta respuesta que no esperaba del magistrado, el juez Caprio le preguntó: "¿Cuántos años tiene su hijo?". "63", responde Coella. "¿Y papá todavía está cuidando de él?", pregunta el magistrado. "Sólo manejo cuando tengo que hacerlo", vuelve a decir el acusado.
Entonces, el juez señala hacia un costado y le dice al anciano: "Ese hombre de allá es mi hijo. Seguro está pensando que cuando yo tenga 90 años lo voy a llevar en auto. Usted está dando un mal ejemplo para mi hijo. Usted está poniendo mucha presión sobre mí".
Luego de las risas del auditorio y del propio Caprio, el juez concluye: "Mire, señor, le deseo a usted lo mejor, lo mejor para su hijo. Le deseo a usted buena salud, y su caso es desestimado. Buena suerte y que Dios lo bendiga".
El video fue compartido miles de veces en las redes, donde los comentarios elogiosos para el juez se mezclaron con los usuarios que dijeron haberse conmovido por el tierno diálogo y la resolución compasiva que tuvo el caso.
Fuente: La Nación