La emotiva carta que se hizo viral en medio de la tensión entre el Gobierno y Vicentin
El texto que se difundió está escrito por un ingeniero agrónomo de apellido Vicentin que vive en Avellaneda, pero que no es parte de la empresa.
CAPITAL FEDERAL - Un ingeniero agrónomo y vecino de Avellaneda, la ciudad Santafesina donde nació la compañía Vicentin, escribió un texto explicando los orígenes de los habitantes de la zona, los comienzos de la empresa y qué ocurrió para que terminara en un concurso de acreedores que impacto de lleno en su negocio.
Es un Vicentin, pero asegura que nada tiene que ver con la familia que dirige la empresa que está en el ojo de la tormenta y en tensión con el gobierno de Alberto Fernández, que la intervino y pretende expropiar.
Su emotiva carta abierta se hizo viral y se difundió por WhatsApp. “Señor Presidente, acá no tiene que expropiar nada. La empresa ya es de todo nosotros”, pidió Daniel Vicentin.
LA CARTA
"Me llamo Daniel Vicentin, soy Ingeniero Agrónomo, ante las insistencias de los amigos de todo el país, voy a dar mi punto de vista de lo que pasó con Vicentin SAIC. Aclaro, empresa que con la que no tengo nada que ver, sólo comparto el apellido. Y es una de las razones fundamentales, por lo cual escribo esto: viví toda la vida en Avellaneda y tengo estrecha relación con la mayoría de los dueños.
También aclaro que esto es mi opinión, y de nadie más, además de mi punto de vista, que puede tener muchísimos errores, pero es solo mi opinión.
Primero, no se puede hablar de Vicentin sin hablar de Avellaneda (Santa Fe). Es una colonia pura de Friulanos, que el General Obligado echó de Reconquista al otro lado del Rio (arroyo el Rey), lugar que estaba dominado por mocovíes, tobas, matacos y avipones. Esto no es un dato menor ya que generó una cultura del esfuerzo, de trabajo en conjunto y solidaridad ante la adversidad y la pobreza extrema. Siempre refugiados en la religión católica, y pasando mucha hambre.
El único que le dio algo (alimentos para un año), fue en 1879, el presidente Nicolás Avellaneda, y de ahí su nombre. Esto inevitablemente marco a fuego y dio origen a una cultura de cooperativismo, esfuerzo conjunto y la solidaridad.
La Unión Agrícola de Avellaneda (100 años) una de las 2 cooperativas agrícolas más grandes del país, la Cooperativa de Servicios Públicos, Vicentin, la municipalidad y la iglesia católica son pilares casi indisolubles de una ciudad que siempre fue una isla de empuje, orden y progreso en el país.
El empuje y la sinergia de esta zona marginal y pobre generaron una visión de crecimiento y expansión fuera de esta zona.
Por lo tanto, a esta comunidad cerrada de Friulanos, nadie le va a explicar qué es Vicentin SAIC. Por eso no entendemos las barbaridades que se dicen, sin tener el más mínimo conocimiento de una actividad, con las particularidades y complejidades que esto tiene.
Vicentin es desde siempre una empresa familiar aceitera y exportadora de granos, de Avellaneda Santa Fe. La mayoría de los dueños y todas sus familias están acá desde siempre. La operatoria es: toma granos, los exprime y produce aceite. Ese grano se lo compra y se lo paga a los productores de todo el país. Los acopia y los vende al exterior.
Banderazo en Avellaneda por Vicentin
El productor utiliza esa entrega como una alcancía, va sacando el dinero cuando lo necesita y la empresa recupera el dinero, más la ganancia, en 3 meses, en el caso de aceites, y en un mes y medio aproximadamente, en el caso que exporte directamente granos.
Ese lapso entre que el productor vende total o parcialmente sus granos y la empresa recupera el dinero (de las exportaciones), lo afronta con ahorros o créditos llamados de prefinanciación de exportaciones.
La política de acopio de Vicentin es un dato muy importante y es distinta a la de sus competidores extranjeros. Se basa en fomentar y apoyar a pequeños y medianos acopios de todo el país que competían con las mega plantas de acopios extranjeros y otros competidores para captar el grano de los productores. Vicentin siempre les daba un plus de margen con el objetivo de la exclusividad de la entrega y de ahí sale un impacto tremendo para el sector
Vicentin siempre tuvo en su idiosincrasia en dar valor agregado a la materia prima, tratando de diversificar su empresa. Y estando siempre primero que sus competidores, gigantes internacionales, que liquidan sus divisas y se las giran a las casas matrices.
Jamás tuvo expresiones políticas, más allá de las preferencias individuales de cada uno de los socios.
En 2014, Cristina Fernández en persona inauguró y apoyó la planta de Bioetanol más grande del mundo en Timbúes, Vicentin-Glencore (Suiza). En 2018, Vicentin decidió jugarse por el país ante los insistentes reclamos de inversión de Mauricio Macri y amplió su producción de aceites para no exportar granos solamente (como lo hacen sus competidores extranjeros) y aportar valor agregado a la producción.
Para lo cual solicitó un Crédito Internacional, al IFC, Natixis y al Rabobank por 295 millones de dólares. El Rabobank (holandés) apoya a Vicentin desde hace 20 años: por supuesto, realizó los análisis de riesgo con varias empresas internacionales y determinó que Vicentin era la única empresa argentina en ese momento que era pasible de semejante crédito y el 25 de enero de 2018 otorgó el crédito a 7 años a tasas muy bajas.
Cuando está apunto de ampliar comienza el aumento del riesgo país, aumento exorbitante de las tasas de interés, el dólar que en 2018 pasó de 18,76 a 38,89 pesos, un 107,3% de aumento. Por lo tanto, el Rabobank decidió suspender el crédito otorgado.
Una de las plantas de la empresa
Vicentin decide suspender la ampliación de la fábrica de aceite, que estaba ya en marcha. En ese momento Mauricio Macri (lluvia de inversiones) dice que el país necesita que confíen y hagan la inversión, que nosotros se la vamos a dar a través del Banco Nación tomando como dato todas las calificaciones que había realizado el Rabobank.
Le otorga el crédito el Banco Nación, y Vicentin pasó a ser el primer exportador de aceites del país y convierte a la Argentina en EL PRIMER EXPORTADOR DE ACEITES DE SOJA DEL MUNDO. Con 5,5 millones de toneladas con destino en el mercado internacional. Desplazando a Brasil, la unión Europea y al propio EEUU.
En 2019 se produce una campaña más, buena en líneas generales. Los pequeños y medianos acopios le entregan la producción como todos los años. Pero no era un año más para el campo.
El 11 de agosto de 2019 se producen las PASO. Y ya sabemos los resultados.
Vicentin es desde siempre una empresa familiar aceitera y exportadora de granos, de Avellaneda Santa Fe. La mayoría de los dueños y todas sus familias están acá desde siempre
El productor es un empresario, tremendamente inteligente, que sobrevivió a mil batallas cuidando lo suyo y poniendo el lomo. Por lo tanto, ante una amenaza de aumento de las retenciones, como nunca, decidió por razones obvias vender la totalidad de la producción entregada, como jamás había pasado en la historia.
Pero a la vez, el crédito del BNA era tan grande que cuando la empresa fue a pedir la prefinanciación de exportaciones no le dieron un centavo más. El crédito internacional cortado para todo el país y Vicentin calzado hacia la exportación de aceite, con 3 meses larguísimos por delante para el recupero. A eso se lo llamó en un principio estrés financiero y empezaron a demorar los pagos. La empresa trató por todos los medios de llegar a un acuerdo para devolver el dinero y pagar la gigantesca venta de cereales. En ese momento y con justa razón, dos empresas le piden la quiebra. Eso obligó a Vicentin a judicializar y declarar el concurso preventivo de acreedores. En el mismo, ningún acreedor puede ser privilegiado y todo está atado a los tiempos procesales.
Toda la comunidad y la región están tremendamente angustiadas, destruidas y con un tremendo impacto emocional por el conocimiento y la pertenencia de la empresa.
Todos tenemos innumerables anécdotas de ayuda y construcción de escuelas, centro para discapacitados, jubilados, teatros, salvataje de innumerables empresas para que no pierdan los puestos de trabajo. El caso más emblemático es Friar, el frigorífico de Reconquista que en un momento 2001 le dio gratis un predio a una empresa China para que ensamble motos y dé trabajo a la gente. Además de la hilandería virtualmente fundida que también rescató y apoyó la producción algodonera que estaba también en la ruina, aportando tecnología de última generación y trabajo al sector. El fomento a la producción de miel, el apoyo a la producción de pollos y cerdos.
Por último, los empleados. Los empleados son el orgullo de Vicentin desde una gran crisis en los 80 en la que todos, por decisión propia, renunciaron a cobrar el sueldo por tres meses para salvar a su querida empresa y conservar la fuente de trabajo. Las becas de estudio a los hijos son moneda corriente. Las colas para las canastas navideñas frente al súper de la Cooperativa y el retiro de los bolsones de carne para todos los empleados de Friar están gravadas en mi memoria. Acá ganan más que la media, sin contar que si sos empleado de la empresa tenés acceso al crédito, automáticamente.
Señor Presidente, acá no tiene que expropiar nada. La empresa ya es de nosotros, de nuestra comunidad, de la zona, de la provincia de Santa Fe, del campo Argentino. Y de nuestro querido y sufrido país.
Fuente: Infobae