Un cura de 87 años dejó los hábitos para trabajar como actor porno
Luego de una vida dedicada a la iglesia, el hombre se divorció de su esposa y comenzó a dedicarse a las películas para adultos.
Norm Self, de 87 años dejó los hábitos hace cuatro para dedicarse a la actuación en películas para adultos. El hombre llevó toda la una vida dedicada a la iglesia, y en 2018 debutó como actor en su primera película, junto a dos profesionales más jóvenes del rubro.
Self se unió al clero con 18 años, y luego se convirtió en sacerdote del estado de California. Se casó a los 20 años y desde entonces vivió con su esposa durante 28, hasta su divorcio. El actor se declaró homosexual luego de recibir en su iglesia a otros hombres que se creían homosexuales, y pedían ayuda para orientarse con respecto a la religión.
Cuando abandonó la iglesia se puso en pareja con un hombre que le propuso dedicarse a la pornografía. “Pensé en quienes podrían ofenderse y cuales de mis contactos querrían escribirme”, dijo en diversas entrevistas.
El actor habló también acerca de como son concebidas las relaciones sexuales en la iglesia: “Mi problema con la iglesia es que es raro que el sexo sea tratado como una parte alegre de la vida espiritual”, explicó en una entrevista que forma parte del documental “The Sex Business”.
El hombre, que estuvo casado con una mujer durante 28 años y luego redescubrió su sexualidad, se identifica como un “íntimo sagrado”: ayuda a hombres, mujeres y personas de todos los géneros a explorar el poder curativo del placer, y es estudiante de una escuela que busca integrar la sexualidad y la espiritualidad.
Self ya hizo cuatro películas pornográficas en los últimos dos años, y afirma tener una vida sexual más vibrante que la que tenía a sus 40: “Mi yo de 85 años es más vibrante que mi yo de 45. Como si mi energía erótica se hubiera apoderado de mi”, explicó al Daily Mail.
El actor habló acerca de la concepción de las relaciones sexuales en las personas mayores: "He escuchado de "autoridades" acreditadas que los jóvenes son fisiológicamente más capaces de tener relaciones sexuales más frecuentes. No discutiría eso. Pero por mi experiencia y los testimonios de otros hombres mayores, diría que eso no es necesariamente mejor. De hecho, en muchas áreas de la vida, incluido el sexo, envejecer puede aportar todo tipo de sutilezas deliciosas y hacer la vida más rica y plena", finalizó.