Una mujer española que había vivido 30 años con dolor de abdomen quedó impactada en las últimas horas luego de conocer los motivos de su malestar.
Se trata de una abuela de 70 años, quien decidió asistir a un centro médico de urgencia preocupada por lo que creía, podía ser una infección o incluso un cáncer gastrointestinal. Sin embargo, el diagnóstico que le dieron los médicos no era esperado por nadie.
Tras realizarle una cirugía los especialistas le dijeron que tenía una gasa dentro de su cuerpo, la cual se cree, habría sido dejada en el lugar accidentalmente cuando dio a luz en 1987.
El objeto, retirado por el personal de salud, medía 12 centímetros de largo, y se había transformado en una masa que pesaba 900 gramos.
Conocida la situación la mujer se contactó con un abogado, quien reclamó que ningún especialista del Servicio Canario de Salud había sido capaz, durante 30 años, de determinar el verdadero origen de los dolores.
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Por este motivo el juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Las Palmas fijó una indemnización de 25 mil euros para la víctima del episodio.