“Siempre me gustó el deporte”, dice Esteban Soto (40), minutos antes de salir desde su casa para realizar una nueva clase de entrenamiento personalizado en Rada Tilly. “Chochi”, como lo conocen todos en el ambiente del running y la preparación física, respira y vive deporte. Desde que se levanta hasta que se acuesta está inmerso en está gran pasión que lo llevó a encontrar su oficio, pero también su hobby y vivir diversas aventuras.

Esteban es uno de los instructores más conocidos de la zona, y ahora, con 40 años y 8 en el running, se prepara para lo que será su primera carrera organizada por él, competencia que se realizará en el marco del aniversario de Rada Tilly.

La carrera se disputará en septiembre con 8 y 16K, y se espera la participación de al menos 250 personas que corran la KM, un circuito que propone disfrutar las bellezas de la villa.

A Chochi se lo ve entusiasmado. En sus ojos se refleja la felicidad de un nuevo desafío, uno más para una carrera deportiva que comenzó de chico y que promete no terminar.

Chochi en acción. Esteban toda su vida fue instructor de musculación, pero en 2008 decidió meterse en el running y nunca más paró.

DEL FÚTBOL AL RUNNING CON ESCALAS

Esteban creció en el barrio Roca y de chico estuvo vinculado al deporte. Su primera actividad fue el fútbol salón, bajo los tres palos. En la Deportiva integró la categoría 1982, equipo con el que jugó diferentes torneos, hasta que a sus 14 años decidió dar un paso al costado.

Por un tiempo, estuvo sin rumbo, cuenta. Era una edad para tomar decisiones, y cuando lo entendió no dudó y decidió apostar a lo que entendía que era su pasión. Así, una vez que terminó la secundaria se inscribió en el INEF (Instituto Nacional de Educación Física) de Comodoro. 

Fue en ese lugar y gracias a sus amigos del instituto, que Chochi volvió otra vez bajo los tres palos, pero esta vez de handball, algo que recuerda con mucho cariño. “Me encanto atajar y que me rompan los brazos a pelotazos. Estuve 12 años jugando al handball. Tuve la suerte de estar en un equipo que era muy bueno, como Huergo, y tuvimos la suerte de haber viajado a un montón de lados: Nacionales, Provinciales y Regionales representando a Comodoro”. 

Chochi comenzó su vida en el deporte en el fútbol. Luego pasó por el handball hasta que volcó a la musculación como instructor.

Chochi estaba cursando en el INEF cuando comenzó a trabajar como instructor en el viejo gym de la calle San Martín, allí donde hoy funciona una casa de venta de colchones. Tenía solo 21 años y encontró en Oscar Núñez, un docente y formador que lo llevó a perfeccionarse en el entrenamiento de musculación, pesas, indoor, spinning, body pump, power jump.

Cuenta que en sus inicios, como era nuevo, comenzó en el horario corto, de 10 a 14, donde no hay tanta gente, pero luego pasó de 17 a 23 horas de lunes a viernes, donde hizo todo su desarrollo como instructor de musculación, armando rutinas y capacitándose. 

En el gym trabajó durante 9 años, y en paralelo, gracias a Eduardo Calvo, su entrenador de handball, comenzó su actividad en Rada Tilly junto al Tano Pizzi. Así hace 17 años se sumó a Arenas y terminó de volcar su vida al deporte. 

Los primeros años era trabajar de 7 a 12 en Rada Tilly, e ir rápido a Comodoro para entrar al Gym a las 13 o a las 19. Así fue su rutina durante varios años hasta que en 2012 decidió dejar el Gym y venirse definitivamente a la villa por una sencilla razón.

“Solamente dejé porque me convenía laboralmente venirme acá, porque tenía mi proyecto de armar mi grupo de running. Ya estaba metido en la onda de entrenador, de correr y quería meterme en la naturaleza”.

Por supuesto, al principio no fue fácil. Ser profesor nuevo, siempre es difícil en un gimnasio, y mucho más en la villa donde suelen ser muy fieles a cada entrenador. “Es como que si uno no está se termina todo”, cuenta Chochi. “Si un día falto o me voy de vacaciones la gente no va, pero a mi me pasó lo mismo, y esa adaptación me costó un montón. Me acuerdo que en su momento estaba Ricky Romero y se fue a Bahía, pero venía un alumno y me decía ‘toma, dejale la rutina a Ricky para que la cambie’, y yo le decía ‘no pero estoy yo’. Pero no querían. Capaz Ricky le daba la sentadilla común y yo también, pero querían la de Ricky”, cuenta entre risas.

En Pizzi Cochi asegura que en un gran docente y jefe, con quien se capacitó en diferentes lugares de Argentina, desde Buenos Aires a Río Gallegos. 

Chochi junto al Tano Pizzi.

Sin duda, su llegada a Rada Tilly cambió su vida, y mucho más aún cuando decidió incursionar en el running.

“Yo no tenía la actividad física tan metida, salvo indoor, pero llegar acá me motivó empezar a correr, y tuve la suerte de tener a Mario Sosa y Nancy Reggina que soy muy amigo de los hijos y me empezaron a pinchar para que algo. Yo siempre entrené con Pablo Marcos, de TRT, mi entrenador de toda la vida, y un día le dije que quería armar mi grupo de running y empecé”.

El 2 de septiembre de 2014 Chochi inauguró su propio espacio con 32 alumnos, muchos de Comodoro Rivadavia que se sumaron a su invitación para correr por calle, cerro y arena. Para Chochi significó el inicio de un nuevo camino, al lado de la naturaleza y con nuevos desafíos. 

Chochi junto a sus alumnos de Km

Por ese entonces, ya había corrido dos maratones en Río de Janeiro, y sin saberlo se preparaba para un gran desafío, acompañar a Norberto Gonzáles a La Misión de 2018, una experiencia que lo marcó a flor de piel y que lo emociona recordar.

“Norberto iba al gimnasio conmigo, lo preparaba físicamente y un día me pidió acompañarlo a La Misión en 2018. Para mi fue una locura cuando me lo planteó. Me dijo que me llevaba, que me invitaba, pero le dije que no. Me acuerdo que a mitad de diciembre me volvió a preguntar y en enero pensándolo bien le dije que sí, porque iba a ganar un montón de experiencia, y si algún alumno quería hacer la carrera yo ya la había vivido”.

Así, Cochi y Norberto se metieron de lleno en una carrera de 160 kilómetros en cuatro días. Por el clima alcanzaron a completar 110 kilómetros en un total de 46 horas, y solo 2 de sueño. 

“Fue la mejor experiencia, sufrida, pero puedo decir que yo viví la experiencia de La Misión con él y fue algo que me quedó marcado y me va a quedar. Estoy realmente agradecido de haber sufrido 46 horas. Habíamos planeado caminar, correr, pero no se dio por el clima, porque sino nos íbamos a morir de hipotermia. Pero fue una experiencia única”.

Norberto dejó una huella especial en Chochi. Por eso, en la última edición de Patagonia Runner llevó una bandera en homenaje a él. 

Esteban junto a Norberto González, previo a correr La Misión 2018.

Con casi 40 años, el entrenador ahora quiere un desafío, organizar su propia competencia, en el marco del aniversario de Rada Tilly, que se cumple hoy. 

“Soy una persona que no se puede quedar siempre dónde está, qué tiene que estar haciendo cosas todo el tiempo y en marzo sentí que estaba estancado, que estaba aburrido de lo que hacía, y me propuse este nuevo desafío. La carrera se va a realizar el 25 de septiembre para que no choquen los eventos y las distancias, ya estamos listos para abrir inscripciones, será un cupo de 250 remeras que ya fueron pedidas en Buenos Aires. Pero todo esto es gracias a cinco alumnos, que son amigos, quienes se pusieron a hacer el aguante para hacer carpetas, buscar presupuestos y ayudarme con la organización. Para mi esto es felicidad plena, porque es cumplir mis objetivos y ver a mis alumnos cumplir los suyos. Eso es lo más gratificante”, admite este instructor que decidió hacer su propio camino y en la mitad de su edad se prepara para un desafío.  

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