Toda la provincia del Chubut y buena parte de la dirigencia política del país estará mirando este domingo lo que suceda en Trelew, en lo que será la primera experiencia de laboratorio en más de una década para evaluar el regreso de las internas clásicas, pero que además marcará el primer turno en las urnas de 2023: votarán los afiliados de los dos principales frentes electorales y los candidatos ganadores -especialmente las figuras que los respaldan- esperan quedar posicionados para lo que viene en la general.

No se trata de una simple elección de candidatos y hay una expectativa enorme, como marcan los cierres de campaña que hubo el jueves, tres de ellos con grandes movilizaciones y en algunos casos con la presencia de figuras nacionales que dejan en claro que es mucho lo que está en juego.

Lo expresamos ya en su momento y la frase estuvo sobrevolando varias declaraciones de los protagonistas: Trelew va a “marcar la cancha” para lo que venga después. Guste o no, se trata de una ciudad con una gran tradición política y que debuta en el calendario electoral, votando antes que todos los municipios y la provincia.

Es inevitable trasladar el resultado en Trelew al resto del escenario chubutense, aunque es verdad que es un caso aparte, con sus particularidades. Ya analizamos en su momento la crisis social y económica de la que supo ser “la más progresista del sur argentino” y que hoy perdió protagonismo ante Comodoro Rivadavia y Puerto Madryn. Pero sigue siendo innegable su presencia política.

Trelew no pasa desapercibida para nadie, y más allá de que este domingo se va a definir cuáles son los dos candidatos que quedan entre cinco postulantes en dos internas, en realidad hay en juego otras lecturas de fondo, que incluyen a figuras provinciales y nacionales.

Por un lado, el debut del Frente de Todos con el desembarco de La Cámpora -que anunciamos antes que nadie hace casi un año- en la alianza conformada por el PJ, el Frente Renovador, Chubut Somos Todos, el Partido de la Victoria, y el Partido del Trabajo y el Pueblo, todos apoyando a un único candidato que es Emanuel Coliñir enfrentando a dos aspirantes de menor estructura, como Juan Carlos Jara y Nelson Castro.

Los cinco precandidatos que compiten este domingo: Massoni, Merino, Coliñir, Jara y Castro.

Y por el otro frente, la pelea provincial a todo o nada en Juntos por el Cambio que subyace a la local: no sólo compiten Federico Massoni y Gerardo Merino, sino que detrás de esa lucha, hay otra de fondo entre Damián Biss contra Ignacio Torres por el liderazgo del espacio.

PELEA SIN CUARTEL

Sin dudas, la previa más caliente se dio en Juntos por el Cambio, con declaraciones fuertes y acusaciones que llegaron incluso a la judicialización. Allí se enfrentan el candidato más instalado hace tiempo y más conocido por la gente por su nivel de protagonismo mediático, que es el ex ministro de Seguridad, Federico Massoni; contra el veterinario Gerardo Merino, quien -a diferencia de su rival- está afiliado a la UCR desde hace 20 años y fue el último presidente del comité local.

Es extraño de explicar, pero Merino es radical y Massoni no, aunque viene de familia radical y estuvo afiliado al partido hace 15 años. Merino es apoyado por el senador del PRO, Ignacio Torres, y por la senadora radical Edith Terenzi, así como por el sector del FRACH, y por figuras históricas del radicalismo en la ciudad, como el ex gobernador Carlos Maestro y el ex intendente José Gatica. Incluso se obtuvo un apoyo del presidenciable Horacio Rodríguez Larreta en declaraciones a algunos medios, aunque no bajó a Chubut para ningún cierre.

Cierre de campaña de Merino, junto a Ignacio Torres, Jaqueline Caminoa y Edith Terenzi.

En cambio, Massoni -quien tiene una historia de denuncias judiciales contra Torres y el sector pesquero por presunta evasión impositiva- es impulsado por la UCR oficial. Esto significa que es apoyado por el presidente del Comité Provincia, Damián Biss, la presidenta del comité local, Florencia Rossi, y ni hablar con el respaldo del presidente del Comité Nacional, el gobernador de Jujuy y precandidato a presidente Gerardo Morales, quien viajó espacialmente al acto de cierre de campaña.

Detrás de Massoni hay un cerebro en el armado, como el diputado Manuel Pagliaroni, un alfil en lo legal, que es el apoderado de la lista y actual concejal y candidato Rubén Cáceres, a lo que hay que sumar además el respaldo de un histórico como Mario Cimadevilla.

Margarita Stolbizer, Gerardo Morales, Damián Biss y Federico Massoni en el acto de cierre de campaña.

La previa estuvo plagada de acusaciones cruzadas: del lado de Merino, se apuntó al corazón de los afiliados radicales al sostener que Massoni no los representa, con su pasado en el gobierno dasnevista de Máximo Pérez Catán, el provincial de Martín Buzzi y luego en la gestión de Mariano Arcioni.

De hecho, la principal acusación de Torres y su entorno en los discursos de campaña contra la lista del radicalismo oficial es que Biss y Pagliaroni tienen un pacto con el arcionismo, y que juegan con apoyo del Frente de Todos.

La devolución del otro lado no vino de boca de Massoni, quien en una estrategia zen prefirió evitar todo tipo de alusiones personales. Pero sí de parte de Pagliaroni, Rossi y Cáceres, quienes denunciaron afiliaciones truchas a último momento al padrón del PRO, provenientes del madernismo.

En la lista de Massoni ven a Torres y Merino jugando con el sector de Leila Lloyd Jones, y como prueba, denunciaron el ingreso de unos 400 afiliados de último momento, una tropa movilizada para desequilibrar la votación con votos foráneos. Hubo incluso una presentación ante la justicia, pero quedó en la nada.

El intendente Adrián Maderna y Federico Massoni habían mantenido hasta aquí buena relación, pero se rompió todo. Días atrás, Massoni declaró que va a despedir a todos los delincuentes que hay trabajando dentro del municipio, y dijo que hay otras listas -en clara alusión a Lloyd Jones- que apañan a grupos vinculados a actividades delictivas. El ex ministro de Seguridad entiende que el madernismo tranzó con Torres porque prefiere como rival en la elección general a Merino.

LUCHA DE FONDO

Lo que es más que evidente es hay una lucha de fondo detrás de esta interna, y es la interna provincial de Juntos por el Cambio, entre Damián Biss y Nacho Torres. De hecho, la alianza se logró mantener de casualidad en Trelew, porque entre ambos la relación es muy mala, y fue más que difícil ponerse de acuerdo en los términos del cierre.

Para Biss, la jugada de apostar por Massoni como su candidato en Trelew fue un abierto desafío a Torres y si llegara a lograr un triunfo de esta lista en la interna -ni hablar en la general- lo lanzaría a pelear mano a mano por la gobernación. El intendente de Rawson cree que si gana su candidato, esto lo empoderaría, y mostraría una UCR desafiante y fuerte ante un PRO que se mostraba muy confiado luego del resultado de 2021.

Torres sabe todo lo que está en juego, y si bien nadie lo baja de su candidatura provincial, no quiere una derrota en su ciudad, donde sacó todos “los fierros” y aportó una estructura enorme y financiamiento para la campaña de Merino. Tiene una pelea ya de tono personal con Massoni y su relación con Biss parece muy difícil de encaminar.

La interna de Trelew en realidad es el reflejo de la disputa entre Torres y Biss.

Da la sensación de que, sea cual fuere el resultado del domingo, va a ser muy complicado luego mantener la alianza en Chubut para lo que viene. Reina un clima de total desconfianza e incluso, hay dudas de que los perdedores aporten votos y estructura al ganador de la interna para el 16 de abril, algo que en elecciones pasadas no venía ocurriendo.

Si gana Massoni, la fórmula Biss-Menna sale con todo a recorrer la provincia y a dar la pelea mano a mano contra Torres. Si gana Merino, la carrera provincial de Biss quedaría casi sepultada, y Juntos por el Cambio llevaría prácticamente un único candidato a la gobernación, que sería Torres.

Así de fuerte es lo que se juega en la interna del domingo, y así lo expresaron en cada uno en sus discursos, incluidos los Gerardo Morales y Margarita Stolbizer. Trelew es el primer paso para lo que viene, y en el radicalismo se esperanzan con que se repita el ejemplo de La Pampa, donde en la interna, el candidato radical se impuso al del PRO. Quieren que el anticipo pampeano se haga tendencia en Chubut, y Massoni es la carta.

TODA LA PRESIÓN

En la interna del Frente de Todos, donde compiten tres candidatos, el escenario es diferente. Hay un nombre que cuenta con mucha más estructura y apoyo de pesos pesados, que es el de Emanuel Coliñir, frente a dos nombres más “desconocidos” como los de Juan Carlos Jara y Nelson Castro.

El “cartero” Jara es un militante histórico que viene incluso de la época del justicialismo de Mario Das Neves. Con activa participación social y conocido en los barrios con una vida ligada al deporte, no cedió a las presiones para bajarse y armó una lista. Hay guiños con el madernismo -en su momento fue funcionario de la actual gestión- y muchos creen que puede tener “apoyo” en la interna.

El caso de Castro, se trata de un ingeniero civil que viene del sector del precandidato a gobernador Exequiel Villagra y de José Arrechea. Histórico militante de terceras líneas, decidió lanzarse porque dice sentirse cansado de que la dirigencia haga acuerdos que no representan a las bases.

Juan Carlos Jara y Nelson Castro.

Ambos cuentan claramente con menos financiamiento que Coliñir, quien hizo un masivo cierre de campaña con apoyo de figuras de Chubut Somos Todos, Frente Renovador y el kirchnerismo, como Carlos Linares, Nancy González, Santiago Igón, José Glinski, el intendente de Dolavon, Dante Bowen, Alejandro Sandilo y los diputados provinciales Carlos Eliceche, Adriana Casanovas, Pablo Nouveau y Juan Pais.

La sensación previa es que hay una interna desbalanceada y de hecho Coliñir ya muestra un perfil que apunta a sus rivales en la general, más que a sus contendientes en el PJ. Su discurso está apuntado a la lucha por el voto peronista contra Leila Lloyd Jones y Gustavo Mac Karthy, quienes se van a presentar por afuera del justicialismo.

Varias figuras de La Cámpora, Frente Renovador, PJ y Chusoto en el cierre de campaña de Coliñir.

Coliñir, de 35 años y funcionario del Ministerio del Interior, con respaldo total de figuras como Máximo Kirchner y Eduardo “Wado” De Pedro, tiene todo para ganar, y si llegara a sufrir una derrota en esta interna contra dos desconocidos, sería catastrófico para el gobierno nacional, que está mirando muy atentamente lo que ocurre en la ciudad.

Además, Coliñir tiene buena relación con el gobernador Mariano Arcioni, quien le ha dado su apoyo, pero no tuvo respaldo explícito de los dos potenciales candidatos a gobernador del Frente de Todos, como Juan Pablo Luque y Ricardo Sastre, quienes hasta el momento evitaron meterse de lleno en el barro de Trelew.

Juan Pablo Luque y Ricardo Sastre: a diferencia de Torres y Biss, evitaron meterse en las internas de Trelew.

REGRESO A LAS FUENTES

La de este domingo será una experiencia distinta: no se puede decir nueva, porque es volver al sistema histórico de internas. Pero sí se trata de algo a lo que la mayoría se había desacostumbrado: al voto exclusivo de los afiliados.

Durante la última década, el sistema de las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) organizadas por el Estado, había quitado a los partidos políticos protagonismo: no definían a sus candidatos, que salían del voto de los independientes, y tampoco se tenían que preocupar por organizar el comicio.

Ahora los partidos se sienten más empoderados, y creen que sus candidatos serán el reflejo más fiel de sus postulados. Pero vuelve la imagen de la “rosca”, los acuerdos y cierres entre cuatro dirigentes, que termina definiendo las reglas sobre la marcha.

Lo ocurrido en el Frente de Todos no fue un buen ejemplo: se anunció con bombos y platillos una interna abierta, sin miedo a la participación popular, y finalmente se determinó que sería sólo para afiliados, unos 10.500, porque no se podía contar con los padrones de independientes en tiempo y forma.

Ese cambio le dio argumentos a Gustavo Mac Karthy para hablar de una interna que estaba preparada para hacerle una encerrona y dejarlo fuera de competencia.

En Juntos por el Cambio, hubo un debate feroz sobre cómo organizar el comicio, y terminó ganando la postura del radicalismo, de hacerlo de forma cerrada. En el medio, lo dicho: acusaciones cruzadas, judicialización y denuncias de padrones “inflados”.

Ambos ejemplos muestran que las definiciones de candidaturas a gobernador en Chubut, si se llega a desdoblar la convocatoria, van a ir por el mismo camino, y van a ser cerradas. Nadie parece en condiciones de organizar una elección abierta para definir candidaturas. Y tampoco parece haber demasiada preocupación en ese sentido.

Por todo lo dicho, el ejemplo de Trelew este 5 de marzo será vital. Primero, por cómo se desarrolle la experiencia de este tipo de interna clásica, respecto a transparencia y nivel de participación popular. Segundo, porque el resultado va a determinar la suerte de varias figuras para lo que viene, y porque hay proyectos nacionales que juegan cartas fuertes. Por eso, se viene un Super Domingo para alquilar balcones, que puede ser una bisagra para todo lo que está por venir.

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