Es de Brasil, viajó por todo el mundo y eligió vivir en Chubut para estar conectada con la naturaleza y la ciudad
Rafaela Mileo hace siete años decidió poner en pausa su carrera de contadora y viajar por el mundo. Primero estuvo en Australia, luego en Londres y más tarde se hizo nómada, viajando por Europa, Asia y Sudamérica. Sin embargo, hace cuatro meses llegó a Argentina, conoció la Patagonia y se enamoró de Puerto Madryn. “Encontré muchas cosas que venía buscando”, contó a ADNSUR.
“Desde que empecé a hacer vida de nómada estuve buscando un lugar que dijera ‘ok, yo viviría aquí’ y ahora siento que lo encontré”. Rafaela Mileo recorrió más de 30 países del mundo, en varios de ellos vivió y hace dos meses decidió radicarse en Puerto Madryn: la ciudad del Golfo Nuevo que cada año recibe a la ballena Franca Austral y con ella a miles de turistas del mundo.
Al otro lado de la pantalla, vía Zoom, se la ve contenta. Cuenta que a la mañana se levanta y ve el mar, que hace unos días vio a la distancia unos delfines y que, además del contacto con la naturaleza, tiene la posibilidad de disfrutar las bondades de una ciudad. Lo dice y lo afirma: “Puerto Madryn tiene algo único. Hay otras personas con las que hablé que también sienten eso. Tiene una mezcla, no tiene lo que otros lugares de Argentina, pero siento que eso también es Patagonia”, dice a ADNSUR.
ENTRE LA NATURALEZA Y LA LIBERTAD
Rafaela tiene 27 años y asegura que siempre le gustó viajar, desde aquellos tiempos en que visitaba a su abuela en una casa de playa y sentía que conectaba con la naturaleza. “Era pequeña y cuando iba a la naturaleza me sentía más conectada”, dice al recordar esos tiempos. “Pero la verdad es que siempre estuve muy interesada en las culturas y las lenguas. Siempre me gustó mucho la naturaleza. Además, siempre me gustó viajar y las cosas artísticas un poco fuera de lo normal, pero cuando decía ‘quiero ser actriz, quiero ser tal cosa’, me decían ‘no, tenés que hacer algo más normal’, así que decidí hacer algo muy normal”.
Antes de ser influencer, Rafaela fue estudiante de contabilidad en la universidad de San Pablo. Le iba bien. Sin embargo, sentía que no era lo suyo y a los 20 años decidió probar suerte en Australia para tratar de descubrir qué era lo que quería.
Lo cierto es que en tierra de canguros la joven confirmó lo que presentía. El trabajo de oficina no era para ella. Quería “viajar por el mundo, explorar”, pero no tenía idea de cómo hacerlo generando dinero.
Así, durante un año y dos meses vivió en Australia, hasta que decidió volver a Brasil. Le quedaba poco a su carrera y quería terminar la cursada para tener el título, tal como le había aconsejado su padre.
A la distancia, Rafa cuenta que intentó darle otra oportunidad a su carrera. Sin embargo, luego de unos meses trabajando en una multinacional, ratificó lo que pensaba y renunció. “Dije ‘no sé cómo, pero voy a salir, voy a viajar y voy a ser fotógrafa’. Quería salir de Brasil, quería construir una vida nueva y me fui a Londres. Comencé a trabajar de limpieza mientras estudiaba fotografía por mi cuenta y veía cómo funcionaban las cosas de influencer”.
Durante dos años, aprendió los secretos de la fotografía y la vida freelance. Y poco a poco, mientras trabajaba en casa de familias, comenzó a tener sus primeros clientes, hasta que un día sintió que estaba lista.
“Dije voy a ser full time, nómada y empecé a viajar. Hoy tengo mi canal de Youtube, mi Tiktok, Instagram y hago contenidos para mis páginas y contenidos para terceros: agencias de turismo, hoteles, todo lo que está conectado con la naturaleza y turismo. También soy contadora, pero lo tengo ahí; si un día la necesito está ahí, pero no es algo que me guste”.
En estos cuatro años, desde que salió de Londres, Rafaela vivió en Indonesia e Italia, conoció Suiza, España, Estados Unidos, Portugal, Noruega, Escocia, entre otros países.
Hace un tiempo, quiso regresar a Brasil y estar cerca de su familia. Y una vez que retomó su ruta pensó “¿por qué no visitar aquel cercano país que nunca había sido una opción como destino de viaje?”.
Así, primero estuvo en Buenos Aires y luego en diferentes puntos de la Patagonia, desde Ushuaia a Neuquén, pasando por Calafate, El Chalten, Esquel, Torres del Paine (Chile), Bariloche y Puerto Madryn, la ciudad que la conquistó.
Es que, por estos días, Rafaela vive en la ciudad del Golfo Nuevo donde decidió radicarse, algo que no imaginaba. “Nunca imaginé que iba a elegir Argentina, siendo brasileña siempre pensé que era cerca, siempre pensé Europa, Australia, pero cuando vine en marzo me decían ‘no sé cómo te gustó tanto’, porque no había ballenas y los pingüinos se estaban yendo. Pero encontré muchas cosas que venía buscando: la proximidad con mi familia, un lugar que tiene muchas cosas, un lugar turístico, un lugar al que vienen personas de todo el mundo y también las personas de acá, que fueron un gran motivo para quedarme. Ahora que vine están las ballenas y es increíble. Vivo con la vista del mar, y ahí me despierto, hago el desayuno y veo las ballenas”.
La joven admite que lo que más le gusta de Puerto Madryn es esa simbiosis entre ciudad y naturaleza. “En el mismo día puedes ver pingüinos o ir al cine”, ejemplifica. Entonces, hay cosas que en otros lugares no encontré, una ciudad chica que tiene cosas pero que tiene naturaleza, frente al mar y con vida salvaje”.
En los últimos días, la influencer sacó la precaria, aquella documentación que es el paso previo a la residencia en el país. Vive en un departamento que alquiló frente al mar y ya cuenta con sus primeros clientes, que se suman a aquellos trabajos que hace vía remota. Una de las bondades de estos nuevos tiempos.
Lo tiene claro, ella sabe lo que quiere. “Voy a quedarme, me gusta. Estoy entusiasmada con esta nueva etapa aquí. Quiero mostrar la Patagonia al mundo, porque creo que de la Patagonia no hay tanto contenido. Todos saben de las montañas en Suiza, de animales en el mundo, pero nunca había escuchado de Puerto Madryn antes, así que uno de mis propósitos es mostrar este lugar lindo para el mundo”.
Por supuesto, Rafaela quiere seguir viajando para proyectos puntuales, pero, fundamentalmente, quiere transmitir su propia experiencia para inspirar a otros. “Hoy hay muchas formas de hacer plata. Hay muchos que trabajan con marketing, con programación, que no necesitan estar en un lugar. Por eso me gusta inspirar a las personas a que no hay una sola forma de vivir. Si tu sueño es hacer algo loco, inténtalo, porque hoy en día hay muchas formas de lograrlo. No necesitas ser rico, pero obvio que tener recursos ayuda. Y otra cosa que quiero es inspirar a las personas a estar más conectados con la naturaleza y hacer más actividades con la flora y la fauna”, dice esta creadora de contenidos que se animó construir su propia historia y hoy recorre el mundo haciendo base en la ciudad de las ballenas.