Es de Comodoro e ingeniero de Google en Londres, pero sueña con volver a Argentina: "estoy en deuda, yo estudié gratis y trabajo con otros que pagaron miles de libras"
Estudió en el Dean Funes y una vez que egresó se fue a La Plata para seguir licenciatura en Informática. La ciudad de las diagonales fue su tierra de oportunidades, el lugar donde coqueteó con Microsoft y Google, el buscador más grande del mundo donde trabaja desde hace 6 años. Este domingo te contamos la historia de Santiago Seifert, el comodorense que trabaja para el gigante de Silicon Valley y sueña con volver a Argentina. "Siento una gran deuda con el país porque yo estudié gratis y estoy trabajando a la par con gente que estudió en universidades que pagaron miles de libras y dólares para estar acá", admite.
“Yo era un pésimo competidor”, dice Santiago Seifert (30), el comodorense que vive en Londres y trabaja para Google desde hace más de 6 años. Cuando habla se refiere al Torneo Argentino de Programación que organiza la sucursal argentina de ICPC, certamen que ganó en dos oportunidades junto a su equipo y que organizó en una tercera.
Santiago insiste en que es un pésimo competidor, ya que asegura que Argentina produce mejores competidores en programación, pero reconoce que haber ganado y organizado esa competencia fue fundamental para superar el reclutamiento del buscador más grande del mundo; al igual que el trabajo que realizaba en el Laboratorio de Investigación y Formación en Informática Avanzada (LIFIA).
¿Pero cómo llegó este comodorense a trabajar en el gigante de Silicon Valley?
DE COMODORO A SILICON VALLEY
Santiago nació y se crió en Comodoro Rivadavia. Estudió en el colegio salesiano Dean Funes y a los 18 años, cuando terminó la secundaria, se fue a estudiar Licenciatura en Informática a la Universidad Nacional de La Plata, siguiendo los pasos de su hermano, quien ya estaba en la ciudad de las diagonales.
En la Facultad de Ingeniería, sabiendo el esfuerzo que hacían padres, “hizo todo más o menos al día”, y antes de terminar los últimos finales y la tesis le llegaron tres oportunidades que cambiaron su vida.
La primera fue cuando un profesor de la universidad preguntó a la clase a quién le gustaba un lenguaje de programación. Santiago levantó la mano y le ofrecieron comenzar a trabajar en el LIFIA, que en ese momento realizaba la Televisión Digital Abierta.
Así, este joven comenzó a alternar entre su trabajo de medio tiempo en el laboratorio de la Facultad de Ingeniería y sus estudios universitarios. Sin saber, que tiempo después dos gigantes de la industria informática iban a visitar esa universidad buscando posibles pasantes.
El primer reclutamiento del que participó fue de Microsoft, la empresa de Bill Gates que revolucionó la informática a mediados y finales de la década del 2000. Santiago admite que la posibilidad de trabajar en esa empresa le resultó glamorosa. Sin embargo, no le fue bien en las entrevistas y todo quedó en una experiencia. Pero lejos de frustrarse, Santiago no se quedó con el no y fue por más. “Dije ‘Bueno, esto lo tengo que hacer bien porque no sentí que hubiera sido una barrera técnica la que me frenaba, sino cuestiones ajenas a lo técnico. Y tiempo después vino Google en la misma circunstancia. Me acuerdo que fueron como 200 pibes, dieron un problema de programación, escribí la respuesta en un papel y después me llamaron para las entrevistas".
Santiago terminó haciendo una pasantía en Mountain View, la sede de Google en San Francisco. En Silicon Valley estuvo durante cuatro meses, y tras ese proceso y nuevas entrevistas, le ofrecieron un contrato a tiempo completo para trabajar en algunas de las sedes que Google tiene en el mundo.
Las opciones eran Mountain View, Nueva York, Belo Horizonte, Dublín, Londres, Zurich y Londres. Así, una vez que rindió su tesis de grado, en La Plata, se fue a la capital inglesa, donde vive hace 6 años y medio.
Respecto a su éxito para superar el reclutamiento, Santiago asegura que fue de mucha ayuda su experiencia en una especialidad relativamente nicho, como era multimedia, pero también el hecho de haber participado y organizado los torneos de programación.
TRABAJAR EN GOOGLE
En Google Santiago ha hecho de todo. En el inicio, su equipo estuvo abocado a la construcción de una librería para reproducir video y audio en Android. La misma se utilizaba en plataformas como Netflix, Youtube o WhatsApp, incorporada a la aplicación en sí misma. Santiago asegura que el resultado fue tan exitoso que Android decidió que el mismo equipo se encargue de realizar las partes de video y audio dentro del sistema operativo, una misión más compleja por las decisiones arquitectónicas a largo plazo que se deben tomar.
En la actualidad, el comodorense es ingeniero de Software en Google y está trabajando con el mismo equipo en la parte de mídia, con todas las interfaces para aplicaciones de alto nivel, y tecnologías que le permiten a Android cooperar con otros dispositivos y aplicaciones dentro del mismo sistema para la reproducción de sesiones multimedia. Por ejemplo: cambiar desde el teléfono un video de Youtube al televisor, controlar sesiones multimedia con un reloj o pedirle a Google Home que reproduzca música. Sin embargo, más allá de este buen presente en Londres, Santiago no se olvida de sus raíces y admite que sueña volver en algún momento al país.
“Es lo que quiero, tengo el permanente deseo de volver a Argentina y hacer un proyecto allá. Me gustaría hacer algo con chicos que están empezando a programar, un poco porque siento una gran deuda con el país; porque yo estudié gratis y estoy trabajando a la par con gente que estudió en universidades que pagaron miles y miles de libras y dólares para estar acá. Así que me gustaría volver más temprano que tarde”.
“Pero por otro lado”- continúa- “estoy descubriendo cierta pasión por lo que hago, lo que no me había pasado hasta ahora, quizás porque estoy haciendo uso cotidiano de las cosas en las que trabajo, y eso es muy gratificante. Y además estoy asumiendo un rol de liderazgo con gente a cargo mío y eso está más alineado a mi perfil y me gusta. Entonces también dependerá de cómo me vaya acá, pero creo que eventualmente mi futuro está allá”.
Lo cierto, es que a Santiago tiempo le sobra. Con 30 años tiene un futuro prominente en el buscador más grande del mundo. Mientras tanto sigue disfrutando de sus raíces argentinas, el tango, el fútbol y el folclore, y trabajando con gente muy talentosa, algo que disfruta. Es que como cuenta y refleja, se debe pensar más en el bosque que en el árbol.