Hay una sensación que nos invade a los chubutenses desde que tenemos memoria: más allá de la opinión que podamos tener de las gestiones locales, y los errores en la administración interna de nuestros ingresos, muy probablemente estaríamos todos de acuerdo en que –como provincia- siempre hemos resignado recursos en beneficio de las sucesivas administraciones nacionales, que se han quedado con la parte del león.

Nadie que conozca a fondo la historia de nuestro territorio puede dejar de reconocer que los chubutenses nos hemos caracterizado por ser muy “generosos” -quizás demasiado- con el resto del país. Con el argumento de que contamos con recursos naturales que nos dan una ventaja sobre otras regiones, nos encontramos con que nos llegan migajas del presupuesto nacional: tenemos pocos kilómetros de rutas y encima destruidas, muy poca infraestructura, malos servicios, y mucho menos contamos con industrias de agregado de valor que generen puestos laborales genuinos.

Desde 1983, Chubut sólo ha tenido superávit en 8 de sus 33 presupuestos anuales, lo que evidencia un claro desequilibrio estructural en sus cuentas. Esto vale para las gestiones de todos los colores políticos, a pesar de ser la cuarta provincia exportadora a nivel nacional y la sexta en aportes al PBI.

El diagnóstico muestra que Chubut es históricamente la penúltima a la hora de recibir fondos de inversiones públicas, y que ha venido resignando desde 1958 ingresos en beneficio del resto del país, producto de –entre otras cuestiones- altas retenciones a sus exportaciones, perjuicios en las liquidaciones de regalías petroleras, y decisiones políticas de ceder sus ingresos federales en beneficio de otras provincias.

El repaso histórico indica que en las decisiones tomadas desde el poder central en la Casa Rosada, partiendo del primer gobierno local de Jorge Galina en el frondizismo, pasando por las gestiones militares, el alfonsinismo en los 80 y el menemismo en los 90, así como la extraordinaria época de ingresos que se dio a partir de 2003 en épocas del kirchnerismo, siempre la ecuación favoreció a las arcas nacionales en detrimento de la provincia.

Primer gobernador Jorge Galina y Presidente Arturo Frondizi. Ya en aquellas épocas la Nación se llevó el tendido férreo.

En la comparación entre lo que Chubut aporta al sistema nacional, y lo que recibe, hubo siempre a lo largo de todas las épocas una diferencia abismal. Se trata de un dato objetivo sobre el que no debería haber discusión, porque los números no mienten. Sin embargo, nunca la dirigencia política chubutense se unió con todas sus fuerzas para hacer un reclamo que es legítimo contra la Nación.

¿Por qué otras provincias, como Córdoba, San Luis y Santa Fe, han ganado juicios millonarios a lo largo de los años, reclamando lo que les corresponde, mientras los chubutenses seguimos yendo a pedir autorización para que nos den un préstamo que hay que devolver?

Hay quienes tienen argumentos para sostener que –paradójicamente-, las épocas en las que peor nos ha ido es cuando hubo “sintonía fina” con las gestiones nacionales. El compromiso político suele ser asimétrico, y siempre los “gestos” van en una sola dirección: se exige apoyar un modelo político, que generalmente no tiene a Chubut (provincia de bajísimo caudal de votos) entre sus prioridades. Un claro ejemplo de esto, fue el renunciamiento a todas las demandas judiciales que se hizo en el gobierno de Martín Buzzi.

En resumen, tenemos un diagnóstico repetido a lo largo de los años, pero nunca gestionado en serio por nuestras autoridades donde debe hacerse, que es ante figuras de peso a nivel nacional. La información de última hora indica que en los despachos de Fontana 50 se viene “cocinando” un proyecto de ley referido a la reparación y reconocimiento de lo aportado por Chubut a lo largo de 60 años al estado nacional.

Se trata de una propuesta que, por pedido del gobernador Arcioni y con el trabajo del equipo de la diputada Rosa Muñoz, ya tendría cerrada una redacción con varias novedades, para lo que se estaría organizando una presentación pública en uno de los salones del Congreso de la Nación, con la presencia nada menos que del Presidente de la Cámara Baja, Sergio Massa.

FUNDAMENTOS

Detrás de esta decisión política, hay un basamento técnico que da sustento a la propuesta. En este caso, en la redacción del articulado del proyecto y en el detalle fino de los números, viene trabajando con un aporte fundamental el consultor privado y ex funcionario provincial, Daniel Ehnes. Se trata de un economista que ha ocupado distintos cargos en las gestiones de Mario Das Neves y Ricardo Sastre, que tuvo un paso por el área de Educación hace un tiempo, y que ahora asesora a la diputada Muñoz.

El estudio realizado por el consultor Daniel Ehnes es una de las bases en las que se apoya el futuro proyecto de ley.

El trabajo de este especialista se centró en los últimos años en estudiar cuál fue el perjuicio para las arcas provinciales de decisiones políticas referidas a los ingresos. El resumen arroja que a lo largo de 63 años, Nación se quedó con más de $ 17 MM, producto de retenciones a las exportaciones, desguace de ferrocarriles, falta de pago de regalías hasta 1969, y luego lo que se conoció como "barril criollo" -aplicado a partir de la gestión de Néstor Kirchner- que en épocas de precios internacionales altos impidió recaudar miles de millones.

A este “manoteo” de ingresos genuinos -toda una muestra de “solidaridad” con el sistema federal en el que siempre le toca aportar a Chubut-, se le debe agregar un dato clave: la decisión política, acordada en 1984 entre el Presidente Raúl Alfonsín y el gobernador Atilio Viglione, según la cual, a través de un nuevo Pacto Fiscal que se aplicó a partir de 1988, la provincia resignó parte de sus ingresos por Coparticipación Federal de Ingresos hacia otras provincias.

El Presidente Raúl Alfonsín acordó con el entonces gobernador Atilio Viglione una quita de puntos de coparticipación para Chubut.

En números concretos, Chubut pasó de recibir el 1,96 del reparto nacional, a recibir el 1,58: es decir, una baja del 0,38, que implicó un 20 % menos de ingresos federales. ¿Cuánto significó esto en números redondos?  Las fuentes oficiales consultadas sostienen que, según parámetros de 2020, implican unos $ 8 MM anuales, que con la suba de 2021 rondarían los $ 10 MM. Para ser más gráficos, aproximadamente dos masas salariales completas de empleados públicos. Eso, multiplicado por 33 años.

Este antecedente es el que marca la oportunidad política de estas horas, que es la que buscaría aprovechar la gestión de Arcioni. Y esto es así por lo ocurrido el año pasado, cuando a través de un decreto, el Presidente Alberto Fernández –ante una crisis salarial en el entorno de la policía bonaerense- resolvió devolverle puntos de coparticipación a la provincia de Buenos Aires. En este caso, la decisión fue sacarle ese dinero a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que había recibido un notable incremento en la gestión del ex Presidente Mauricio Macri, también por decreto.

El Presidente Alberto Fernández junto al jefe de gobierno de CABA, Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicilliof.

Con este contexto previo, lo que el gobierno de Chubut buscaría plantear públicamente en el Congreso es que la devolución de puntos a la provincia de Buenos Aires (que en los 90 logró paliar a través de una ley de Fondo del Conurbano Bonaerense) fue absolutamente justa y legítima, y que lo mismo le corresponde a nuestra provincia.

El argumento sería que, así como la provincia de Buenos Aires volvió a su índice histórico, es justo que Chubut retorne a su índice de coparticipación de la década del 80, aunque sin quitar a otras provincias, sino sacando ese 0,38 de los ingresos nacionales, que hoy se quedan con el 70 % de la recaudación de todo el país.

OTROS PUNTOS

Según pudo saber ADNSUR, este artículo de recuperar el índice histórico es central dentro del proyecto, pero no es lo único. Un punto importante es que no se pediría un resarcimiento económico hacia atrás, es decir, que se deposite en efectivo todo ese dinero, sino que se restablezca de aquí en adelante. Para lo que se podría llamar una "reparación", habría otros artículos que agregarían más “condimentos” al reconocimiento que se pretende del aporte realizado por Chubut al país en todos estos años.

Lo que se buscaría, es que el monto de los $ 17 MM que Chubut debió resignar a lo largo de más de 60 años, puedan ser contemplados a través de otros conceptos. Por ejemplo, que Nación se haga cargo de las deudas que han sido tomadas en estos últimos meses, como los tres tramos del Fondo Fiduciario Federal (que suman $ 15 MM millones) y el préstamo de Anses (dos tramos que suman $ 6 MM).

Y habría dos ítems más para que la provincia pueda ver un reconocimiento a su aporte. Uno sería un Fondo para el Desarrollo de Infraestructura Productiva: consistiría en que, en los próximos 10 presupuestos nacionales, se destine el 1,96 % de las transferencias descrecionales en obras de infraestructura para Chubut, es decir, el doble de lo que se destina en la actualidad.

El otro punto, buscaría que a través del Ministerio de Economía se autorice a que las obras elegidas por la provincia como grandes inversiones en generación de valor agregado, no paguen impuestos durante la etapa de inversión. Con esto, se apuntaría a beneficios impositivos para garantizar aquellos emprendimientos no vinculados a producciones extractivas, como podría ser el riego para la meseta intermedia, una fábrica de envases, o un parque eólico en la meseta. La intención sería que el capital privado apueste a una inversión más rentable, para que luego la Provincia sea socia en la explotación en un 30 %.

La gestión de Arcioni cree que el contexto político podría favorecer una medida de Fernández similar a la tomada con Kicillof.

El objetivo de la propuesta legislativa que tomará estado parlamentario en breve, apunta a dar alternativas para negociar con la gestión nacional la manera de reconocer el aporte realizado por Chubut en todos estos años. La administración de Arcioni cree que hay un contexto político, marcado por una mirada federal desde la Casa Rosada que fue plasmada en la medida que devolvió fondos a Buenos Aires, que puede permitir un éxito en el Congreso, donde se va a contar con el respaldo de un peso pesado, como es Sergio Massa.

Diego Bossio y Sergio Massa. El Frente Renovador apoyaría el planteo de Chubut.

De hecho, uno de los colaboradores más importantes del massismo, como Diego Bossio, monitoreó el armado de esta propuesta y habría dado el visto bueno, por lo que se contaría con el respaldo de un importante número de legisladores del Frente Renovador. El desafío es saber si se sumarán los actores de otras fuerzas políticas de Chubut, en medio de la campaña electoral.

El tema se instalará en agenda, y habrá que ver si un reclamo genuino como estado provincial queda “entrampado” en la lógica de las elecciones. Lo ideal sería que hubiera aportes de todos los protagonistas de los diferentes colores políticos, dejando de lado banderías partidarias, para que Chubut logre de una vez que sus ingresos estén más acordes a todo lo que genera para el resto del país.

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