El panorama económico de Chubut arranca en la primera parte del año con señales contrapuestas. La cara positiva es el aumento de ingresos por vía de las regalías petroleras, a partir de la devaluación de diciembre; la parte negativa es la caída de ingresos por coparticipación y la reducción del impuesto a las ganancias, por el que Nación aún no definió cómo compensará a las provincias. En el corto plazo, hay riesgo de perder más recursos y el objetivo es renegociar otro de los bonos en dólares que vence en febrero.

La masa de recursos tuvo mejoras por regalías, pero pérdidas en coparticipación federal.

Transcurrido el primer mes del nuevo gobierno provincial, la gestión económica sigue concentrada en atender los vencimientos de deuda y la reprogramación, en la medida de lo posible, de los vencimientos que generan mayores restricciones sobre las cuentas públicas.

Las definiciones económicas y financieras de las próximas semanas darán la tónica de lo esperable para el resto del año. De esto dependerá, por ejemplo, el orden de prioridades reiterado por el gobernador Ignacio Torres en la última semana, que apunta al recupero de un ciclo de clases que se pueda desarrollar con normalidad (algo que no ocurre en la provincia desde hace muchos años).  

Dentro del delicado cuadro financiero de la provincia, a partir del alto endeudamiento y el recorte de fondos nacionales, la proyección de recursos y gastos es lo que permitirá prever si el 2024 será un período relativamente ‘original’, o si será una reiteración de la decadente escena de los últimos años.

LAS REGALÍAS SUBIERON Y LA COPARTICIPACIÓN PERDIÓ, ‘POR VARIOS CUERPOS’, FRENTE A LA INFLACIÓN

Tal como anticipó ADNSUR en informes anteriores, el primer efecto de la devaluación del peso frente al dólar provocó un salto importante en los ingresos por regalías petroleras, ya que se trata de un producto que se comercializa con referencia en el dólar oficial.

Por eso, las regalías petroleras saltaron en diciembre a $26.588,5 millones de pesos, según datos oficiales de la Dirección General de Rentas de la provincia de Chubut. En noviembre, el ingreso por el mismo ítem había sido de $11.801,8 millones.

Sin embargo, hay otros indicadores que contra balancean ese primer indicador positivo. El primero es que, para sostenerse en los próximos meses, dependerá de que el gobierno nacional logre empezar a controlar la inflación, ya que de lo contrario la mayor recaudación se irá licuando con la suba de precios: sólo los datos de diciembre y la proyección de enero y febrero ya reducen a la mitad, o menos, esa mejora. 

Si enero vuelve a marcar un 20% de inflación y febrero una cifra similar, sumado al IPC de diciembre, la mejora de regalías se reducirá a la mitad.

Por otro lado, como ya se advirtió desde esta columna, junto con el mayor ingreso, también, crece el componente de deuda provincial atado al dólar.

Otro atenuante para la perspectiva de ingresos surge cuando se observa lo que pasó con la coparticipación de impuestos, es decir con los recursos que envía el gobierno nacional. A lo largo de 2023, esos montos totalizaron $216.486 millones, lo que significa un crecimiento de, solamente, 118% con relación a lo recaudado en el año 2022.

El dato anterior, tomado de fuentes oficiales del Ministerio de Economía de la Nación para este informe exclusivo de ADNSUR, debe ser contrastado con la inflación acumulada en el último año, que alcanzó un 211%, según divulgó el INDE el último jueves.

¿Cuál es el resultado? Que los recursos coparticipables crecieron muy por debajo de la inflación, lo que significa que, en términos reales, los recursos tuvieron una fuerte caída, ya que quedó muy por debajo de la evolución de los precios.

La recaudación total por regalías subió un 127% durante 2023, lo que quedó por debajo de la inflación anual del 211%.

Una fuente del gobierno provincial confirmó esa negativa tendencia, aunque con un ligero ajuste en los números finales: la coparticipación pura creció 121%, mientras que, al hacer el ajuste por inflación, los ingresos coparticipables de 2023 representan sólo n 71% de los ingresos de 2022.

En rigor, pasa algo similar con las 3 principales bocas de ingresos de Chubut: las regalías crecieron sólo un 127% contra 2022 y los Ingresos Brutos, un 142%. Ambos pierden frente a la inflación acumulada a lo largo del último año.

LA AMENAZA DE PERDER UNA MASA SALARIAL DE EMPLEDOS PÚBLICOS SIGUE VIGENTE

En ese contexto, en el que los recursos pierden poder adquisitivo frente a la evolución de los precios, adquiere mayor gravedad el problema de la pérdida de recursos por la eliminación del impuesto a las ganancias sobre sueldos.

El gobierno de Javier Milei pretende reinstalar ese tributo, lo que será fuertemente resistido por los gremios y también por los legisladores nacionales de la oposición, al tiempo que el líder libertario también se niega, a menos hasta ahora, a evaluar otras opciones, como la coparticipación del impuesto al cheque, que permitiría compensar a las provincias por lo que dejarán de recaudar este año si persiste la situación.  

Un reciente informe del IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal) actualizó los montos que cada provincia dejaría de recibir durante 2024. El total de esa torta recaudatoria, que hoy no se está cobrando, sumaría este año un total de 3,8 billones de pesos, de los que Chubut estaría perdiendo 34.000 millones de pesos. Precisamente, casi el mismo monto que la masa salarial abonada por la provincia en diciembre último.

En definitiva, mientras no se resuelva una forma de compensar esa pérdida, Chubut estaría perdiendo al menos una masa salarial, a valores actuales.

¿Cuánto pierde cada provincia? Chubut no es de las más perjudicadas, pero igualmente cedería una masa salarial completa.

El IARAF advierte que igualmente habrá una merma en la recaudación del IVA este año, por cambios en el sistema administrativo y anticipos de recaudación que se otorgaron el año pasado, en forma de créditos para atenuar el impacto de la sequía. Por esa circunstancia, Chubut estaría perdiendo otros 32.000 millones de pesos, según el mismo trabajo del Instituto.

El mismo informe señala que si el gobierno nacional aceptara repartir con las provincias al menos la mitad de lo que recauda a través del impuesto al cheque, esas pérdidas se verían claramente compensadas. Por ahora el gobierno de Milei se ha mostrado contrario a esa opción y presentó un proyecto de ley para reimplantar el impuesto a las ganancias sobre los salarios, lo que será una vía mucho más polémica y de impredecible resultado.

Hay especulaciones de que Milei aceptará compensar a las provincias a cambio de que sus representantes aprueben la ley ómnibus y el DNU 70.

Incluso hay rumores de que esa carta, la compensación final a las provincias, será utilizada por el gobierno nacional frente a las provincias, para exigir a los gobernadores que instruyan a sus senadores y diputados a votar en forma positiva y la ley ómnibus y la ratificación del polémico DNU 70.

Juegos de la política cuyos resultados y magnitud, en definitiva, quedarán expuestos en las calientes semanas del verano 2024.

RENEGOCIACIÓN CLAVE Y A “SENTARSE ARRIBA DE LA CAJA”

Mientras se dirimen las batallas del Congreso y sus posteriores derivaciones, en Chubut el equipo económico se apresta a otra pelea de fondo con sus pares de Nación, ya que se apunta a reprogramar otra serie de vencimientos de deuda, en busca de alivio para los próximos meses.

Es que además de la deuda del BOCADE, que el próximo 20 de enero afrontará el primer vencimiento del año por 34 millones de dólares, en febrero empiezan a operar los vencimientos trimestrales del TIDECH, el bono colocado en la etapa final del gobierno de Arcioni, por un total de 111 millones de dólares. En este caso, las cuotas trimestrales oscilan los 10 millones de dólares.

El gobernador Ignacio Torres pretende marcar la diferencia garantizando un ciclo escolar con regularidad. Marzo será su primera prueba de fuego.

Según pudo saber esta columna, el objetivo es evitar ese pago y reprogramarlo para más adelante, por lo que hay negociaciones contra reloj con representantes del equipo de Milei, ya que el principal comprador del bono había sido la ANSES y ahora lo transfirió al Estado nacional.

“Conseguir esa renegociación es fundamental, además de tener que sentarse arriba de la caja”, dijo un observador que sigue de cerca esos movimientos, al evaluar el combo entre caída de recursos y una inflación desbocada por arriba del 25% mensual.

Las restricciones financieras son incluso mayores. Basta observar que el BOCADE, además de los vencimientos trimestrales de 34 millones de dólares que insumirá este año, demandan la conformación de fondo de garantía por el equivalente a una cuota, es decir por otros 29.000 millones de pesos que deben quedar permanentemente inmovilizados para cumplir con las exigencias de aquella estructura de deuda.

En ese contexto, es difícil de imaginar cómo, o de qué manera, este año podría aportar algún grado de “originalidad” con respecto a los últimos transcurridos en Chubut. La entendible presión salarial de los trabajadores estatales en general y los docentes en particular ya golpea a las puertas de la nueva administración. Ese planteo debe articularse con aquel precepto de “cuidar la caja”.

De las respuestas a esos pedidos, más la capacidad para surfear una ola que amenaza con taparlo todo, dependerá la construcción de algún tipo de normalidad en una provincia a la que, a fuerza de haberla perdido hace tanto tiempo, le costará identificar cuando la encuentre.

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