“Yo fui para divertirme con mis compañeros, para ver teatro, para mostrar nuestra obra, pero nunca era el objetivo ganar algo. Es más nunca lo imagine; no es falsa humildad, pero igual está buenísimo que te reconozcan como mejor actriz de comedia de la provincia. Es un lindo reconocimiento, sobre todo para Comodoro”, dice Mariela Garolini, integrante del equipo de ADNSUR, en el podcast "¿Cuál es tu gracia?" y el segmento especial de "Comodoro aquella vez".

La comodorense, el último fin de semana, fue distinguida como mejor actriz de comedia en el Selectivo provincial de Teatro por su personificación en “Amarte”, obra de Pablo Albarello que realiza junto a Lisandro Barroso, con la dirección de Esteban Sierra. 

Mariela se ríe ante la llamada para una entrevista. “No soy Norma Aleandro”, dice entre risas, tratando de evitar la nota. Es que como cuenta le da un poco de recelo que hablen de ella, pero también que el reconocimiento se centré en su personaje y no en todo lo que conlleva llegar a las tablas. 

Es que subir al escenario no es solo montar una obra durante un cierto tiempo determinado, sino que conlleva toda una preparación; desde los ensayos, el vestuario, hasta el último detalle en equipo que permite meterse dentro de esa gran esfera de plástico que hace de nave espacial “en Amarte”, la comedia que divierte e interpela con un viaje de dos astronautas a Marte.

SUS INICIOS

Mariela cuenta que el teatro siempre la atrajo pero no lo sabía. La primera vez que vio una obra fue en el Teatro de Astra, su barrio, donde siempre vivió. Por entonces, la protagonista de esta historia estaba en la Primaria y Alfredo Sahdi presentaba una comedia en el teatro del barrio. A ella lo sorprendió. “Estaba en primera fila y me acuerdo decir ‘guau, qué hace esa gente ahí'. Esa fue la primera vez que vi teatro. Después fue en la década del 90, cuando fui a ver a una amiga que actuaba en la Escuela de Arte, en el viejo galpón de la plaza Soberanía, y a mi me encantó; tengo la imagen todavía de mi amiga actuando con su partener, y me acuerdo que dije ‘yo quiero hacer esto, no sé bien cómo es la experiencia pero quiero hacer esto”.

Esa actuación de la “Pitu” Augustaci cambió todo para ella, y al año siguiente decidió inscribirse en teatro en la Escuela de Arte. Así comenzó a aprender de la mano de Gustavo Bove Bonnet.

Cuenta Mariela que estudió durante un tiempo. Incluso en esa época fue a un selectivo de teatro, pero admite que todavía no entendía nada.

Por cosas de la vida, la distancia entre Astra y el centro, y la maternidad Mariela terminó alejándose del teatro. Sin embargo, siempre la puerta quedó abierta para volver y en 2008 tomó contacto con el grupo Salida de Emergencia y regresó a las tablas, esta vez de la mano de Pedro Rocco.

“De ahí no paré”, dice con alegría. “Siempre lo tuve como una actividad de hobby, pero la verdad que es algo muy lindo, porque el arte es como un mundo que es raro, que sale de las estructuras pero hay gente que trabaja por el arte. Me acuerdo la primera vez que entré al galpón de la Escuela de Arte me atrajo lo diferente, porque vos caminabas por un pasillo central con puertas de madera, vidrios repartidos, paredes de chapa y ladrillos. Todavía lo recuerdo… Me acuerdo que había un pequeño mostrador y vos veías lo que estaban haciendo en las diferentes aulas; que había gente pitando, gente haciendo esculturas y era toda una novedad, un disfrute. Aún me acuerdo la imagen, el olor, los murmullos, y era hermoso, hacer algo que por ahí en la vida cotidiana no se podía porque es todo muy mecanizado. acá era cómo buscarle la vuelta desde otro lado, y de poder experimentar por primera vez teatro con el cuerpo”.

Es que como dice Mariela, con el teatro la persona experimenta, se mete en otro mundo, en la vida de alguien más, y hace cosas rompiendo todo tipo de estructuras, porque como dice “en teatro nadie se ríe de nadie”.

“Ahí nadie se ríe, sino que te divertís con tus compañeros, te rompe las estructuras, y está re bueno, porque te libera en el buen sentido cuando empezás a darte cuenta que las cosas no se solucionan todo desde el mismo lado, que vos podés encarar las cosas desde muchas miradas. Esa elasticidad te la da el arte y esta buenísimo”.

Respecto a su distinción en el selectivo, Mariela admite que Amarte tiene un gusto especial, porque la encuentra en una buena etapa de su vida y trabajando con gente con la que se siente muy cómoda. “Es la obra que más quiero es Amarte, pero no por la mención en sí, sino porque estoy en un momento de mi vida en que me siento muy bien en el escenario. Antes cuando empezaba a actuar me incomodaba el cuerpo, pensaba qué hago con la mano, la voz no me sale, y con esa obra me siento re bien. Entonces la amo, amo ese ser que está arriba del escenario. Pero también yo puedo ser por mi compañero Lisandro; los personajes se apoyan mutuamente y tengo un compañero excelente; ni hablar de nuestro director, que tiene una paz, una paciencia y mucho arte y sensibilidad que es lo que le permite acompañarnos y guiarnos en esta tarea, y el trabajo con Ana Infeld, con quien realizamos las obras en las actué”, dice agradecida. 

A sus casi 55 años, a Mariela se la escucha feliz, sigue combinando su trabajo de administrativa que le abrió su título de perito mercantil, con aquellas cosas que realmente le gustan: “lo comunicacional, lo creativo y el compartir'', porque como dice nunca perdió de vista le que le gustaba, algo fundamental en la vida.

“Uno tiene que encontrar siempre una forma de pasarla bien, encontrar un hobby en su vida. Ojalá el hobby pudiera ser coherente con el trabajo, de trabajar con lo que uno realmente ama, pero nunca es tarde: hay que ser persistente, y para eso es importante el apoyo de la familia, porque yo tengo una pareja, que es Coco, que me acompaña siempre y que tiene buena onda; y también tengo hijos grandes, Branco y Selena, que también son grandes y suma. Entonces el mensaje es que es difícil, pero a la vida hay que ponerle un poco de color y eso viene de las cosas lindas que uno hace y que no tienen que ver con las exigencias diarias. Creo que es eso, ponerle un poco de color a tu vida y encontrar siempre algo que te guste hacer. No importa la edad que tengamos. En mi caso es el teatro”, sentencia Mariela, esta mujer que se animó a hacer lo que le gusta”.

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