Plazo Fijo UVA, tradicional o dólar blue: cuál es el ahorro que “le ganó” a la inflación y qué puede rendir más en lo que viene
En este informe analizamos qué opción te hubiera rendido más, comparando la evolución del Indice de Precios al Consumidor entre marzo y mayo, al tiempo que abrimos una ventana a lo que puede venir en el segundo semestre.
Si la inflación parece Husain Bolt en sus mejores tiempos de velocista, algunas opciones de ahorro no llegan a alcanzarla, pero al menos ayudan a que no se escape tan lejos. No hay nada seguro, pero los datos oficiales permiten comparar los rendimientos de las opciones más simples con que hoy puede encontrarse un pequeño ahorrista en la necesidad de cuidar el valor adquisitivo de su bolsillo.
Ernesto cobró 1 millón de pesos por un “retiro voluntario” del trabajo que tenía hasta enero de este año, por lo que mientras se arreglaba con algunas changas, pensó cómo convenía guardar ese ahorro, para preservarlo lo mejor posible de la inflación, por si la promesa de ese nuevo empleo se demoraba más de lo previsto.
El 1 de marzo de este año, decidió ir al banco con la idea de colocar el millón de pesos en un Plazo Fijo UVA, de lo que había escuchado hablar pero no estaba muy seguro de qué se trataba. Cuando le tocó el turno, le explicaron que no hay rentabilidad fija, como sí ocurre cuando depositás un Plazo Fijo común, que ese día le ofrecía una tasa del 41,5% anual, es decir 3,46% mensual.
Con el PF UVA, le explicó el asesor bancario, podría comprar una cierta cantidad de cuotas parte de “Unidades de Valor Adquisitivo”, con una cotización que publica todos los días el Banco Central, en base a una serie de variables que tienen en cuenta a la inflación.
Ese día, 1 de marzo, como Ernesto no estaba muy seguro de qué opción tomar, decidió repartir sus fichas en tres canastas, luego de las discusiones que había tenido con su pareja en las últimas semanas, evaluando qué hacer para que ese milloncito no se “evapore”… y con los escasos conocimientos financieros que entre los dos tenían en ese momento.
Así que nuestro amigo optó por tres caminos diferentes. Con $300.000 resolvió “apostar” al Plazo Fijo UVA. Como ese día la cotización UVA era de $103,92, pudo comprar 2.886,83 cuotas, que debía guardar por los próximos 90 días.
Con otros $300.000, se jugó por el Plazo Fijo tradicional. Y con los $400.000 restantes, decidió ir a lo que todo el mundo le aconsejaba: “comprá dólares, que es lo más seguro en este país". Como la cotización del ‘blue’ era de $210,50 para la venta, pudo hacerse de unos 1.900 dólares y algunos centavos.
Los resultados de la inversión, luego de 3 meses…
Nuestro amigo Ernesto pudo conseguir empleo en abril, por suerte, en una ciudad que todavía tiene los índices de desempleo más bajos del país. Ahora es monotributista y tendrá que pensar en el pago de la obra social y otros temas nuevos, luego de una vida en relación de dependencia, pero al menos todavía está en el mercado.
Un poco más tranquilo, el 1 de junio último fue a ver cómo le había ido con el Plazo Fijo Uva, cumplido el plazo de 90 días de inmovilidad.
En ese momento, la cotización de las unidades UVA era de $122,62, por lo que las 2.886,83 cuotas parte que había comprado en marzo se transformaban ahora en $353.983. Y como además el sistema prevé una renta del 1% anual, esos 3 meses equivalían a un 0,25% adicional, según le explicaron en el banco, por lo que en total pudo retirar 354.868 pesos.
De ese modo, los $300.000 iniciales, le rindieron en total un 18,3%. No estuvo tan mal, sobre todo al considerar el Indice de Precios al Consumidor durante los mismos 3 meses: 6,7% en marzo, 6% en abril y 5,1% en mayo. Por un momento se tentó en sumar linealmente los tres índices y pensó: “Son 17,8… Le gané a la inflación!”. Pero inmediatamente escuchó a un economista en la radio que explicaba que la inflación es acumulativa, entonces en esos 3 meses, cada índice sumado sobre el anterior representa un 18,8%.
Pasando en limpio: el PF UV le rindió 18,3% entre marzo y junio, mientras la inflación del período fue del 18,8%. No le ganó, pero estuvo arañando el empate, lo que en términos futboleros podría reflejarse como un punto más que valioso.
Con los otros $300.000 en un Plazo Fijo tradicional, Ernesto debió estar atento a las variaciones de tasa en cada mes. Arrancó con 3,46% mensual en marzo; renovó, con intereses incluidos, a 3,83% en abril y volvió a depositar al 4% en mayo, siempre capitalizando los intereses.
Cuando fue a retirar en junio, entonces, en su cuenta tenía un total de $335.158, lo que significa que el rendimiento en esos tres meses fue de un 11,7%, bastante menos que el Plazo Fijo UVA… y muy por debajo de la inflación acumulada en ese período de tres meses.
Ernesto mira los impresos de ambos comprobantes, para no dejar dudas: con el UVA ganó en total $54.868, mientras el tradicional le dio $35.158… “haber sabido antes”, piensa, mientras hace un bollo con los papelitos. Y para evitar algún improperio, se pone profundo para recordar aquella frase de Kundera en La insoportable Levedad del Ser: “nadie tiene el manual de la vida antes de vivirla”, o algo así, no es cuestión de ponerse tan filosófico tampoco.
El dólar ‘blue’ no le dio buen resultado, pero va por la revancha
Y finalmente, toca analizar el rendimiento del dólar. Ernesto había comprado $400.000 en billetes verdes allá por el 1 de marzo, por lo que al revisar, el 1 de junio pasado, a cuánto equivalían los 1.900 dólares que tenía guardados, vio que la cotización a la venta de ese día era de $206... por lo que el cambio le representaba $391.400. Es decir que ‘perdió’ unos $8.600, o sea un 2,15% menos que la inversión inicial.
Claro que en este caso podría haber “salido” antes y aprovechar los picos que el ‘bue’ tuvo no hace muchos días, cuando en Comodoro estuvo picando en los $227, o incluso el último viernes 24 de junio, cuando llegó a $228, lo que en ese momento le hubiera representado algo menos del 8% de ganancia. Sin embargo, seguiría muy por debajo de las dos alternativas de plazos fijos.
Hoy las opciones de cómo seguir guardando ese millón de pesos de la indemnización abren otras proyecciones. Ernesto ha escuchado a varios analistas en las últimas semanas, que vienen anticipando que entre las presiones que genera el acuerdo con el FMI para acelerar la cotización del tipo de cambio oficial y los sacudones que están sintiendo los dólares financieros por la desconfianza sobre los bonos en pesos del Estado, pueden implicar que se haya terminado la ‘calma’ para la cotización de los billetes verdes.
Desde ese punto de vista, algunos advierten que el tipo de cambio hoy está atrasado, ya que mientras la inflación fue de casi el 30 por ciento entre enero y mayo, el dólar oficial se incrementó en ‘sólo’ un 20%, por lo que el gobierno analiza cómo dejar que la cotización alcance a la inflación, sin que al mismo tiempo haya, redundancia mediante, más inflación.
Lo que puede venir…
En cualquier caso, Ernesto intuye que no es momento para desprenderse de esos dólares , si es que resulta cierto lo que leyó en uno de esos sitios especializados en finanzas, que dicen que el paralelo en realidad debería estar a un valor por encima de $300 si se hubiera actualizado al ritmo de la inflación.
Por lo pronto, ya tomó una decisión: aun cuando el plazo fijo tradicional sigue subiendo la tasa todos los meses, la opción más conveniente le ha resultado la del Plazo Fijo UVA, por lo que cuando fue a renovar, la semana anterior, resolvió ‘meter’ los $600.000 originales en otro UVA, a 90 días. Ese día, 5 de junio, la cotización era de $123,31… veremos cómo le fue cuando retire, allá por el 5 de septiembre.
Y otro dato adicional, nos contó el protagonista de esta historia: como ya tiene trabajo, se permitió retirar los intereses que habían generado ambos depósitos en plazos fijos, que en total dieron algo más de $90.000… dice que se fue de fin de semana largo con su pareja, a unas cabañitas cerca de la cordillera. Parece que lo pasaron muy bien y se permitieron soñar con que las cosas vayan mejorando, lo cual es otra muy buena inversión.
Después de todo, sólo se trata de vivir.